Eduardo Fernández está empeñado en promover
un diálogo “civilizado” en Venezuela.
Quién puede objetar a este pedido? Yo.
Y por qué objeto a lo que suena tan bien?
Precisamente porque me irrita que Eduardo Fernández utilice un concepto
impecable como es el diálogo civilizado para promover entendimientos entre los
venezolanos demócratas y un régimen podrido moralmente.
Eduardo Fernández dice: “Hay
una crisis social muy grave, se está empobreciendo cada día más la ciudadanía
venezolana, cada día hay más pobres, habían muchos pobres cuando empezó este
proceso, con el ingreso petrolero se alivió el problema pero con la caída de
los precios y las política equivocadas la pobreza está aumentando, cada día hay
más pobres en Venezuela… Y además hay una circunstancia muy difícil, que es que
hay una crisis policita por una falta de dialogo, de consenso, de
entendimiento… . El venezolano común, el que está caminando por la calle en
este momento, lo que quiere es que se resuelva el problema del alto costos de
la vida, las colas, la escasez, la inseguridad, la corrupción; estos problemas
son graves, pero tienen solución, la solución es un dialogo civilizado”.
Quien lea estas declaraciones de Eduardo
Fernández, sin pensar en el contexto en el cual han sido dichas, pensará que
Eduardo Fernández es un santo, un nuevo Francisco de Asís, predicando el amor
entre todos.
Pero, estamos en Venezuela 2015. Estamos en
una Venezuela destruida material y moralmente por la pandilla chavista. Cada día
vemos pruebas de la maldad y perversión de esa pandilla: la fuga de Nieves y
sus declaraciones sobre el fraude que ha sido el juicio en contra de Leopoldo
López, las marramucias electorales, los ataques a POLAR, las compras de nuevo
material de guerra cuando el país está en quiebra, las acusaciones en contra de
Rafael Ramírez por lavado de dinero, las negativas a permitir observación
electoral independiente, la venta del país a China, la liquidación de las
reservas internacionales, los narco generales y la acusación en contra de
Cabello como zar de la droga, la actuación despreciable del mal llamado
Defensor del Pueblo, la relación de Maduro con las FARC…..
Hay mucho más. Pero, ¿no pensará Eduardo
Fernández que esto es suficiente para no entrar a dialogar con esta pandilla
podrida? ¿A qué diálogo se refiere Eduardo Fernández?
Le exijo a Eduardo Fernández que se defina.
Que deje de guabinear. ¿Hasta cuándo vamos a oírlo en un plan de conciliador
que pretende esconder la basura debajo de la alfombra?
Es necesario que Eduardo Fernández se
defina o se calle. Cómo decía Joselo, el
de sus buenos tiempos: ¿somos mariscos o somos moluscos?
2 comentarios:
Baboso irresponsable este Fernandez. Cada vez que pasa algo sale a decir que hay que dialogar. El propio Caldera del siglo XXI.
Con el enemigo no se dialoga Don Eduardo, se le da de Baja o se le pone en prision.
Publicar un comentario