Nuestro invierno en McLean se despide majestuosamente

Con una nevada de grandes proporciones para la región de Virginia del norte parece despedirse el invierno 2014-2015.  Ha sido un invierno extremadamente frio, raramente severo para esta región. Por supuesto, también lo ha sido para la entera Costa Este de los Estados Unidos. Boston ha visto caer los records de mayor espesor de nieve  durante el mes de Febrero. Las temperaturas en la parte norte del país han sido árticas.

Saliendo por detrás del edificio

En nuestra zona hemos tenido muchos dias seguidos días con temperaturas de -5 a -15 grados centígrados, frecuentemente con vientos que cortan y llevan la sensación térmica a cifras nunca experimentadas en la historia reciente de la zona, hasta de -25 grados centígrados.

Ya para la segunda semana de Marzo, el frio parece retroceder y se anuncian temperaturas de 10-12grados centígrados, lo cual nos hará sentir muy confortables, dándonos la sensación de que ya la primavera, el béisbol y los cerezos en flor no pueden estar muy lejos. .

Uno se pregunta: como conciliar este frio atroz con una marcada tendencia global hacia el calentamiento?  Todavía hay quienes dudan de que exista tal fenómeno o, al menos, que sea causado por la proliferación en el uso de los combustibles fósiles. Para los geólogos -  yo soy uno – el calentamiento global ha sido un fenómeno recurrente en diferentes etapas geológicas, cuando aun no existía el hombre sobre la tierra y, mucho menos, el uso de combustibles fósiles. Zonas del ártico hoy cubiertas de nieve perenne fueron cultivadas hace miles de años.

Sin embargo, parece indudable que el uso de combustibles fósiles representa hoy en dia un factor desencadenante del calentamiento global que ha venido acentuándose en las últimas décadas. De igual manera no dudamos que la deforestación de inmensas porciones de la Amazonía y de otras grandes zonas verdes del planeta ha tenido un efecto negativo sobre el clima mundial.

Es paradójico que  estemos asistiendo a años de crudo invierno dentro de una tendencia a más largo plazo de calentamiento de la atmósfera. Parecería que el planeta, un ser vivo, se retuerce y se rebela en contra de los abusos a los cuales está sometido y desata ráfagas de invierno crudo como protesta.   

Para los octogenarios el invierno no representa ya la misma fuente de encanto que representara hace años. Todavía puedo disfrutar de una bella nevada desde mi ventana y me maravilla ver la transformación paulatina del paisaje en esa tierra  mágica invernal que tanto han descrito los novelistas y los grandes músicos  (por ejemplo, la primera sinfonía de Tchaikovsky, llamada “Sueños de Invierno”). Pero ya no puedo salir, como antaño, a caminar en la nieve, sintiéndola en el rostro.  Ahora la misma blancura de la nieve cubriendo el paisaje me ciega y me dificulta ver los accidentes del terreno. Y una caída para un anciano es casi una sentencia de muerte. Cuando alguien joven se está cayendo su cuerpo todavía se las arregla para hacerlo de la manera menos traumática posible. Pero el anciano se cae  sin defensa alguna.  

En fin, otro invierno que se va. Este ha sido para la historia. Muchos niños habrán nacido durante estas semanas, venidos al mundo cuando sus padres estaban en busca de calor.

Desde mi ventana veo pajarillos saltando alegremente sobre la nieve. Saben que el sol y las flores están ya a la vuelta de la esquina.