El color marrón significa país con altos conflictos. Venezuela y Colombia son los únicos así en América Latina. Otros on Rusia, Medio oriente y países del África.
El más reciente artículo de Alfredo Toro Hardy sobre el gasto militar estadounidense (El Universal, 21-01-2010 y ND, misma fecha) , representa un ejemplo más de la obsesión anti-estadounidense que exhibe el embajador de Hugo Chávez en Malasia, Alfredo Toro Hardy. No se trata de que el artículo diga falsedades. Es un escrito bien documentado y habla, con tono muy crítico, de un tema que debe preocupar a todos quienes se interesan por la estabilidad económica y hasta política de USA. Esto estaría bien si Toro Hardy fuese un académico o un simple ciudadano estudioso sin investidura diplomática, pero es un representante del régimen de Hugo Chávez, quien no se distingue precisamente por la transparencia y sensatez en el manejo de los fondos públicos venezolanos. En este sentido Toro Hardy viola tres sabios y antiguos preceptos: uno, zapatero a tus zapatos; dos, no hables de la soga en la casa del ahorcado; tres, no critiques la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio.
Si esto fuera una incursión ocasional no sería probablemente digna de atención. Pero Toro Hardy se ha dedicado, desde que era embajador en el Reino Unido, luego en España y, ahora, en Malasia, a “agarrarle” las goteras reales o imaginarias a los Estados Unidos, tratando de probar que el “imperio” estadounidense está de capa caída. No se trata, repetimos, que esto sea o no cierto, sino de la obsesión con la cual este embajador de Chávez trata, con severo sentido crítico, el acontecer de un país que es el mejor cliente del único producto de exportación venezolano, es decir, el país que nos da de comer.
Esta actitud de Toro Hardy es inelegante. Si la exhibiera uno de los tantos embajadores de Chávez, generalmente incultos y barrigones como Isaías Rodríguez, ello sería más explicable. Pero en un embajador de la finura de Toro Hardy ello se ve incongruente por dos razones: una, porque significa que el embajador está descuidando su trabajo para incursionar en campos que no le corresponden; dos, porque si quiere hablar de gasto militar, debería concentrarse en el caso venezolano, el cual es tan criticable como el estadounidense.
Apartando el hecho de que el gasto militar estadounidense representa un porcentaje del PIB similar al de Rusia, alrededor del 4 por ciento, y que hay argumentos que pudieran oponérsele a los de Toro Hardy en su escrito, la verdad es que el gasto militar estadounidense es exagerado. Pero el nuestro es también exagerado y, a diferencia del estadounidense, no responde a política militar alguna. Chávez gasta porque le da la gana, para molestar a los estadounidenses y para ganar puntos políticos con los rusos. En 2007, en el New York Times, Simón Romero, advertía que el gasto militar venezolano había crecido en unos $4000 millones en dos años, 2005 y 2006, convirtiendo a Venezuela en el “mayor comprador de armas de América Latina”, comprando más armas que Irán ($1700 millones) o Paquistán ($3000 millones). El informe del Instituto Internacional de estudios Estratégicos, IISS, para 2009 indica que el gasto militar en América Latina y el Caribe creció en un 91 por ciento entre 2003 y 2008, para llegar a unos $47.000 millones en 2008. Ello se debió, agrega el infoeme, a las “destacadas compras de armamentos por parte de Venezuela, especialmente de Rusia”.
Un escrito de Rafaél Uzcategui, de Mayo 31, 2009 (“Gastos militares en Venezuela y Derechos Sociales”) habla del presupuesto de Venezuela para 2009 en el cual se destinan casi nueve mil millones de bolívares fuertes (unos $4000 millones) a gasto militar, mucho más que los cinco mil quinientos millones de bolívares fuertes destinado al gasto social, el cual tiene un componente de un 50 por ciento en alimentación, es decir, comida regalada o subsidiada, pura limosna. La Misión Barrio Adentro representa apenas el 3,7 por ciento de ese gasto social.
Entre 2000 y 2008 Venezuela ha gastado unos $16 mil millones en armas. Según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz con sede en Estocolmo, Venezuela ocupó en 2008 el octavo lugar entre los mayores importadores de armas a nivel mundial, sin que ello responda a plan o política alguna.
He aquí, pués, un tema que Toro Hardy pudiera desarrollar cuando se sienta con ganas de escribir, que es todas las semanas. Sin embargo, un embajador debería ocuparse de “embajar”, de promover a su país (no tanto a su régimen político dictatorial) en el sitio donde labora, en lugar de estarse ocupando de criticar a quienes indirectamente le están pagando su salario.
2 comentarios:
Si bien soy de los que cree , que el gasto militar en los Estados Unidos es excesivo, tambien creo que en medio del aparente caos , existen razones que van mas alla que la fachada.
Creo que todavia existen keynesianos (muchos sin saberlo) en alto poder de los estados Unidos que creen que la inversion militar puede servir como combustible para la economía.
Pensemos un sencillo ejemplo, a diferencia de un automovil cuyas piezas son fabricadas y ensambladas la mayoria de las veces fuera del territorio norteamericano, el desarrollo de un avion militar involucra la participación casi exclusivamente de ciencia, tecnología y mano de obra norteamericana.
Puede que no sea una de las salidas pero parece razonable a priori.
Ahora bien ¿que razones tendria venezuela para el desarrollo de una carrera armamentista? ¿ Cuan importante es la industria militar en nuestro PIB? ¿ No pareciera que quemamos billetes sin proposito?
Bueno, esta bien son "pocos billetitos" unos cuatro millarditos( de los verdes)
R.E.H.R
Coronelito, ahora 'escribe' un artículo sobre tu obsesión enamoradiza con todos los movimientos que realiza Toro Hardy. Allí puedes explayarte en lo que mejor sabes hacer: tratar de ocultar tus templones sico sexuales con el diplomático, exponer la carroña axiológica que te alimenta, deshacerte en todos los complejos de clase y tecnocráticos que te tienen el cerebro fundido y el alma perdida, la solidez de tu estolidez... en fin, allí podrás seguir gritando a los cuatro vientos tu servilismo ideológico y tu decadencia ciudadana... esperaré con ansias tu intento seudo literario
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