El embajador de Panamá en la OEA tomó la palabra para defender la democracia venezolana después que el sinverguenza que representa a Chávez usó su derecho de palabra para defender la dictadura. He aquí un extracto del discurso del demócrata panameño:
"No podemos tapar con una mano lo que en este momento vive Venezuela. Sería irresponsable hacerlo.
Al final del régimen, Noriega se radicalizó hasta el punto que como no confiaba en quien lo rodeaba, creó una especie de mando paralelo que compartían militares cubanos; acto de alta traición en cualquier país del mundo. Ese enroscamiento le llevó, machete en mano, al absurdo de declarar la guerra a los Estados Unidos. Todos sabemos cual fue la tragedia que vivimos después de tantos desaciertos.
Cualquier similitud con lo que hoy se vive en la región no es mera coincidencia porque los tiranos militares, cuando se ven acorralados, tienen comportamientos similares; pierden el norte de las sagradas responsabilidades que como gobernantes tienen. Al sentirse aislados frente a sus pueblos y despreciados hasta por sus propios amigos y antiguos aliados, no les queda más que ampararse en el terror, la amenaza, la violencia, la mentira y el rumor. Disfrutan con desconocer la ley, porque mesiánicamente, totalmente obnubilados por el poder, se sienten que están por encima de ella y no le tienen que rendir cuentas a nadie. Inclusive en estas situaciones desesperantes hasta podrían declararle la guerra a algún vecino, con el fin de experimentar si con un enemigo externo pueden concitar el apoyo de un pueblo que los repudia".
2 comentarios:
Escuche' lo que dijo el Sinverguenza y de verdad que me dio pena ver lo rastrero que es este individuo. Es increible ver como manipulan estos chaburros.
Hola, Gustavo
Es una pena la situación en Venezuela y la posición del embajador ante la OEA. En Panamá, se está siguiendo, bajo otras circunstancias, el libreto de Chávez, y me temo que el embajador al que citas va a terminar pinchándose los dedos si sigue fustigando a Chávez. No pocas personas sensatas de mi país recuerdan en Martinelli mucho a los inicios de Chávez, con la diferencia que no es mucha de que es civil y de derecha.
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