Jimmy Carter, un defensor de Hugo Chávez por años y factor importante en la debacle electoral que sufrió la democracia venezolana en 2004, acaba de decir que “Chávez me ha decepcionado”. Ahora resulta que Carter se ha dado cuenta que Chávez es un autócrata, un déspota y que sus métodos son la negación de la democracia. Esta ingenuidad en un hombre quien fue presidente de los Estados Unidos es increíble. Carter mantiene un centro de estudios (Think tank) con asesores sobre América Latina como Jennifer McCoy, quien aparerece con frecuencia en las conferencias internacionales hablando como un NI-NI cualquiera, tolerante y risueña al mencionar el desastre venezolano. Parece mentira que nadie cercanno a su entorno le haya contado a Carter lo que cualquier latinoamericano de mediana inteligencia ya sabe hace tiempo: Hugo Chávez es un déspota, un dictador corrupto e inepto y lo ha sido por diez largos años.
El daño que la necedad panglosiana de Carter le ha hecho a la democracia venezolana es muy significativo. Tarde se dió cuenta del papelón que ha hecho.
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