domingo, 31 de mayo de 2015

La Venezuela que se va y la que vendrá


REFLEXIÓN DOMINICAL



Cada día que pasa la Venezuela de Hugo Chávez, Nicolás Maduro y sus familiares, amigos, cómplices, narcos, cooperantes, embajadores sin honor y parásitos de todo el planeta que le chupan el dinero a la “revolución” se revela como un pozo infecto de corrupción, de narcotráfico, asesinatos, secuestros y expropiaciones, todo lo cual la ha colocado en la primera línea de los regímenes forajidos del planeta. Los depósitos en Andorra, Suiza, Panamá y otros “paraísos fiscales”; el derroche de dinero del que hacen gala los boli chicos y otros contratistas de PDVSA o de algunas otras empresas del estado; las investigaciones internacionales ( aquí nadie investiga)  que relacionan a altos militares venezolanos y al mismo Diosdado Cabello con el narcotráfico;  las amistades mafiosas de los familiares de los miembros de la pandilla,  todo ello  muestra como el chavismo ha llegado a ser una merienda de corruptos y como muchos miembros de la sociedad venezolana se han incorporado con glotonería a este festín de la podredumbre. Estos han sido años trágicos para Venezuela, años de profunda degradación moral, de cobardías insospechadas, de escasa fibra ciudadana en grandes sectores de la población. Venezuela se encuentra hoy en el grupo de los países más atrasados del planeta y esto es comprobable mediante el examen de los índices internacionales  independientes. Una que otra organización como las FAO todavía elogia al régimen, ya que sus representantes en Venezuela han sido incorporados al séquito del dictador.  Una que otra universidad, como la de La Plata en Argentina, recibe dinero del régimen para que le adjudique a Maduro un ridículo premio de opinión, tal y  como lo hiciera con el muerto.
Una de las señales más fuertes de la desintegración del régimen tiene que ver con el número de cómplices del régimen quienes desertan, buscando impunidad para sus crímenes a cambio de la delación de peces más gordos. Esta es una actividad odiosa pero que parece ser necesaria para castigar a los grandes capos del crimen y de la droga. Ya son varios y variados los delatores, a quienes  también podríamos llamar patriotas cooperantes, similares en su naturaleza – son la misma clase de gente -  a los sapos que le dan cuenta a Mario Silva, el sapo rey del régimen y a su asistente, el diminuto y defenestrado Ernesto Villegas. 
Ex-magistrados, ex-guardaespaldas, ex- presidentes de empresas del estado, banqueros prófugos, toda una clase entomológica especial, anda disparada hacia USA, a hablar con los investigadores que hurgan en las entrañas purulentas del chavismo. Ninguno de estos cooperantes lo hace por patriotismo, por amor a Venezuela, por integridad personal. Lo hacen para mandar a Maduro y a Cabello al pajón,  a fin de que, con su delación, se les permita disfrutar de sus dineritos o dinerotes mal habidos en los vericuetos de las empresas del estado o ministerios, desde DIANCA hasta PDVSA, desde el ministerio de finanzas hasta el Tribunal Supremo de Justicia. Estos son bagazos morales, con o sin uniforme,  iguales a  los asesinos, narcos y analfabetas que manejan el poder.
En esta marabunta de malhechores, invertebrados, cobardes, celestinos y cómplices, donde está la Venezuela que habrá de resurgir algún día? No está en una clase adinerada, mucha de la cual se ha transado con el régimen. No está en las grandes masas de pobres que carecen de conciencia social y que solo desean recibir su subsidio, su regalo, no importa las humillaciones recibidas. Los venezolanos  de mucho dinero o de gran pobreza son grupos moralmente vulnerables, muchos de ellos ansiosos de hacer más dinero o de recibir algún dinero, sin pensar en el aspecto ético de sus posturas. La ética es prácticamente desconocida para el grueso de los más ricos y de los más pobres, quienes solo piensan, o en más riquezas o en sobrevivir.
Es en la clase media baja, clase media-media y en algunos sectores de la clase media alta que se encuentran las semillas de la redención venezolana. Estos segmentos son minoritarios, representan quizás un tercio de la población, pero sus voces y su vigor ciudadano compensan su posición minoritaria para convertirlos en una fuerza formidable de opinión. Este segmento intermedio de la población es  el que instrumentará el cambio político,  mientras los otros están sentados en la barrera, contemplando el espectáculo y viendo los resultados para decidir, a última hora, con quien se alinean.  Se alinearán con el ganador en base a  una alianza hipócrita, interesada, calculadora, estratégica. Los principios no jugarán en esa alianza ningún papel.
Es ese segmento intermedio de la población venezolana, arriba mencionado,  el que justifica mi postura activa. Es con ellos, por ellos y para ellos, en el corto y mediano plazo,  que doy mi apoyo. Ellos forman el núcleo principal de la Venezuela que vendrá.

