Mi novela “El Petróleo viene de La Luna” trata de la industria petrolera venezolana. Es un volumen de 371 páginas, bellamente editado en Bogotá.
El título podrá parecer extraño a quienes no son petroleros, pero no lo será para quienes saben que el grueso del petróleo venezolano fue formado en las rocas de edad cretácica que se agrupan bajo el nombre de formación La Luna. Los geólogos clasifican las rocas dándoles nombres de Grupos, Formaciones o Miembros, asignándoles la edad geológica en base a sus contenidos de los restos animales o vegetales fósiles. La Formación La Luna fue llamada así por haber sido descrita por primera vez en la Quebrada La Luna, en la Sierra de Perijá.
La novela está escrita en varios niveles: es ficción pero es también historia . Pretende ser didáctica, al describir aspectos de la vida en la industria petrolera que no son de conocimiento frecuente. Es también un análisis político sobre una etapa importante de la industria petrolera y de la sociedad venezolana. Creo que puede ayudar a llenar la laguna existente en el conocimiento de lo acontecido en la industria petrolera venezolana durante la Segunda mitad del siglo XX.
La novela tiene 20 capítulos que hablan del proceso de formación de un geólogo, sus tareas, su conversión en gerente, el gran debate petrolero de los año 70, el papel de los técnicos petroleros en ese debate, la nacionalización, el proceso interno de formación de PDVSA, las pugnas ideológicas, los triunfos y los fracasos. Describe la vida en el medio rural venezolano de la época y la maravillosa gente del medio rural venezolano y de las pequeñas poblaciones de provincia. Mezcla personajes de ficción con personajes de la vida real. Puedo garantizar que todo lo que pongo en boca de los personajes de la vida real es absolutamente verídico, no hay allí nada inventado. Hay personajes y situaciones que son imaginarias pero el lector no tendrá problema alguno en poder diferenciarlas de las situaciones y personajes reales. Hablo de héroes y de villanos, muchos de quienes están aún en la palestra pública venezolana.
Es una novela del petróleo contada por alguien que ha vivido dentro de la casa, viendo hacia afuera, no por alguien viviendo fuera de la casa viendo hacia adentro.
Quise contar esta historia porque, como bien lo dice mi entrañable amigo durante 65 años, Antonio Pasquali, autor del prólogo, "quien no piensa pasa a ser pensado y a quién no escriba su historia, alguien se la escribirá". Obedece a mi deseo de dejar un testimonio para quienes deseén investigar en el futuro sobre una etapa importante en la vida del país. Solo sobre la base de una memoria colectiva puede consolidarse el sentido de identidad nacional.
Pueden pedirla a gustavocoronelg@hotmail.com. Precio $22 más $3 de gastos de envío.
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