Remar hacia Chile, no hacia Haití

Un Piñera (izq.), no un Chávez.....

Pasé muchos años de mi vida sintiéndome orgulloso de ser venezolano. Viví en una sociedad en ascenso, llena de gente talentosa, olorosa a jabón y razonablemente bien vestida, en ciudades y pueblos tranquilos llenos de gente cordial. Salir de noche no era motivo de preocupación o angustia. Exceptuando la década perezjimenista viví en paz en esa Venezuela, desde que era un niño hasta que llegué al umbral de mi vejez. Mi crítica a esa Venezuela siempre fué contra la manera que los gobernantes manejaban el ingreso petrolero y contra los niveles altos de corrupción existentes en la sociedad venezolana. Cuando esto me deprimía me refugiaba en Uslar Pietri, Picón Salas y Briceño Iragorry, en Aquiles Nazoa y la orquesta Sinfónica Venezuela. Tenía de quien sentirme orgulloso: Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Pastor Oropeza, Enrique Tejera, Leopoldo García Maldonado, Manuél Cabré, Marcos Castillo.

Cuando viajaba al exterior y me preguntaban de donde era, decía con complacencia: de Venezuela. Y me decían: Ah… mujeres bellas, el petróleo, los paisajes. Yo les decía que no solo éramos eso, sino también  Soto, Alejandro Otero y cordialidad.

Hoy no me siento orgulloso de ser venezolano. Nuestra sociedad está en ruinas, la gente anda por las calles mál vestida, con cara de miedo, desesperanza u odio. La casa es una cárcel, la ciudad fea y sucia, donde se vive en permanente angustia. Los altos niveles de corrupción de antaño han dado paso a la hiper-corrupción y al narcoestado. Donde están los Uslar Pietri y los Picón Salas de esta época? Tendremos que conformarnos con Isaías Rodríguez y Tarek William Saab?  Un gran sobreviviente, como José Antonio Abreu, flota hoy un tanto al garete entre las dos Venezuelas. 

Cuando me preguntan en el exterior de donde soy, ya me cuesta decir que soy venezolano. Ahora debo explicar: soy venezolano, pero no soy miembro del malandraje que se ha adueñado del país y me opongo vigorosamente al déspota ignorante que nos oprime.  Antes solo requería una simple afirmación de orgullosa nacionalidad. Ahora me dicen: Ahhhh, Chávez.  Y debo explicar lo que es Chávez, un producto de complejos y resentimientos  acumulados por largo tiempo. Hoy debo decirles a los extranjeros: No se les ocurra ir a Venezuela. Verán suciedad, pobreza, abuso de poder, ignorancia y patanería a nivel de gobierno. Tendrán que tener cuidado con la maleta y con su vida misma. No vayan!

Cual es la verdadera Venezuela?

Las dos Venezuelas, la de antaño y esta son verdaderas, pero tendremos que decidir cual de las dos prevalecerá.

Cuidado! Los seres humanos se acostumbran rapidamente al entorno, se van mediocrizando, “adaptando”por comodidad, para ajustarse al entorno. El dia que se pierda la memoria colectiva de lo que fuímos y de lo que debemos llegar a ser, ese dia se cerrará el foso sobre nuestras cabezas. No  permitamos que nuestra sociedad se convierta en una tribu miserable colocada al margen de la civilización.  Tenemos que esforzarnos por ser una sociedad de gente civilizada, moderna, educada. Hay que remar hacia Chile, no hacia Haití.