jueves, 1 de junio de 2017

Bajo el sol, frente a la OEA: adentro no pasó nada

El Muro de la Verguenza, frente a la OEA


Una gran cantidad de venezolanos se congregó ayer frente al edificio de la OEA, en Washington DC. Casi todos con sus pancartas, gritando consignas. Mujeres y hombres. Viejos y jóvenes. Son los mismos venezolanos quienes están hoy en las calles de Caracas y otras ciudades de Venezuela. El sol era inclemente pero la gente estaba allí. Separados del grupo por unos cinco policías estadounidenses estaban unos 15 mercenarios pagados por la embajada de Maduro en Washington, con pancartas muy profesionalmente elaboradas. Este es un grupo que siempre está allí, gritando a favor de un Maduro que no conocen, en un español con acento árabe o de los bajos fondos de la ciudad. Van allí a ganarse $19 la hora, dinero nada despreciable para quien desea comprarse una botella de vodka barata. A diferencia de quienes vamos allí porque nos duele Venezuela,  estos mercenarios que no conocen nuestro himno, son pagados por un encargado de negocios, un tal Maximilien, que tampoco habla bien el español.
Aquí, sosteniendo pancarta
Los venezolanos se hicieron sentir fuera de la OEA ayer. Hay indignación y voluntad de continuar la protesta hasta que ella obtenga sus objetivos. Vimos llegar y entrar al edificio  a la jinetera moral, la canciller de Venezuela. Que iba a hacer allí? Sin duda, a llevarle el cheque a los isleños del caribe que bloquean la sanción a Venezuela en la OEA y que tienen sus manos llenas de sangre nuestra.   También vimos, muy elegante, antes de que entrara al recinto, a Pablo Medina. Y recordé el libro de Hemingway, “Las nieves de Kilimanjaro”: “Que estaría haciendo un leopardo en estas alturas”?
Cuando el sol me venció y regresé a casa intuí que nada pasaría ayer en la OEA y que los mercenarios de adentro, mejor pagados que los de afuera, lograrían aplazar una decisión sobre Venezuela, mientras suman nuestras muertes.

Eso es lo que llaman diplomacia. 

4 comentarios:

Ubaldo dijo...

Asi es Gustavo, los mercenarios caribeños son los que paran cualquier acción contra la mafia de Castro-Maduro. Algo tendríamos que hacer con esas mafias caribeñas. Empezando por la eliminación de las embajadas en esos paises. Claro con Cuba sería automático (también el corte del cable que conecta la isla con Venezuela) República Dominicana, Haiti, etc. Para que sepan que sus actos asquerosos tendrán consecuencias.

Anónimo dijo...

Lamentablemente la OEA al igual que la ONU son organizaciones que se han convertido en antros de la ineficiencia, la indiferencia y la incapacidad, y también de la corrupción. Sus miembros están en buena parte más interesados en dónde van a comer el próximo almuerzo en algún restaurante carísimo en Washington o Nueva York dependiendo del caso, y cómo abusar de su estadía como diplomáticos en éstas grandes ciudades. Son parásitos profesionales en una gran mayoría.

Jacob Sulzbach dijo...

 
Pues, todos los diplomáticos de los estados más responsables tenían sus quince segundos de fama, un momento para hablar al mundo en términos idealistas que los hacían parecer hombres y mujeres de influencia sustancial en el escenario mundial.  Y todos los diplomáticos tuvieron sus momentos para estar frente de las cámaras y obtener sus "photo-ops".  ¡Cuán importantes son ellos realmente!

Pero al fin del día eso es todo lo que era, la diplomacia photo-op.

La OEA no es más que una palabrería.
 

Anónimo dijo...

Pablo Medina y la hermana Pastora son grandes culpables de todo esto que esta pasando en Venezuela. La hermana es una pilla una ladrona de siete suelas pregunten en Bolívar por ella.