Cada vez que sale a la luz un informe de Transparencia Internacional que menciona a venezuela como el país más corupto de América del Sur, el contralor Clodosbaldo Russián se apresura a decir que esa organización es “tarifada”. Lo mismo sucede cuando organizaciones como CEDICE publican un informe sobre la corrupción en Venezuela, como el que acaban de publicar (“De PetroEstado a NarcoEstado", Gustavo Coronel, Noviembre 2009, CEDICE, Caracas.) el cuál puede leerse en http://www.analitica.com/va/politica/opinion/7297289.pdf . El contralor debería verificar estas denuncias ciudadanas, en lugar de negarlas sin examen. Dice el indigno contralor que : “El organismo que represento siempre está presto a combatir ese fenómeno y los llamados que hace el presidente de la República (Hugo Chávez Frías)… siempre son atendidos”. No es verdad lo que este hombre dice y ciertamente un funcionario autónomo no debería esperar a que el presidente le haga llamados que, por otra parte, no son sinceros y están politicamente matizados. La contraloria de Russián no tiene vida propia sino la que le impone el déspota.
Este hombre tiene ya largos años al frente de la contraloría y no ha tomado acción alguna contra los miembros del régimen quienes han saqueado al erario público, comenzando por los más altos burócratas del estado. La razón es de una trágica sencillez: es cómplice de la pandilla. Lo demuestra al referirse de inmediato a la necesidad de cambiar la constitución y llamar una constituyente, una línea políica que le ha sido dictada, junto a la no menos indigna Luisa Estela Morales. Ese pelele está abonando el terreno para que Chávez lleve a cabo otra maniobra destinada a perpetuarse en el poder.
No tendrá donde esconderse el dia que Chávez caiga. La justicia se encargará de él.
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