Memo a la OEA: Estudiantes Venezolanos en Huelga de Hambre y Presos Políticos sin garantías

La huelga de hambre es una de las pocas “armas”que restan a quienes luchan por la libertad y la democracia en un régimen represivo, vulgar e insensible a las opiniones disidentes. Hoy en día hay pocas “armas” en manos de la oposición al régimen mientras que el régimen si está armado, sin comillas, hasta los dientes. La disidencia ha tratado varias altenativas: ha probado las marchas y se le lanzan gases lacrimógenos y se agreden a las mujeres, como lo evidencian los numerosos documentos gráficos.. Ha tratado de llegar a la Asamblea Nacional y se le prohibe la entrada. Ha intentado llegar a Miraflores y encuentra milicias populares – léase fascinerosos armados y resentidos – que le impiden el paso. Ha ido a votar y se ha encontrado con el más descarado ventajismo de unas elecciones manejadas, antes, durante y después, al antojo del déspota. Hay más de cien presos politicos en Venezuela, muchos de ellos sin haber sido enjuiciados y, los enjuiciados, objeto de sentencias grotescas y totalmente divorciadas del derecho.
En Venezuela se le han cerrado a la democracia todos los caminos. Por ello los estudiantes y algunos otros venezolanos han ido a una huelga de hambre, para exigir que organismos internacionales como la OEA examinen en el terreno la situación de los derechos humanos en Venezuela. Hasta ahora ello no ha sido posible. El Secretario General del organismo, Sr. José Miguél Insulza, insiste en que ello debe ser pedido por el gobierno del país y aprobado por el gobierno del país, sabiendo bien que esto no ocurrirá nunca. El Secretario General le pide a los estudiantes que levanten su huelga. Pero, entonces, que armas le quedan a los venezolanos decentes, amantes de la libertad? Tendrán que morir estudiantes frente a la OEA para que alguien se vea obligado a tomar alguna acción?
Creo, y así se lo propongo al Secretario General de la OEA, que es el momento de agarrar este toro por los cuernos. Si el régimen que impera en Venezuela se niega a recibir a la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, organización de la cuál Venezuela es miembro y en la cuál ha firmado convenios y tratados que la obligan a aceptar sus normas, entonces deberán ocurrir una de dos cosas: (1), O el Secretario General decide, como es su potestad decidir, viajar a Venezuela, a establecer en el terreno cuál es la verdadera situación de los derechos humanos en el país, o, (2) llama a una reunión plenaria para considerar la expulsión de Venezuela, por desacato a los lineamientos y reglamentos de la organización.
Lo que está planteado en Venezuela en este momento no es un asunto para pensar en matemáticas electorales o en agendas personales. Es una cuestión de vida o muerte. El Secretario General de la OEA debe actuar ya. En sus manos está hacer el gesto que puede evitar una tragedia.
Si algo sucede en Venezuela por omisión de la OEA ello desencadenará una crisis política regional de proporciones difíciles de estimar. Si ello sucede, no quisiera estar en los zapatos del señor Secretario General de la OEA, José Miguél Insulza.