Lo que faltó en el Oficio: Pantallero, Corrupto, Desleal, Inepto y Sumiso

El oficio #290 del llamado ministerio para el poder popular para la defensa, emanado del Inspector general del Ejército "Bolivariano", firmado por el General Carlos Antonio Alcalá Cordones, quien es el titular de esa posición, ordena que “de ahora en adelante todos los oficios deberán tener un saludo protocolar" que debe ser colocado así:

“BOLIVARIANO, REVOLUCIONARIO, ANTI-IMPERIALISTA, SOCIALISTA Y CHAVISTA”.

Este oficial firmante (ver foto abajo) es hermano de uno que salió lleno de medallas de hojalata, disfrazado de arco-iris, presidiendo el desfile que “commemoró” el golpe funesto y cobarde de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992.

De cuando acá el ejército venezolano puede ser definido con todos esos epítetos sin pasarse la constitución por el fundillo? Que clase entomológica puede ser esa que integra las filas de un ejército definido de esta manera anti-constitucional?  Que tipo de sangre corre por las venas de esos oficiales?  Hay sangres tipo A, O y varias otras. La de ellos debe ser tipo H Universal (de Horchata,  aquí y en todo el planeta) .

Creo seriamente que, si algun día queremos salir del atraso y de la cursilería que ha creado este regimen, Venezuela deberá eliminar el obsceno centro de costos, el trágico  foco  de mediocridad, la verguenza nacional, que es el ejército venezolano. En un país que solo ha tenido una guerra, ya hace casi 200 años (la cual fue ganada por civiles prestados a las armas),  para qué necesitamos “esto”? Y, si  tuviéramos una guerra, puede “esto” que tenemos como ejército durar más de una hora frente a un enemigo medianamente organizado? Y no hablemos de una invasion de los Estados Unidos, caso en el cual “esto” que se define chavista y anti-imperialista, etc,   no duraría lo que dura una tenue  brisa en un chinchorro. Tan aceptada es esta realidad, hasta por ellos mismos,  que toda la doctrina de defensa nacional desarrollada por el régimen y sus fosilizados ideólogos gira en torno a la Guerra Asimétrica, es decir, una guerra de irregulares, de guerrillas, de quemas y destrucción de lo que pueda servir al enemigo. Una guerra conducida desde el monte,  para hostigar al enemigo desde los mogotes de Perijá o de la Serranía del Interior.

 En este tipo de Guerra Asimétrica, de que valen los tanques esos que no pudieron marchar contra Colombia, a pesar de la órden dada por el Bolívar de pacotilla ensamblado en La Habana? De que valen los Sukhoi pobremente mantenidos o la quincallería de segunda mano comprada a los Rusos y a los Iraníes y a los Chinos? Más aún, quien puede operar esa birsutería? Quien liderará las batallas? Este que fima el Oficio? El otro General, el que hace los contactos con la FARC? Los que se llevaron la plata del Plan Bolívar 2000?  El héroe del Museo Militar, auto-exiliado en Cuba para que “no lo molesten”, como dice la ministro Sáder?  

Cada aspecto de este asunto constituye una bofetada a nuestra dignidad ciudadana. Es motivo de risa y de mofa en la comunidad internacional, pero  una tragedia para nosotros los venezolanos. Nos reta a cada instante en nuestra dignidad, ofende nuestros principios y valores más sagrados.

El ejército venezolano es hoy una institución prostituída, manejada por oficiales quienes han traicionado su juramento de lealtad a la constitución y a las leyes de la nación. Debe desaparecer, para que el inmenso caudal de dinero que consume de manera improductiva pueda ser dedicado a las tareas del verdadero desarrollo.