viernes, 30 de octubre de 2015

Eduardo Fernández: deja la ambigüedad, chico




Eduardo Fernández está empeñado en promover un diálogo “civilizado” en Venezuela.
Quién puede objetar a este pedido?  Yo.
Y por qué objeto a lo que suena tan bien? Precisamente porque me irrita que Eduardo Fernández utilice un concepto impecable como es el diálogo civilizado para promover entendimientos entre los venezolanos demócratas y un régimen podrido moralmente.
Eduardo Fernández dice: “Hay una crisis social muy grave, se está empobreciendo cada día más la ciudadanía venezolana, cada día hay más pobres, habían muchos pobres cuando empezó este proceso, con el ingreso petrolero se alivió el problema pero con la caída de los precios y las política equivocadas la pobreza está aumentando, cada día hay más pobres en Venezuela… Y además hay una circunstancia muy difícil, que es que hay una crisis policita por una falta de dialogo, de consenso, de entendimiento… . El venezolano común, el que está caminando por la calle en este momento, lo que quiere es que se resuelva el problema del alto costos de la vida, las colas, la escasez, la inseguridad, la corrupción; estos problemas son graves, pero tienen solución, la solución es un dialogo civilizado”.
Quien lea estas declaraciones de Eduardo Fernández, sin pensar en el contexto en el cual han sido dichas, pensará que Eduardo Fernández es un santo, un nuevo Francisco de Asís, predicando el amor entre todos.
Pero, estamos en Venezuela 2015. Estamos en una Venezuela destruida material y moralmente por la pandilla chavista. Cada día vemos pruebas de la maldad y perversión de esa pandilla: la fuga de Nieves y sus declaraciones sobre el fraude que ha sido el juicio en contra de Leopoldo López, las marramucias electorales, los ataques a POLAR, las compras de nuevo material de guerra cuando el país está en quiebra, las acusaciones en contra de Rafael Ramírez por lavado de dinero, las negativas a permitir observación electoral independiente, la venta del país a China, la liquidación de las reservas internacionales, los narco generales y la acusación en contra de Cabello como zar de la droga, la actuación despreciable del mal llamado Defensor del Pueblo, la relación de Maduro con las FARC…..
Hay mucho más. Pero, ¿no pensará Eduardo Fernández que esto es suficiente para no entrar a dialogar con esta pandilla podrida? ¿A qué diálogo se refiere Eduardo Fernández?  

Le exijo a Eduardo Fernández que se defina. Que deje de guabinear. ¿Hasta cuándo vamos a oírlo en un plan de conciliador que pretende esconder la basura debajo de la alfombra?


Es necesario que Eduardo Fernández se defina o se calle.  Cómo decía Joselo, el de sus buenos tiempos: ¿somos mariscos o somos moluscos?  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Baboso irresponsable este Fernandez. Cada vez que pasa algo sale a decir que hay que dialogar. El propio Caldera del siglo XXI.

Anónimo dijo...

Con el enemigo no se dialoga Don Eduardo, se le da de Baja o se le pone en prision.