Y siguió: “El gobierno nacional debe producir impactantes
certidumbres en la población reestableciendo el proceso de ilusión y
satisfacción…. y de resimbolización de la imagen del presidente Chávez”.
Según el estudio de Hinterlaces,
el venezolano se siente más feliz que triste, en proporción 66% a 31%; más
esperanzado que frustrado, 80% a 18%; más tranquilo que confundido, 69% a 29%.
Este pobre hombre, con
todos sus millones, ya da más risa que otra cosa. Ayudado por un mercenario de
las estadísticas, Oscar Schemel, nos ofrece una visión absurda del país. Habla
de “altos niveles de illusion”, no me embromen. Dice el palangrista que todavía los venezolanos “no han llegado a la rabia”, (pero, piensa, estamos
trabajando duro para que ello sea una realidad).
Las estadísticas de
Schemel son un poema a la desverguenza. Este hombre es peor que Jesse Chacón,
que Scorza y que Valbuena porque tuvo una encuestadora seria y la prostituyó,
mientras las encuestadoras de los otros siempre han sido fantasmas.
La vision delirante del
Guasón no aguanta dos videos de DAKA o un discursito del bufón Nicolás. Cuanto habrá pá eso?
1 comentario:
siempre me hace bien leer de un venezolano pensante y critico.
gracias !
Guillermo
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