En memoria de mi amigo Alberto Quirós Corradi, quien “en su último día se mantuvo
calmado y sereno. Luchó hasta el final”.
Alberto Quirós Corradi falleció el 14 de Enero de este año a los 83 años, a
escasos días de escribir su último artículo. Alberto tenía ya varios años en
diálisis, tres veces a la semana, en sesiones de hasta cuatro horas cada vez.
Durante esos años de dura batalla por su vida estudió y se graduó de Master en Bioética
en la Universidad Central de Venezuela, escribió centenares de extraordinarios
artículos descriptivos de la trágica realidad venezolana y promovió valiosas
iniciativas ciudadanas de diferente índole, las cuales le merecieron honores
tales como el premio Gumersindo Torres, de la Sociedad Venezolana de Ingenieros
de Petróleo. Ejerció hasta el último día de su vida la condición de líder
ciudadano y dejó una legión de jóvenes alumnos, influenciados por su actitud
positiva y racional ante la vida. Estos jóvenes se referían a él como el
Sensei.
Al leer su último artículo puede verse que Alberto pronosticaba un cambio
dramático en la ecuación de poder político venezolano para el 2015. Habló
específicamente de “un cambio político” y añadió que sería probablemente generado
por un sector del mismo régimen. En efecto, las incoherencias, ineptitud y
corrupción de Maduro y su gabinete llevaron a la dramática derrota del régimen
el 6D.
Si Alberto estuviese vivo hoy pudiera escribir sus predicciones para 2016. Él
prefería crear escenarios probables, algo que aprendió durante su ilustre
carrera con Shell y, luego, con PDVSA. Pero hacía una excepción una vez al año
para escribir su provocativa Bola de Cristal para el año siguiente. Ello le
daba la oportunidad de poner en el papel sus propias ideas sobre lo que debería
hacerse en Venezuela pero no se hacía. Estimulaba a los lectores hacer sus propias predicciones. Y predicaba las actitudes correctas para nuestro liderazgo.
Este fue el último artículo de Alberto:
La bola de cristal 2015
28 DE DICIEMBRE
2014
Por
mucho tiempo publiqué mis predicciones para el año próximo donde analizaba lo
que sucedería en varios sectores del país. La crisis por la que atraviesa
Venezuela me obliga a retomar el tema para anticipar lo qué sucederá en el
2015.
Economía. Todos
coinciden en que será un año de alta inflación, desabastecimiento, escasez de
divisas, bajos precios del petróleo, corrupción, gerencia pública deficiente,
baja productividad, desempleo creciente, aumento del sector informal, más
pobreza, clase media castigada, etc. Sobre esto los economistas serios, puntos
más, puntos menos, están de acuerdo. Muy pocos creen que el régimen tomará las
medidas necesarias para enfrentar el desastre económico y aunque lo hiciera y
procediera inteligentemente a desmontar los controles de precios y de cambios,
unificar el dólar, reducir el gasto público, dejar de imprimir dinero inorgánico,
acabar con la corrupción y el contrabando, 2015 será un año muy difícil de
administrar. Hágase lo que se haga la inflación será alta y habrá
desabastecimiento por la sencilla razón de que el país no podrá, en un año,
aumentar, adecuadamente, la generación de bienes de consumo ni la
productividad, ya que no habrán divisas para importar lo suficiente para
inundar el mercado y hacer que la oferta sea superior a la demanda. Además,
habrá que devaluar bajo cualquier escenario. El dólar a 6,30 bolívares ya es un
chiste malo. Lo trágico de 2015 es que no importa lo que el régimen haga,
afectará negativamente a todos los ciudadanos: a los pobres, la clase media,
los empresarios, los trabajadores, los informales, los desempleados, los
pensionados y jubilados, los niños y adolescentes. Las consecuencias de las
medidas que tome el gobierno se verá en 2016 cuando podría empezar la
recuperación económica del país, de haberse tomado las medidas correctas en
2015 y resistir sus negativos efectos.
Política. La
gran pregunta es si el régimen aguantará el año 2015, que independientemente de
lo que haga será, en términos sociales, inmanejable. Y que nadie se alegre por
los problemas que tendrá que enfrentar el gobierno. Son los mismos que le
dificultará gobernar a cualquiera que se siente en Miraflores. Los corruptos e
ineptos de hoy nos han llevado a una situación bajo la cual no hay recuperación
posible sin pasar antes por peores momentos donde los ajustes del gasto público
que habrá que realizar, por mucho empeño que se ponga, afectará a todos, en
especial a los que menos tienen y a la clase media baja. Todo lo anterior
apunta a que en 2015 habrá un cambio político en Venezuela que, probablemente,
será provocado por algún sector del mismo régimen. Maduro, como ya hemos observado,
no tiene la menor posibilidad de un 2015 exitoso. ¿El sector político, la
ciudadanía y la Fuerza Armada, le concederá otro año de aparente fracaso? Por
donde se le mire suenan truenos inconstitucionales.
Inseguridad. El
crimen mayor de este régimen ha sido corromper a la sociedad, no solo en el
latrocinio, sino, peor aún, en la destrucción de valores. La vida no vale nada,
se mata por un par de zapatos y a veces por el aparente gusto de terminar una
vida. Se irrespeta y se hace burla del talento y del conocimiento. Se acusa y
se descalifica al ciudadano sin pruebas y luego se encarcela. Como los líderes
oficialistas son visiblemente corruptos, el mal ejemplo los ha convertido en
una sociedad de pillos. Ese desbalance moral y ético será lo más difícil de
rescatar. El dinero, por los precios del petróleo y por nuevas inversiones,
podrá reconstruir la planta física del país, pero ¿cómo hacer para que el
ciudadano prefiera el trabajo a la dádiva, el ingreso honesto a la corrupción,
el respeto a la idea de otros? Entender que el funcionario público es un
servidor de los ciudadanos, en otras palabras, el mandatario no es mandante y
que la vida y la libertad son más fuertes que cualquier poder.
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