EL JUICIO DEL LÍDER DE LA
OPOSICIÓN LEOPOLDO LÓPEZ SUSCITA PREOCUPACIÓN POR LA INDEPENDENCIA DEL SISTEMA
JUDICIAL EN VENEZUELA
Leopoldo López, líder del partido
de la oposición venezolano Voluntad Popular, está en prisión desde el 18 de febrero
de 2014. Ese día, López se entregó a la Guardia Nacional durante una manifestación
contra el gobierno convocada por su partido en una plaza del este de Caracas.
El 19 de febrero, compareció ante un tribunal que concluyó que no había pruebas
para acusarlo de los graves delitos enumerados en la orden de detención, que incluían
terrorismo, homicidio y lesiones graves, pero que había indicios de otros
delitos, como incendio y daños, en carácter de determinación, instigación a
delinquir y asociación para delinquir. Estos delitos conllevan una pena máxima
de diez años de prisión. La juez ordenó la prisión preventiva de López hasta
que se conocieran los resultados de la investigación de la fiscalía.
Cuatro meses después, el 4 de
junio de 2014, la juez resolvió admitir los resultados de la investigación del Ministerio
Público y que había indicios suficientes para llevarlo a juicio. Además,
decidió negar la libertad bajo fianza mientras esperaba la celebración del
juicio. Leopoldo López lleva ya más de cinco meses en prisión preventiva en el
Centro Nacional de Procesados Militares "CENAPROMIL", una prisión
militar en Los Teques, en las afueras de la capital, Caracas.
A Amnistía Internacional le
preocupa que el encarcelamiento de Leopoldo López parezca estar basado en razones
políticas. La orden de detención fue emitida al día siguiente de que el
presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y el ministro de
Relaciones Exteriores, Elías Jaua Milano, acusaran públicamente a López de ser
responsable de la violencia desencadenada durante las protestas contra el
gobierno; por su parte, el presidente Nicolás Maduro pidió su encarcelamiento
al día siguiente de su detención. Estas acusaciones públicas del poder
ejecutivo, sin contar con el respaldo de pruebas verosímiles, no transmiten un
mensaje claro de que las autoridades respetan la imparcialidad y la
independencia del sistema judicial, y hacen dudar de que se esté respetando el
derecho a la presunción de inocencia de Leopoldo López, lo que es crucial para
un juicio justo. Se han puesto en duda la independencia y la imparcialidad del
sistema judicial —una piedra angular del Estado de derecho— y, por tanto, la
imparcialidad de su juicio es cuestionable desde el principio.
En febrero y marzo de 2014,
Venezuela se ha visto sacudida por protestas multitudinarias tanto a favor como
en contra del gobierno en diversos puntos del país. Los enfrentamientos
violentos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes se saldaron con 43
muertos y cientos de heridos, incluidos funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley y viandantes. Según la Fiscalía General, a mediados de marzo se
había detenido a más de 2.100 personas, la mayoría de las cuales fueron puestas
en libertad pocos días después, pendientes de más investigaciones.
RECOMENDACIONES
Amnistía Internacional insta al
Ministerio Público venezolano a que demuestre más allá de toda duda razonable que la detención y el
juicio de Leopoldo López no tienen motivación política y a que lo ponga en libertad
sin demora salvo que se justifiquen de forma verosímil los cargos penales
formulados en su contra.
A Amnistía Internacional le
preocupa seriamente el riesgo de que Venezuela entre en una espiral de
violencia si todas las fuerzas
políticas, gobierno y oposición, no condenan las protestas violentas, usan su influencia para ponerlas fin y se
comprometen a respetar los derechos humanos y el Estado de derecho. Para]que los trágicos sucesos de
febrero y marzo no se olviden ni se repitan, y para garantizar que existen condiciones
para entablar un diálogo constructivo de buena fe, es esencial que el gobierno
dé a los derechos humanos máxima prioridad en su programa político reforzando
las instituciones y el Estado de derecho.
Garantizar que todas las
personas pueden ejercer sin discriminación su derecho a la libertad de
expresión y de reunión pacífica sin temor a ser víctimas de homicidio,
agresión, malos tratos o detención arbitraria transmitirá una clara señal de
que las autoridades se toman en serio el respeto a los derechos humanos de todos,
con independencia de su posición y de sus opiniones políticas.
En Venezuela los narcotraficantes son tratados como héroes y los líderes decentes están en prisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario