domingo, 26 de septiembre de 2010
Viaje por los circuitos pseudo-cerebrales de Hugo Chávez.
Me despierto. Solo he podido dormir cuatro horas. A pesar de que dí instrucciones estrictas de no pasarme llamadas mientras estaba con la brasilera, anoche me pasaron una de Carlos Escarrá, precisamente la persona que más me saca la peidra con su adulancia. A mi me encanta que me adulen pero no de esa manera tan desaforada como lo hace Escarrá, quien parece decidido a desbancar a Pancho.
Una vez más he tenido que agarrar el toro por los cachos y convertir la elección de la Asamblea en un plebiscito sobre mi persona. Es que estoy rodeado de gente incapaz, incolora., que no se atreve a decir nada por miedo a que yo me arreche. Y la verdad es que hay cada bolsa! Cuantas veces le he dicho a Benavides que no abra la jeta! Cuantas veces he regañado a Nicolás por hablar bolserías. Parece mentira, pero las mujeres son las que mejor se portan porque agarran línea y la difunden por todo el cañón, sin rubor. Dígame la Gabriela!
Me preocupa bastante eso de ganar unas elecciones legislativas que sean vistas unicamente como una victoria personal, porque eso pone en evidencia que no tengo quorum, que soy un hombre-orquesta. Fidel lo pudo hacer por largo tiempo pero eran otras épocas. El socialismo estaba vivo en la Unión Soviética, existía un bloque socialista en el mundo.Había un grupo de los no-alineados que era realmente una coalición anti-capitalista. Hoy en día hay que crear a ese bloque y no hay con quien. Evo? No me jodan. Los Kirchner? Perdonando. Ortega? Está tirando sus últimos tiritos. Raúl? No aguanta dos pedidas de Obama. Ahmadinejad? No piensa sino en como joder a los judíos, allí no hay ideología.
De este lado, Ramírez sigue alzado. Está fuera del carril y se le está derrumbando el parapeto que tiene montado. Los negocios en PDVSA están desbocados y no hay manera de que esa gente se discipline. Lo de Pdval ha sido un desastre y los guisos de las gabarras me van a obligar a actuar contra algunos de ellos, no contra Rafaél. Todavía está muy fuerte.
El gran dilema político que tengo es el de las comunas y los gobiernos paralelos que he tenido que crear en Caracas y otros sitios. Por un lado, me ayudan a torpedear a los gobernadores y alcaldes escuálidos. Por otro lado, mientras más organismos de esos estructuremos, menos control puedo tener sobre lo que sucede en el país. Siento que al tener que fragmentar el gobierno pierdo lo que necesito, que es el poder de decisión a nivel nacional. La oposición está ganando terreno en las áreas urbanas, donde me hacen más daño y me están dejando el repele del campo. Para cementar la revolución necesito a Caracas, Valencia y Barquisimeto, más que Delta Amacuro y Cojedes. Hasta Bolívar se me está poniendo cómico, con una CVG en estado de coma. Por eso tengo que sguir negándoles los recursos a esos carajos escuálidos, así tenga que pagar el precio de ser llamado dépota. Menos mál que mi estilo le cae bien a muchos compatriotas. Soy el macho cabrío, el toro que más mea. Y como le gusta a mi gente esta combinación de látigo y limosna! Por eso es que yo hablo de Bolívar pero estoy pensando en Boves. Y la gente lo sabe y se arrodilla, dócil, esperando la dádiva. No se quien dijo que gobernar era complicado. “Comandante”, se oyó del otro lado de la puerta, “Están listas las arepas y el queso guayanés”.
“Voy pá allá”, replicó el líder.
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