La gravísima situación venezolana clama por una intervención regional:
Senadores
brasileños groseramente hostigados. El presidente de Colombia
censurado por Maduro al enviar avión a Felipe González. El ex-presidente de México,
Felipe Calderón, declarado persona no grata por la Asamblea Nacional
venezolana. Ex-presidentes de la región
en pie de guerra en contra del régimen de Maduro. El presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello, investigado por narcotraficante. Los Congresos de Brasil y Uruguay censurando
al régimen de Maduro. Leopoldo López en riesgo de morir por falta de atención médica
confiable. La Iglesia Católica enfrentada en contra de los abusos del régimen.
Hasta el Secretario General de UNASUR comenzando a protestar en contra del abuso de poder en Venezuela.
Los Estados Unidos lamentablemente nadando entre dos aguas, un día de oposición y otro día de apaciguamiento al régimen. La OEA en silencio o, a lo sumo, el nuevo Secretario
General pidiendo un diálogo que es imposible, como era imposible el diálogo
entre los nazis y los judíos recluídos en Auschwitz.
Tarek
Saab, el indigno funcionario que se disfraza de defensor del Pueblo para
agredir a los ciudadanos dice: “Han
venido cuatro ex presidentes a hablar sobre la situación actual de Venezuela.
Porque se preocupan, entre comillas, de lo que aquí ocurre? Ya vemos que actuaron de manera impropia. El
pueblo ha sacado sus conclusiones sobre estas personalidades recibidas por
opositores que difaman sobre la patria… en los últimos días en Venezuela se han
recibido visitas totalmente inamistosas, lo que viola la Ley de Extranjería y
Migración Venezolana y la Carta Magna”. El régimen se ha colocado a espaldas del derecho Internacional.
Venezuela
requiere una intervención hemisférica. Puede ser
diplomática pero fuerte y unánime, porque pasan los días y nada sucede para
alterar el rumbo trágico de la situación venezolana.
Señores de la región: Nicolás Maduro es un corrupto incapaz lleno de odio.
Su entorno inmediato está podrido. No puede haber un apoyo a ese régimen
funesto para Venezuela ni puede ser Diosdado Cabello un candidato aceptable
para una transición, no importa cuán breve. El país acaba de endeudarse en
otros $15000 millones de China y Rusia. Acaba de vender su participación en una
refinería estratégica en los Estados Unidos. Está liquidando sus activos y sus
reservas internacionales al ritmo de $2500 millones al mes. Su deuda sobrepasa
los $200.000 millones, lo cual es intolerable para un país que ha recibido ingresos
por $1,5 millones de millones durante los últimos 16 años.
No soy un experto en derecho internacional pero sí puedo reconocer a un
loco inepto cuando lo veo. Nicolás Maduro y su entorno tienen que salir del
poder antes de que Venezuela sea totalmente arruinada. Y la ruina de Venezuela y su posible transformación en una zona de tragedia humanitaria repercutirá tragicamente sobre el resto de la región.
Región: ayuden a Venezuela a recuperar su democracia hoy porque mañana puede ser demasiado
tarde.
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