El acto que se llevó a cabo ayer (sábado) para inaugurar el período de sesiones del
llamado Tribunal Supremo de Justicia venezolano pasará a nuestra historia de la
infamia, junto con los desfiles militares
que celebran el golpe de Febrero de 1992 y junto al espectáculo dado por
el coro de castrati en sesión anterior, en la cual se cantó: “Uh,ah, Chávez no
se va”. La cara de uno que otro
magistrado siete cueros ha cambiado desde aquel concierto infame pero el organismo sigue tan podrido como
siempre. Ni uno solo de los magistrados (que sepamos) se paró de su asiento
para no validar el bochornoso espectáculo. Todos están cortados por la misma
tijera de la sumisión y el abandono de su misión.
El acto de ayer debía haberse concentrado en rendir cuentas al país sobre
sus actividades del año anterior pero se convirtió en un acto fétido de
sumisión ideológica y de abandono impúdico de sus deberes por parte de los
magistrados, quienes, como camioneros en un burdel gritaron: “Viva Chávez,
carajo” y otras consignas igualmente “elegantes”. Así lo reporta El Universal de hoy: “ las dos magistradas [quienes hicieron uso
de la palabra] terminaron transformando
la Apertura del Año Judicial 2014 en una apología al fallecido presidente Hugo
Chávez Frías, la cual fue aplaudida a rabiar por el grueso de los asistentes al
evento, quienes no tuvieron empacho en corear consignas como "¡Chávez
vive, la lucha sigue!" o "¡Viva Chávez, carajo!".
Una de las invertebradas se refirió al difunto sátrapa así : "Comandante de la justicia, de los
olvidados, de los desposeídos, Comandante de los sueños por un mundo, de la
esperanza, de la vida, comandante del amor (...) hoy gracias a ti Venezuela es
un país que trasciende a una transformación profunda, ratificando su
independencia, libertad y soberanía como nunca antes en la historia".
Esta jinetera moral olvida que fue este personaje quien le envió una carta a
ese tribunal en la cual les anunciaba que “tendría la exclusividad sobre el
manejo de los asuntos del Estado”. Olvida que los regañaba como a niños
malcriados. Olvida que el personaje fue un golpista con manos manchadas de
sangre. Que cometió múltiples injusticias durante su autocracia. Que el país se
derrumba en todos los órdenes, gracias a su desastroso mandato de 14 años.
Y agregó la representante de los magistrados-coleópteros del tribunal que
la escuchaban orgullosamente: “Los
señalamientos de los detractores de la política, como objeto del bien común, es
equivocada y yerra (cuando afirman) que la majestuosidad del Poder Judicial
entra en actividades de índole proselitista, propagandística o activismo
político-partidista cuando algunos de mis compañeros magistrados aplauden el
sentimiento socialista, porque según aquellos la política anula nuestras mentes”.
Es decir, un magistrado, como lo hizo descaradamente Fernando Vegas
Torrealba en un tour por USA, puede elogiar impúdicamente el régimen imperante
sin perder la imparcialidad y la dignidad judicial que siempre lo debería
acompañar. Argumenta el especímen entomológico en su discurso que ser
socialista no anula su mente. Cual mente? Que hay allí para anular?
He venido diciendo que en Venezuela se requiere una insurgencia cívica de
tipo general e indefinida, hasta ver salir de sus cuevas a estas alimañas.
Nunca una sociedad venezolana había tragado tantas humillaciones, soportado en
silencio tanto abuso y tanta deshonra como la que hemos visto durante los
últimos 15 años y, en especial durante los últimos meses de un régimen
moribundo pero incapaz de hacer algún gesto de nobleza y de venezolanidad. El
Tribunal Supremo de la Injusticia dio otra demostración ayer de que les encanta
el pantano, de que la cloaca es su hábitat preferido. Ya no se puede pensar en hacer
diálogo con este desecho humano de naturaleza aluvional que ha generado la mal
llamada revolución. El TSJ es nuestro Guaire moral.
1 comentario:
Por la plata bailan estos monos. En su estiercolero viviran.. poco tiempo les queda en el poder.....algo se esta cocinando. Una huelga general. Operacion Aguanten en su casa y veran lo que pasa
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