Burócrata de carrera, chavista, vicepresidente, fiscal general, verguenza nacional en lo relacionado con el caso Anderson y en otras actuaciones como fiscal, embajador de Chávez en Madrid. Allí se ha destacado por su impertinencia, patanería y necedad. Se ha peleado con el gobierno anfitrión cuando su tarea era establecer buenas relaciones. Ha acusado a la justicia española hasta de utilizar la tortura contra los terroristas etarras. Ha escrito un poema de infame factura tratando de ponerse en la buena con un gobierno que abiertamente lo desprecia.
Ahora acusa a la policía aduanal de España de “irrespetarlo” cuando trató de salir del aeropuerto de Barajas por el sitio reservado a las tripulaciones. Es que este patán, este campuruzo, piensa que ser embajador de Chávez le da carta blanca para hacer y deshacer en países civilizados?
La Venezuela de Chávez se ha convertido en uno de los últimos países del mundo en todos los renglones económicos y culturales y es motivo de profunda verguenza para quienes creemos que hay venezolanos civilizados y dignos quienes pueden dar crédito al país. Pero no Maduro, Julián Isaías, Rafaél Ramírez, Chaderton y otras lacras quienes rebuznan en nombre nuestro por todo el mundo.
Eso no puede continuar. Cada vez que yo estoy en un salón, en USA, o en cualquier otro país, con uno de estos patanes los denuncio publicamente. No nos representan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario