En una muy agradable entrevista
hecha a Gustavo Dudamel: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/02/videos/1341242693_589188.html, el notable director de orquesta afirma: ““El término ‘clásica’ aleja a los
jóvenes de este tipo de música”.
Creo que si lo hubiera
pensado mejor Dudamel hubiera enfocado este asunto de una manera ligeramente
diferente. La música entra por el oído. La naturaleza elitista de la música
clásica se debe, en gran parte, al hecho de que nuestra gente no la escucha. Mientras
la salsa y el regatón saturan los medios radiales la música clásica no se
encuentra en las radios, excepto en la Radio Nacional de Venezuela, la cual –
cuando yo vivía en Venezuela – solo se escuchaba hasta Paracotos. De resto, los
programas de música clásica era aves raras. Hace muchos años había uno:
Fantasías Dominicales, de Reinaldo Espinoza Hernández. La Emisora Cultural
Caracas del gran ciudadano que fué Humberto Peñaloza levantó esa bandera pero
el área en la cual se escuchaba estaba también bastante restringida.
Siempre he pensado que
en las escuelas primarias venezolanas debería existir una asignatura
obligatoria, digamos dos horas a la semana, sobre Apreciación Musical. Porque
la música entra por los oídos, mientras más jóvenes sean, más fácilmente. Este
programa podría ser una extensión de “El Sistema”, el cual ya es un triunfo que
representa una de las pocas contribuciones de naturaleza universal que hemos
hecho como sociedad, gracias a la
tenacidad de un hombre.
La música clásica tiene
muchísimos ejemplos de su raíz folklórica, es decir, popular. Usted escucha la
“Suite Margariteña” de Inocente Carreño y reconoce rapidamente a “Margarita es
una lágrima” y a “Los Chimichimitos”. Uno puede tatarearla. Evencio Castellanos
usó el himno nacional en “El río de las siete estrellas”. Aldemaro ennobleció el pajarillo al
convertirlo en fuga o, quizá deberíamos decir, ennobleció la fuga al usarla
para el pajarillo. La suite de Smetana “Mi Patria” está llena de aires folklóricos,
como lo están la bellísima música de Kachaturian, las sinfonías de Tchaikovsky,
la música de Revueltas, de Ginastera o “las Bachianas Brasileras” de
Villalobos. (Ejemplo: la Número 5: http://www.youtube.com/watch?v=NxzP1XPCGJE&feature=related
) .
Lo clásico, recuerdo la
definición que nos daba el Padre Ojeda en bachillerato, es lo que merece ser
imitado. Se aplica a la música, a la literatura, a la moda, etc. En este
sentido siempre he pensado que “El Caminito de Guarenas”, de Billo Frómeta, es
clasico. Ná tan guena… Y en literatura hay muchas obras “modernas” que deben
ser “clasicas”, como “Cien años de Soledad”. La literatura “clásica”,vista así,
no tiene una connotación de tiempo sino de excelencia.
Ojalá que Abreu, ya
consolidado en prestigio universal, pueda extender “El Sistema” a la enseñanza
masiva de la apreciación musical en las escuelas primarias de nuestros países.
Ya podemos ver que el Danzón #2 de Arturo Marques, convertido por Dudamel en
un favorito del gran público pone a los niños a bailar. Y lo mismo aplica al "Mambo" de Leonard Bernstein. Esos son puentes fáciles de cruzar para llegar a la música "clasica".
Como decía CAP: Manos a la obra!
2 comentarios:
Gustavo, por primera vez tengo una seria diferencia con tus planteamientos. Abreu, especialmente, y Dudamel,en segunda instancia, no tienen ninguna moral al apoyar y servir de propaganda al chavocastrismo. Me extraña que lances loas a este par de granujas, que no ven el desastre y el trabajo que está pasando la gente humilde en Venezuela gracias adivina a quién.
Todo el mundo olvidó, por cierto, que Abreu fue ministro de CAP. Y que gracias a CAP eso que hoy llaman "sistema" es lo que es. Pero nadie recuerda eso y le jalan bolas al guebón ese.
La diferencia no es un problema siempre que podamos dialogar,como afortunadamente podemos hacerlo. Lo que ha logrado Abreu es muy imprtante, tien ya dimensión internacional.Que haya tenido que arrodillarse enfrente al sátrapa para conservar lo logrado es un asunto que trato de separar de lo ya logrado. Creo que el comportamiento de Abreu hoy no puede invalidar lo que ha logrado en democracia.Esta obra es monumenrtal y ya desafía nuestras veleidades politicas. Creo que la humillacion de Abreu no puede condenarla. esa humillacuión podría ser cantada mañana como un excelso sacrificio.
Dudamel? No se todavía.Lo observo meloso con el régimen pero se proyecta como un joven agradable y ciertamente puede llegar a ser un factor formidable de culturización de nuestro pueblo, en vista del prestigio internacional que ya ha alcanzado.
Estaría hoy tentado a darle el beneficio de la duda aunque admito que su postura ciudadana no ha sido lo que yo hubiera esperado.
Creo que esta es una discusión que debemos tener e invito cordialmente a participar en ella.
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