Que será lo que quiere el afrodescendiente?

A los afrodescendientes de Curiepe les echó plomo la revolución. Y entonces?

 Hace varios años llegó a Caracas, a visitar a Chávez,  un afrodescendiente estadounidense llamado Danny Glover, actor de cine en Hollywood. Llegaba como directivo de una asociación estadounidense llamada TransAfrica Forum, atraído por lo mismo que atrae a Venezuela a prostitutas de alto nivel, travestis brasileños, presidentuchos latinoamericanos, ideólogos de alquiler, vendedores de armas, narcotraficantes y terroristas. Es decir, el dinero del petróleo. Por todo el planeta se ha corrido la voz que Hugo Chávez es mano floja con ese dinero no ganado con sus esfuerzos y  por el cual no tiene que responder, ya que todos los organismos contralores están en su nómina.

Este afrodescendiente, Danny Glover, quien en una occasion pidió por la vida de Sadam Hussein y ama a Castro y a Aristide (acusado ahora de narcotraficante), vino a sacarle  plata a Chávez para “terminar” una película sobre el afrodescendiente Haitiano Touissant L’Overture. El  guión sería habilmente manejado para presentar a Chávez como un heredero ideológico del Haitiano, como un precursor de la independencia de su pueblo. No importa que Haití sea hoy día un país desahuciado, gracias a la corrupción de los  presidentes afrodescendientes que ha tenido. Lo importante era mostrar a Chávez como una mezcla de Petión con Bolívar.

Glover le sacó a Chávez $20 millones para esa película que nunca sera filmada, dinero que nunca veremos de regreso. Pero Glover le dió algo a cambio a Chávez. Le aconsejó que podia prender la mecha en el país de un pretendido conflicto racial. Que debía avivar el sentimiento racial de los negros venezolanos, quienes son una minoría clara en el país, para ponerlos  a hablar en términos de afrodescendientes, no de negros. Que había que avivar la adormecida conciencia racial de esa minoría negra venezolana.

Y esto es lo que Chávez compró por $20 millones. Compró el odio importado de la negritud estadounidense que no se ha dado cuenta de que el presidente de su país es negro.   Ahora, en Venezuela, el chavismo aviva la llama del racismo,  son profundamente racistas. Porque racismo no es una aflicción de una sola vía, de blancos hacia negros. Chávez insulta a quienes tienen la piel blanca y los ojos azules y les achaca a esa minoría venezolana todos los males del país. Ese carajo es racista. Habla despectivamente de Condoleeza Rice y de Obama por ser negros. Pide en sus demenciales peroratas el exterminio de los blancos, quienes, según él, se han robado el patrimonio de la gente de color. Ese carajo es racista.

Lo que este zambo de Barina predica es  el odio contra los blancos, los oligarcas, los burgueses, los apátridas, quienes se apropiaron malamente de la riqueza que les pertenecía a “ los afrodescedientes y afrodescendientas”.  

Sin embargo,  la  negritud escasea en su gabinete. Aristóbulo fué ministro pero ese  es su negro mascota, por lo jalabolas. Pero negros ministros, presidentes de empresas, embajadores o generales del ejército, hay que buscarlos con lupa.

Mientras tanto, el grueso de la población, que es mestiza, está sentada en las tribunas viendo esta artificial confrontación entre dos minorías. Tronco de espejito le vendió Danny Glover a Chávez.