sábado, 16 de julio de 2011

La carta que reventó el cursilómetro

Miraflores, 15 de julio de 2011

FernandoSotoRojas

PresidentedelaAsambleaNacional

Su despacho.-

Apreciado compañero, querido camarada, (va in crescendo, idolatrado amigo?) .

Reciba el más auténtico saludo bolivariano y revolucionario con el ruego de hacerlo extensivo a todos los diputados y diputadas de nuestra Asamblea Nacional. (Focas y focos)

Aún guardo fresco en mi memoria el recuerdo de mi comparecencia ante ese honorable cuerpo legislativo el pasado mes de enero, en aquella jornada para exponer verdades (y muchas necedades) y también tender puentes y que señaló el rumbo político por el cual transitaría nuestra Patria amada a lo largo de este año.

No podía yo entonces tener conciencia de la encrucijada ante la cual la vida habría de colocarme hoy.

Es ampliamente conocido que durante mi reciente paso por La Habana, cumpliendo la misión para la cual esta Asamblea Nacional me había autorizado (cual era esa misión en La Habana? ) , recibí el diagnóstico que me obligó a someterme a una primera fase de tratamiento, durante la cual se me practicaron dos operaciones quirúrgicas complejas sobre las cuales he informado ampliamente a la nación (dicen los médicos que la primera fue mal hecha por los cubanos y te puede haber agravado la situación, ya compleja para comenzar) .

Esta primera fase, como ya es conocido, implicó que mi permanencia fuera del país debiera prolongarse más allá de lo inicialmente previsto. Tal vez porque, como diría Federico Nietzsche, todo lo que se hace por amor se hace más allá del bien o del mal. (E, igualmente pertinente, como diría Galileo, per si muove…. O como diría Yogi Berra: el juego no termina sino hasta que se acaba) )

Me resolví a hacer un esfuerzo colosal para celebrar al calor del pueblo de Venezuela el bicentenario de la declaración de nuestra independencia. (Cualquiera pensaría que te viniste nadando y no en un inmenso avión ruso, piloteado por cubanos, rodeado de gente presta a darte lo que pidieras, al instante)

La emoción aún vive en mi alma y mi corazón, el fuego patrio aún incandescente en mi espíritu (se tambalea el cursilómetro); la admiración por el pueblo de Venezuela más que nunca grabada en mi conciencia, me hacen decir 200 veces ¡el esfuerzo valió la pena! (Solo 200 veces? Pudiste ver por TV, también lo hubieras visto desde Cuba, el vergonzoso espectáculo de un Alcalá Cordones difrazado de payaso de circo, traicionando su misión constitucional, presidiendo, lleno de hojalata, un desfile guerrerista que pretendía celebrar una fecha de contenido cívco. No te da verguenza? No. ).

Pero ahora debo proseguir el camino hacia ese largo y difícil retorno (música de La Cumparsita) y para ello debo continuar cumpliendo el estricto plan que ha diseñado el equipo de médicos de la vida que me acompaña en este (adiós muchachos, compañeros de mi vida, esto es tango), como he dicho, ascenso hacia el Chimborazo, (o descenso en Sari-Sariñama?) y es esto, ciudadano presidente, lo que me induce a solicitar hoy una vez más su solidaria intermediación (A que no se te ocurre decir que no? ) ante la plenaria de la Asamblea Nacional, para que con base en lo previsto en el artículo 135 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en concordancia con el numeral 17 del artículo 185, ejusdem, me sea otorgada la autorización legislativa de (para) ausentarme del territorio nacional (coma) a partir del próximo sábado 16 de julio del año en curso (coma) con el fin de continuar en La Habana, República de Cuba, el plan de tratamiento necesario para la recuperación plena de mi salud.

Quiero agradecer, en ocasión de dirigirme a ese honorable (?) Poder Legislativo, las (o los?) millones de oraciones, de abrazos de afecto, de palabras de aliento que en estos días he recibido del noble y generoso pueblo de Venezuela. (millones de oraciones? Millones de abrazos? No seas mentiroso, chico)

¡Qué de amor desbordado en este duro ascenso hacia la luz! (Aquí se reventó el cursilómetro, que ya estaba sentido por lo del fuego patrio incandescente))

Mi señor Jesucristo me ha inspirado la humildad (tu no sabes el significado de esa palabra, a pesar de que careces de credenciales para ser arrogante) y el pueblo soberano ha acuñado en mí la convicción de que necesario es vivir y necesario es vencer. (una convicción se acuña? )

¡Viviremos y venceremos! (ojalá vivas para ver tu derrota a manos de la nación)

Hugo Chávez Frías.

Hasta la victoria siempre.

Prensa Presidencial

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cáncer con cursi, o cursi con cáncer.. y pensar que ese pobre diablo es el presidente, da dolor...
¿Y dónde está la oposición..? bien gracias, está en el vergel. Haciendo negocios, tu sabes con quien...
¿Será con marciano, será con fidel?
corriendo la arruga del CNE.
Alfredo