“Le dije al piloto que me llevara a ver los palafitos de Sinamaica y el muy distraído me puso en Venecia”. Y agregó: “Cuando llegué allá me encontré con la gran sorpresa que Oliver estaba estrenando un documental sobre mí….tuve oportunidad, eh, de caminar por sobre la alfombra roja rojita, eh”.
Chávez apuró el café y dijo: “Quien iba a pensar que el nieto de mi abuela iba a estar en Venecia, en un festival de cine. Que sorpresón!”.
El edecán entró con unos documentos en mano y le dijo: “Presidente. Que recuerde firmar el cheque para el señor tone, que el saldo es cinco millones”.
“Tráeme la chequera, pués… la de la cuenta de PDVSA, no, mejor la del Banco Central, hay que saber de donde sale cada pago”.
Chávez apuró el café y dijo: “Quien iba a pensar que el nieto de mi abuela iba a estar en Venecia, en un festival de cine. Que sorpresón!”.
El edecán entró con unos documentos en mano y le dijo: “Presidente. Que recuerde firmar el cheque para el señor tone, que el saldo es cinco millones”.
“Tráeme la chequera, pués… la de la cuenta de PDVSA, no, mejor la del Banco Central, hay que saber de donde sale cada pago”.
Y se sonrió una vez más, feliz:
“Que sorpresa!!! El hijo del maestro en Venecia, no jile….. Y yo que lo que quería era comerme un pescaíto frito en Sinamaica, con el gordo Calixto”.
“Que sorpresa!!! El hijo del maestro en Venecia, no jile….. Y yo que lo que quería era comerme un pescaíto frito en Sinamaica, con el gordo Calixto”.
1 comentario:
Genial, Sr. Coronel! Lo más triste es su semejanza a la realidad.
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