Con alguna frecuencia entro en www.aporrea.com para reírme un poco. Leo las cosas que
escribe un señor canadiense llamado Oscar Heck desde el Sanatorio donde está
recluído. O los ensayos de José Sant Roz que son divertidísimos, ya que él
exhibe algo de la incoherencia que caracterizaba a su familiar Argenis Rodríguez. Pero hay
unos escritos que me causan admiración por la habilidad del autor para no decir
nada con muchas palabras.
Por ejemplo, vean esto del 10 de junio, escrito por un líder
chavista que representa a los “Afro-descendientes”
Afrodescendientes, conocimientos y soberanía
intelectual
Autor:
Jesús Chucho García
10
de Junio, 2012
El tiempo individualizado y colectivizado va produciendo
un conocimiento, el cual es parte del tiempo vivido. El reto que tiene el
movimiento afrodescendientes no es la búsqueda de la dependencia estatal ni del
parasitismo petrolero, sino aprovechar la inclusión del espacio público, ganado
con dignidad, para avanzar con firmeza y construir una agenda autónoma sin
desresponsabilizar al Estado, pero no cobijarse en este, pues eso sería
reafirmar la petrodependencia. La vía es la construcción de un conocimiento
sustentable que ayude a desburocratizar el Estado casi inoperante y realizar
nuevas prácticas de participación... aplicar lo construido en estos 12 años de
experiencia afro en todas sus dimensiones, es el reto del momento.
El conocimiento es lo acumulado como saber vivo y
sistematizado desde nuestras perspectivas y no las definidas por otros desde
afuera, anulando nuestras sensibilidades cognitivas. Coincido con Sartre cuando
dice: “A decir verdad, este conocimiento que adquiero permanece vacío, en el
sentido de que jamás conoceré el acto de conocer; este acto siendo pura
trascendencia, no puede ser captado sino por sí mismo en forma de conciencia...
o por la reflexión nacida de él. Lo que conozco es sólo el conocimiento como
ser -ahí, o, si se quiere, el ser- ahí del conocimiento”.
No conocer el acto del “acto de conocer” es limitarse a aceptar ya el conocimiento convertido en verdad eterna e inmutable elaborado por otros, desde “afuera” y lo aceptamos como la gran verdad que penetra nuestros cuerpos, mentes, modela actitudes eliminas aptitudes de transformación de nuestros entornos miserables, confusos, mutilados, desesperanzados.
La idea es cómo diferenciar el conocimiento que nos desconoce y el otro conocimiento que hemos ido construyendo socialmente a través de nuestra experiencia de vida, tanto de manera individual como colectiva, por muy mínimas y simples que aparenten ser… pero es conocimiento válido. Y lo más triste de todo eso es que tenemos un conocimiento “propio”, que no le reconocemos entre nosotros mismos por el temor a la verdad absoluta del “otro” quien se ha erigido en juez por el poder instituido y constituido en su dimensión política científica. ¿Cómo entrar en diálogo con el Estado con nuestros propios conocimientos sin dejar que éste se trague nuestro conocimiento por la voragine burocráticamente establecida que ha ahogado tantas iniciativas?
Según el sabio africano de Mali, Amadou Hampte Ba, “el conocimiento y la aplicación del mismo en la vida práctica es lo que hace del humano un ser superior en la escala de los seres vivientes… La historia comprende, de una parte, los grandes mitos de la creación de lo humano y de su aparición en la tierra con la significación del lugar que ocupa en el seno del universo, el rol que tiene y debe jugar (esencialmente en un eje de equilibrio) y su relación con las fuerzas de la vida…”
No conocer el acto del “acto de conocer” es limitarse a aceptar ya el conocimiento convertido en verdad eterna e inmutable elaborado por otros, desde “afuera” y lo aceptamos como la gran verdad que penetra nuestros cuerpos, mentes, modela actitudes eliminas aptitudes de transformación de nuestros entornos miserables, confusos, mutilados, desesperanzados.
La idea es cómo diferenciar el conocimiento que nos desconoce y el otro conocimiento que hemos ido construyendo socialmente a través de nuestra experiencia de vida, tanto de manera individual como colectiva, por muy mínimas y simples que aparenten ser… pero es conocimiento válido. Y lo más triste de todo eso es que tenemos un conocimiento “propio”, que no le reconocemos entre nosotros mismos por el temor a la verdad absoluta del “otro” quien se ha erigido en juez por el poder instituido y constituido en su dimensión política científica. ¿Cómo entrar en diálogo con el Estado con nuestros propios conocimientos sin dejar que éste se trague nuestro conocimiento por la voragine burocráticamente establecida que ha ahogado tantas iniciativas?
Según el sabio africano de Mali, Amadou Hampte Ba, “el conocimiento y la aplicación del mismo en la vida práctica es lo que hace del humano un ser superior en la escala de los seres vivientes… La historia comprende, de una parte, los grandes mitos de la creación de lo humano y de su aparición en la tierra con la significación del lugar que ocupa en el seno del universo, el rol que tiene y debe jugar (esencialmente en un eje de equilibrio) y su relación con las fuerzas de la vida…”
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Y así sigue el buen Sr. García. Que querrá
decir con toda esta descarga ? En todo caso, el escrito es un buen ejemplo de
las piezas que nos ofrece a diario www.aporrea.com,
una publicación que ejemplifica, como ninguna otra, estos 14 años de profunda
mediocridad intelectual, de horrorosa involución venezolana que hemos tenido
que soportar.
3 comentarios:
Mierda, ni Cantiflas, pues.
Hablar sin sentido o repetir como lorito. Eso es el chavismo !!
Yo también hago mi relax leyendo estupideces del régimen, éste es mi favorito:
http://ungranodemaiz.blogspot.com/
mis felicitaciones por su blog
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