Uno de los vergonzosos eventos relacionados con la instalación de la nueva Asamblea Nacional fue la visita de los diputados chavistas al Panteón Nacional, donde fueron a jurar frente a los restos de Simón Bolívar que trabajarían por el sistema socialista y el proceso "revolucionario". Digo que este acto fue vergonzoso poque los diputados no fueron a reafirmar su dignidad personal, ni su disposición para ejercer el voto de conciencia, el único voto honesto que debe tener un legislador, sino que fueron a testimoniar su adhesión incondicional a un régimen ignorante, corrupto y totalitario. Fueron, en dos platos, a reafirmar su condición de focas. Relacionando de manera absurda el “sentimiento bolivariano” con el comunismo, algo que no aparece por ninguna parte en la vida del libertador, una señora disfrazada de wayuú, les conminó a ser fieles a la “revolución”.
Diputados del régimen: después de ver el espectáculo de un traidor borracho auto-juramentándose como presidente de la Asamblea Nacional, es preciso estar más convencidos que nunca que estamos frente a un régimen malandro.... pero mediocre, corrupto.... pero cursi.
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