Alí Rodríguez habla a sus malandros en un país a oscuras

El terrorista Alí se dirige al malandraje guerrillero

Hablando a una grotesca Asamblea Revolucionaria de Combatientes Guerrilleros, una reunión de malandros, reposeros, secuestradores y asesinos jubilados que parece sacada de las cloacas del París medioeval, el ex-volador de oleoductos Alí Rodríguez Araque endiosó la acción traidora del terrorismo extremista que estuvo activo durante la democracia.
Olvidando sus deberes de funcionario público a cargo del sector eléctrico nacional, el cual se encuentra colapsado, Rodríguez utilizó su tiempo como burócrata estatal para hablarle al lumpen congregado en Parque Central de un pasado en el cual él y los otros vagos y maleantes que se fueron a las montañas le hicieron grave daño al país, como lo siguen haciendo ahora que se encuentran en el poder.
Ese malandraje que nunca ha trabajado vive en una Venezuela que surgió hace trece años y que hoy agoniza, junto con el malandro mayor. Se revuelcan en el pantano de un país deforme y materialmente arruinado que desaparecerá pronto, dejando una herencia de miseria y desolación.
Tomará un par de generaciones sacar la patria a flote. El terrorista Alí echa sus últimos discursitos.