OEA: una bazofia inmoral

Dice la prensa.

“Los cancilleres reunidos hoy en la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobaron una declaración que expresa su respaldo a Argentina en la disputa con los fondos buitre y su preocupación "por el comportamiento de agentes especulativos" que afectan "la estabilidad financiera global. La declaración fue aprobada por aclamación con las abstenciones de EE.UU. y Canadá, que expresaron sus reservas en sendas notas a pie de página”.

De que se trata esto? Es acaso una afirmación de independencia, de maravillosa solidaridad con un país miembro, de noble protesta contra el abuso de los poderosos?

Creo que no.  Argentina arrastra una deuda  externa  desde hace 200 años. La  historia reciente de esta deuda  comenzó en 2001 cuando el país entró en cesación de pagos de una deuda que ya ascendía a unos $150.000 millones. El gobierno de Néstor Kirchner negoció esta deuda pagando una fracción de su valor total a la mayoría de los acreedores, quienes eran los mismos argentinos. En paralelo, el gobierno había instuituído por un año el lllamado “corralito”, el cual no le permitía a los argentinos libre acceso a sus depósitos bancarios. Esta fué una medida tipo cinturón de castidad, tomada debido a la falta de confianza en el gobierno por parte de los argentinos quienes deseaban sacar su dinero del país y no les fué permitido a la fuerza.  

Un gupo minoritario de acreedores, menor al 10% del total,  se negó a aceptar ese pago “chucuto”, incompleto, y, en 2007, comenzó a demandar a Argentina en tribunales estadounidenses por  el pago total. Este grupo es el llamado “buitre”.

No soy un conocedor de las grandes finanzas. Al tratar de ver esto de manera objetiva  no logro comprender la solidaridad de la OEA con Argentina. La deuda externa fué contraída por Argentina, la cual por cierto, asciende todavía a unos $133.000 millones.  Ya la cesación de pagos y el posterior pago de esa deuda a una fracción de su valor, aunque aceptado por muchos, es un descrédito para el país. Pagar deuda a una fracción de su valor, amparándose en el concepto de soberanía, no es algo de lo cual país alguno deba sentirse orgulloso. Quienes desean su pago completo no deberían ser catalogados como criminales y ser objeto de rechazo por una organización internacional como la OEA. Lo único que hace la OEA, en mi criterio, es aliarse con la parte que no ha cumplido con su compromiso. Y eso es  moralmente objetable. La OEA lo hace pensando en términos políticos, de ciega solidaridad con el país maula e irresponsable.

La existencia de la OEA, con sede en Washington, financiada en su actividad por los Estados Unidos, manejada por un personaje funesto como José Miguel Insulza, solo puede explicarse como un acto de masoquismo por parte del gobierno de Barack Obama. Al menos, esto es lo que pienso.