Esta Venezuela que vendrá tendrá una tarea enorme que llevar a cabo, a fin de crear, en el más largo plazo, la Venezuela que deseamos. Es la que llevará a la transformación de nuestras grandes masas inertes, de habitantes que constituyen un pesado fardo,  en ciudadanos capaces de labrarse su propio destino, venezolanos dignos, para quienes los principios sean más poderosos que una dádiva. Solo cuando seamos un país de ciudadanos habremos derrotado las fuerzas horribles de la mediocridad y de la codicia. 

5 comentarios:

Ubaldo dijo...

Estimado Señor Gustavo Coronel, esos que usted menciona que están esperando para decidirse, son los oportunistas. Siempre han existido y seguirán existiendo. Son como las cucarachas. Cuando el General MPJ, la mayoría de la población, era perezjimenista. No sólo desfilaban en la Semana de la Patria, también gritaban a todo gañote: "Viva Pérez Jiménez" ebrios y sanos. Ya sabemos que después de ido el General, como salieron las víctimas del Dictador por todas partes, buscando lo suyo. Con los pobres, no me atrevería a confundirlos en una sólo masa amorfa. En los barrios de ahora, hay muchos universitarios, que a lo mejor no son la gran cosota, pero si los hay que piensan y son honestos. Claro que hay LUMPEN, pero el lumpen está en todas las clases sociales. Yo vi bastantes burgueses con sus camionetas, saqueando cuando los sucesos del 27 de Febrero, también comprando productos del saqueo en la Carlota. Me alegro que usted esté otra vez en el teclado. Se le aprecia. Alfredo Milano, aunque salga Ubaldo.

Andrés Valencia dijo...

Gracias, Gustavo Coronel, por traer bajo la luz la idea de la re-fundación de Venezuela. Es necesaria, traerá una nueva constitución y cambios profundos en la leyes, esto atraerá la inversión y el empleo en el sector privado. El estado Venezolano debe perder poder, y los Venezolanos, ganarlo.

Anónimo dijo...

Los Cubanos tambien dicen igual!

La Cuba que viene despues de los Castro y la que vendra!

Creanme a veces pareciera igual decir, la que viene y la que vendra, como si fuese lo mismo!

La que viene pareciera indicar certeza! Mientras que vendra es de alguna duda! O sera alreves?

Una palabra se conjuga hacia el pasado, o sea vendra!

La otra se conjuga come hacia el futuro, o sea viene!

Bueno perdonenme, estoy confundido o no importa! Por que yo creo que no hay una Venezuela que viene, porque desde Simon Bolivar nunca hubo una Venezuela que vendria!





Anónimo dijo...

Me explico mas:

Vendra y viene!

Vendra, pero no viene como se quiere!

O no vendra y no viene!

O vendra, pero no se sabe cuando viene!

Ja ja ja ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!


Anónimo dijo...


Hasta la fecha ocurre que despues de UN TUNEL hay otro y otro...! Y se vuelve interminable!