jueves, 25 de diciembre de 2014

Una epifanía de navidad




Anoche todos estuvimos juntos en nuestra cena de navidad. Hoy fui al aeropuerto a llevar parte de la familia que iba de viaje. Después de un día 24 lluvioso, el dia de hoy amaneció claro, con nubes en forma de corderos y el cielo de un profundo azul. Salir en Washington para ir al aeropuerto Reagan, al rayar de un día como este, me permitió ver un hermoso espectáculo. La vía al aeropuerto desde Virginia es la Autopista George Washington, que corre al lado del Potomac, en medio de una floresta. A la izquierda se ve el perfil europeo de Georgetown, al otro lado del rio.  Luego, el imponente Kennedy Center, el monumento a Lincoln, más allá el obelisco, luego las efigies en bronce de los soldados que izaron la bandera en Iwo Jima. De regreso a casa la luminosidad del cielo y el sol jugando entre los árboles y cayendo sobre las blancas casas de McLean producían un efecto mágico. Era como si el niño que había nacido horas antes irradiara la naturaleza con su  luz y su alegría. Y, de repente, sentí el corazón lleno de amor y gratitud hacia lo hermoso que es la vida y la naturaleza y sentí la presencia de quien había llegado a salvarnos.   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

gUSTAVO: pA DONDE ANDAN LOS cOMENTARISTAS ?

Anónimo dijo...

La Navidad en el hemisferio Norte es la mejor de todas. En el Sur no se aprecia con ese calor que hace. No es lo mismo, no se que opinen otros.