lunes, 15 de septiembre de 2014

Ramírez : la maldición del difunto





Chávez y Ramírez, Destructores S.A. 

Ramírez, en tus últimas declaraciones de defensa a la maldición del difunto dices lo siguiente, Domingo 14/09,

“Nosotros no vemos que pueda haber compromisos con nuestra política petrolera… Es un patrimonio preservado por nuestros obreros..tenemos nuestra política de plena soberanía petrolera”. 

Mira Ramírez: no sigas hablando de plena soberanía petrolera. La empresa PDVSA está hipotecada a los chinos, el 40% de la producción de la faja le pertenece a las empresas extranjeras, PDVSA tiene 15 o más demandas en el extranjero, las deudas de la empresa se han sextuplicado durante el período chavo-madurista, la producción ha colapsado y tienen que importar gasolinas,diesel y ahora petróleo liviano de Argelia. Quien puede creer en esas palabras huecas de “soberanía petrolera”?
Eres un demagogo barato al hablar de logros preservados por los obreros. La industria petrolera, Ramírez, debe tener varios ingredientes esenciales: la tecnología avanzada, la gerencia eficiente, el capital necesario y la fuerza-hombre bien entrenada. De esos cuatro ingredientes la empresa que has dejado en ruinas  no tiene ya ninguno. Ahora PDVSA tiene 120.000 empleados en la nómina, tres veces más que la nómina que ustedes encontraron en 1998, cuando la empresa producía mucho más de lo que ustedes producen. Eso es criminal, Ramírez y no puedes tapar tu crimen  haciéndole carantoñas a los “obreros”. 

Continuas diciendo: “Nuestro gobierno, nuestro presidente Maduro y nuestros trabajadores seremos custodios de ese legado del comandante Chávez”. 
Cual es el legado del Comandante Chávez? El regalo de 300.000 barriles diarios de petróleo a países del Caribe, la irresponsable promesa – afortunadamente incumplida -  de construir refinerías en todo el planeta, el loco proyecto del gasoducto del Sur, la prostitución de PDVSA al convertirla en una quincalla vende pollos y siembra yuca. Esto no es un legado, Ramírez, es una maldición. Eres apenas el custodio de esa  maldición del difunto.
  
Dices que los anuncios del presidente Nicolás Maduro conocidos como el sacudón corresponden “a nuevas etapas de la revolución... para una profunda revisión del funcionamiento del Estado para continuar avanzando en la construcción del socialismo”. 
Estos anuncios del sacudón apenas llegaron a meneíto. Se limitaron a cambiar ineptos de un sitio a otro. Maduro anuncia medidas absurdas sobre comunas y crea vice-ministros como arroz, lo ordenado por el Borrego cubano que representa a los Castro. Anuncia una nueva batalla contra la corrupción pero no toca a los grandes corruptos de su régimen tales como: Rangel, Cabello, Ramírez, Giordani, narcogenerales, ministros de finanzas, banqueros y contratistas amigos.
 

Sobre la intervención de la Dirección General de Mercadeo de Pdvsa ordenada por el presidente Maduro, respondes que “no se trata de una decisión aislada. Hemos venido y sobre todo en estos últimos dos años observado con verdadera preocupación... que se ha venido desatando una política permanente de extracción de insumos de todo tipo, alimentos, acero, cemento y el contrabando de combustible.... el tema del contrabando es un tema crónico en nuestras áreas fronterizas”. 
Esperemos que no sea una decisión aislada porque Mercadeo Nacional de PDVSA es apenas la punta del témpano. Tu PDVSA está podrida hasta el tuétano. Solo te recuerdo algunos casos emblemáticos: contratos con empresas de perforación que son de maletín, la Aban Pearl, Derwick, Ruperti, Illaramendi, Pastor Maldonado, tus depósitos en Florida, barcos nunca entregados a PDVSA (los de Irán tienen siete años en construcción y todavía están crudos, hay uno del Japón perdido), regalos a Nicaragua y Bolivia, maletines para Argentina.
Cuando van a limpiar estos excrementos, Ramírez?
  
Ante una pregunta de cómo te sentías a nivel personal tras 12 años al frente de la política petrolera, Ramírez has dicho: “Hice un llamado de lealtad al comandante Chávez y al presidente Maduro y acuñé una expresión que me cuesta decirla por mi formación andina, pero: yo amo a la industria petrolera, yo amo a Pdvsa, yo amo a mis obreros porque juntos dimos unas batallas excepcionales junto al comandante Chávez... la industria petrolera que hoy tenemos es hechura del comandante Chávez... es otra empresa, tiene rostro de pueblo, es del pueblo... es uno de los principales legados de la revolución bolivariana”.
Esto que dices te pinta de cuerpo entero. Tu discurso a los empleados de PDVSA, grabado para la posteridad, es una pieza de antología de la deshonestidad profesional. Allí entregaste la empresa en manos de un sátrapa, acto de traición a tu misión, por lo cual fuiste felicitado por el sátrapa, pero te condenaste en la conciencia de la nación. Aquello de la PDVSA “goja gojita” te acompañará para siempre como recordatorio de tu infamia. Un gerente, Ramírez, no se debe a un hombre sino a la empresa y a la nación, no se vende a una ideología maldita sino que lucha por hacer honestamente su labor gerencial contra toda pretensión de utilizar la empresa para fines bastardos. Te prestaste a la entrega de la empresa que estaba a tu cuidado. Eres un fraude, Ramírez.  No amas a PDVSA ni a obreros ni a nadie, porque si los amaras no estaría hoy la empresa en quiebra financiera, operacional y moral. Tu solo amas el poder y la riqueza, amas la idolatría hacia un hombre quien, a su vez, idolatraba al cubano, porque la idolatría al macho superior parece estar en la sangre sumisa de gente como ustedes.  
Esta PDVSA, Ramírez, ni tiene rostro de pueblo ni es del pueblo. Tiene el rostro de un Chávez, resentido social, botando a los gerentes y técnicos que le impedían ponerle la pezuña encima a la empresa.Se la puso y la arruinó. 


Porque, como decía Izarrita con desparpajo: “esto es lo que hay”. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pocos individuos que caminan en dos pies son tan brutos y ladrones como Ramirez. No vale la pena dedicarle tiempo "por ahora". Si Venezuela llega a salir de 'este desastre, Habra que llevarlo a juicio por muchos delitos, entre ellos traicion, malversacion y robo continuado.