jueves, 2 de septiembre de 2010

Luisa Ortega Díaz: funcionaria que deshonra la función pública.

Noticias24.com trae la siguiente información:

“La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, informó que el Ministerio Público recibió de un ciudadano una denuncia a través de la cual solicita se inicie una investigación a los fines de determinar si en el caso del fallecimiento de Franklin Brito, hubo una presunta inducción al suicidio”.

En otras palabras, la fiscal sugiere que la familia de Franklin Brito lo asesinó, al promover su suicidio. No solo es que el régimen de Hugo Chávez y sus compinches, incluyendo a la fiscal, han sido los responsables directos de la muerte de Brito sino que ahora tienen el cinismo, la indignidad de calumniar a la familia del hombre que luchó hasta el final por lograr justicia.
Va más lejos todavía la indigna mujer que ocupa la fiscalía. Dice que se investigará a la familia Brito en atención a la denuncia “de un ciudadano”, a quien no se molesta en identificar. Y yo pregunto:
Por qué esta mujer no atendió en los últimos dos meses mis cuatro cartas de denuncia sobre el hundimiento de la gabarra Aban Pearl, publicadas en Noticiero Digital y en otros medios venezolanos? Esas cartas hablan de un inmenso fraude a la nación y da datos precisos. Las cartas no eran anónimas sino apoyadas por mi nombre y cédula. Pero la mujer que no ha contestado cuatro cartas de denuncias hechas por mí durante largas semanas, si corre a actuar en materia de pocas horas sobre la base de una denuncia anónima y procaz contra la familia Brito.
No solo es inepta la mujer sino poco honorable. Que verguenza tenerla de fiscal general de la república. No que el anterior fiscal, Isaías Rodríguez, fuese mejor. Que verguenza para los venezolanos ver a esta clase de gente a cargo de los destinos del país.

2 comentarios:

ignorante dijo...

Estimado Sr. Coronel:mi comentario acerca de esta noticia que ya había leido,es,que no hay comentario alguno posible ante tanta desverguenza.Solo indignación,dolor y tristeza.

Anónimo dijo...

Qué mujer tan estúpida!