**** La última encrucijada de Vladimir Padrino López. Quien fuera decente, digno y honesto
Si Vladimir Padrino López hubiera honrado su condición militar habría procedido
hace bastante tiempo, como ministro de la Defensa obligado a respetar y
defender la Constitución, a denunciar la presidencia de Nicolás Maduro como ilegítima.
No solo no lo ha hecho sino que ha puesto,
una y otra vez, a la Fuerza Armada venezolana al servicio de la narco-pandilla
que ha destruido a Venezuela. Su deshonor lo ha llevado a convertirse en co-responsable directo del
desastre político, social y económico venezolano.
Ayer, en medio de un país que se hunde, mientras los niños de Margarita se
prostituyen por hambre en el mercado de Conejeros, mientras Maduro presenta con
orgullo el billete de Bs100.000, el cual apenas servirá para comprar una docena
de huevos, el ilegítimo reposero del Metro ha decidido “refinanciar y re-estructurar
la deuda venezolana, unos $140.000 millones”. Maduro dice que no paga más la
deuda, lo cual - para todo efecto práctico – equivale a una cesación de pagos,
un default, en el país.
En paralelo, hoy el gobierno de Canadá sanciona a Maduro, a El Aissami y a
otros 17 miembros de la pandilla chavista, como violadores de los derechos
humanos.
Y que hace Vladimir Padrino López, el brazo armado del régimen? Nada,
guarda silencio. Este traidor ha tenido múltiples oportunidades de servir a la
Nación, de lavar el honor de la Fuerza Armada venezolana, pero ha preferido actuar para hundirla más y
más en el pantano de la corrupción y del deshonor.
Hoy se abre otra encrucijada más para la Fuerza Armada venezolana. El país
está en caos. El fraude es la norma. La economía está en ruinas. La corrupción
galopante comienza a ser identificada con nombre y apellido por la justicia
estadounidense. Hasta el mismo Tareck Saab comienza señalar a pececillos corruptos
, aunque todavía no se atreve a mencionar a sus colegas y amigos, a los
innombrables jefes de la podrida PDVSA, quienes son los grandes delincuentes.
A fin de actuar con decoro Vladimir López Padrino no tiene por qué dar
un “golpe”. Todo lo que tiene que hacer
es actuar en nombre de la Constitución. El golpe, o los golpes, ya fueron dados
por el narco-régimen del cual él ha formado parte activa. De lo que se trata
ahora es de salvar el poco honor que le queda o ir a la cárcel.
Yo le pregunto y le digo a López
Padrino:
· ¿Cuánto tiempo de poder piensa usted que le queda?
· ¿Piensa usted realmente que le ha servido al país? ¿No ve
usted la trágica realidad venezolana? ¿No ve el caos social que lo rodea? ¿No
lee usted la prensa que habla de la corrupción y de la miseria que prevalece en
el país? ¿Acaso no sabe usted que su Fuerza Armada está podrida hasta el tuétano
por la corrupción?
· ¿Piensa usted que se podrá retirar decorosamente, a vivir
tranquilo con su familia, en algún lugar
del mundo, después de haber actuado como ha actuado durante estos años? ¿No
puede darse cuenta usted de que su última esperanza de redención (aunque creo
que ya es tarde) sería actuar institucionalmente?
· En la Venezuela de hoy y de los últimos 18 años usted ha
sido un criminal de guerra y tendrá que ser uno de los reos de un juicio a lo Núremberg.
Cualquier gesto último de dignidad podrá contar a su favor cuando ese juicio se
lleve a cabo.
Yo considero su actitud inexplicable. No creo que usted pueda ir a
disfrutar tranquilamente el producto de sus abusos de poder. No creo que la
historia pueda decir mucho más sobre usted que fue un payaso invertebrado de
los Castro y del chavismo.
¿Confrontado con este probable juicio de la historia, no cree usted que
debería hacer un supremo gesto de honestidad profesional que pueda salvar los
restos de su naufragio personal?
Piénselo. Está hoy ante una nueva encrucijada, quizás la última que se le
presenta.
3 comentarios:
Entre el miedo a los cubanos y sus ansias de poder y riquezas, mezclado con su carácter, dudo que tenga un acto de arrepentimiento y menos aún de contrición.
¿Peras al Olmo....? no lo creo. De lo podrido sólo salen gusanos. Ese militar de pacotilla, tiene en si mismo, todos los males de la institución militar. Einsten dijo una vez que los militares pensaban con la médula, lo creo. En un libro de 1906 de Gonzalo Picón Febres, leo unos versos que corresponden a un corrido: "Yo conozco Generales, hechos a los rempujones, á conforme es la manteca, así son los chicharrones..." Nuestro problema con los militares es que nunca los mandamos a una guerra. Hemos tenido la excusa más estúpida del mundo: "nuestros militares nunca participarán en una guerra, porque somos un ejército de libertadores..." y resulta que esa fuerzas armadas, no pueden, ni se atreven a liberarnos a nosotros mismos. Resultado; generales cobardes, traidores, narcotraficantes, jaladores de mecates, y muchos son del otro bando. Vean las fotos del tal Padrino con Fidel.
El que no haya salido de Venezuela aún por favor hágalo mientras pueda. Maduro va a dejar a Stalin como la niña de la pradera.
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