CINCO ASEVERACIONES Y UN PLAN DE ACCIÓN PARA CREAR UN PAÍS DE BUENOS CIUDADANOS
ACTIVOS
ASPECTOS
ÉTICOS DE LA TRAGEDIA VENEZOLANA, PARTE III
Por los últimos 20 años vengo haciendo un llamado a quienes quieran
escuchar (no son muchos) sobre lo indispensable que es para cualquiera sociedad
poseer una masa crítica de buenos ciudadanos activos, lo que llamo en mi anterior entrega en este
blog: Reservas Probadas Ciudadanas. He escrito un documento sobre
este tema bajo el título de FABRICA DE
CIUDADANOS, el cual transcribo al final de esta tercera entrega sobre este
tema, ya que esboza el Plan de Acción que propongo a la consideración de nuestro
liderazgo político. Previamente, a fin de explicar la situación actual del país
en relación a su calidad ciudadana, hago cinco aseveraciones.
PRIMERA ASEVERACIÓN: NO HAY
SOCIEDAD QUE PUEDA PROGRESAR SI NO POSEE UNA MASA CRÍTICA DE BUENOS CIUDADANOS
ACTIVOS.
Decía en mi anterior entrega que Venezuela apenas posee un 25% de buenos
ciudadanos activos. Este es un estimado muy tentativo y no pretende ser exacto,
pero lo que es innegable es que el porcentaje de buenos ciudadanos activos en
nuestro país, es decir, lo que he llamado Reservas Probadas Ciudadanas, es dramáticamente
inferior al mínimo que una sociedad debe tener para aspirar a salir del atraso,
hacia el progreso. No hay reservas petroleras, no hay oro, no hay coltán, no
hay riqueza material que pueda lograr la transformación de Venezuela en una
sociedad civilizada y progresista, si no resolvemos el problema esencial de
nuestro pobre inventario de buenos ciudadanos activos.
SEGUNDA ASEVERACIÓN: CON
CONTADAS EXCEPCIONES NUESTRO LIDERAZGO POLÍTICO Y SOCIAL NO HA PENSADO NI ESTÁ PENSANDO EN LA BUENA
CIUDADANÍA ACTIVA COMO FACTOR CRÍTICO DE SOLUCIÓN PARA NUESTROS PROBLEMAS
No he oído en boca de ningún líder político venezolano de los últimos 30
años una expresión clara de apoyo de una política de estado que establezca un programa perseverante,
sostenido, a largo plazo de educación ciudadana. No conozco ningún programa de
gobierno que haya propuesto, mucho menos ejecutado, un programa nacional de
educación ciudadana de suficiente aliento y duración para cambiar la fisonomía
de la sociedad venezolana. Desde Betancourt, quizás Gallegos, no recuerdo a ningún
presidente de nuestro país hacer una mención expresa de este tema como de
esencial importancia para el éxito o el fracaso de nuestra Nación. El desastre venezolano está a la vista y es de
una magnitud incalculable, a pesar de poseer inmensas riquezas minerales. Todo
lo contrario, la existencia de esa riqueza mineral ha servido para adormecer la
voluntad de los venezolanos para mejorar como sociedad, ha promovido la flojera
nacional, ha tendido la horrible cama en
la cual la sociedad venezolana se ha acostado con el fracaso.
TERCERA ASEVERACION: NO PENSAR EN
ESTA TAREA FUNDAMENTAL Y NO ACTUAR PARA RESOLVERLA ES GRAN DEUDA QUE EL LIDERAZGO POLITICO TIENE CON
VENEZUELA.
He vivido en una Venezuela que tuvo sus grandes y esperanzadores momentos
pero la cual entró en una espiral de mediocridad después de las presidencias de
Betancourt, Caldera I y Leoni, espiral que se incrementó durante las
presidencias de Herrera y Lusinchi, ahogó los intentos de rectificación de
Pérez en su segunda presidencia y llegó
al colapso total bajo Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Hoy la gente que ostenta el poder político no le
dedica ni un segundo al tema de la buena
ciudadanía, ya que la existencia de esta condición en la sociedad venezolana representa
–exactamente – lo opuesto a lo que ellos han promovido. La sociedad venezolana
ha tocado fondo y está dominada por una fuerte tendencia a la anomía, el caos.
Nunca antes hemos tenido más habitantes condenados a vivir en estado dependiente
de la limosna del régimen, el cual demanda como pago lealtad política. La
sociedad venezolana es rehén de una pandilla criminal y debe ser objeto de una
gran cruzada de liberación, la cual ya se hubiera efectuado de haber existido
en el país una masa crítica de buenos ciudadanos activos. Como ello no es
cierto, esta liberación se ha visto demorada en el tiempo, por lo cual el país
ha llegado a la ruina física y espiritual.
CUARTA ASEVERACIÓN: NADA POSITIVO
PODRÁ SUCEDER EN VENEZUELA MIENTRAS LA IGNORANCIA Y LA CORRUPCIÓN PERMANEZCAN
EN EL PODER
La solución a la tragedia política, social y económica de Venezuela solo
podrá comenzar a materializarse una vez que el régimen corrupto e inepto que
predomina hoy en Venezuela sea expulsado del poder. Nuestra tesis central de
una sociedad de reservas probadas ciudadanas solo puede concretarse en un
escenario político y social de libertad y democracia, donde el resentimiento y
el complejo de inferioridad no sean las actitudes predominantes del liderazgo político.
Por ello, cualquiera transacción, cualquiera entrega que signifique compartir
el poder con un liderazgo basado en la lucha de clases y en la estrategia de
mantener a los habitantes en la ignorancia y la sumisión demorará o cancelará cualquier esfuerzo destinado
a crear buenos ciudadanos activos para una nueva sociedad venezolana.
QUINTA ASEVERACIÓN: UNA DE LAS PRIMERAS
TAREAS A SER INICIADAS EN VENEZUELA POR UN NUEVO GOBIERNO LIBRE Y DEMOCRÁTICO
DEBERÁ SER LA CREACIÓN DE UN PROGRAMA DE
EDUCACIÓN CIUDADANA DE LARGO PLAZO, INDEPENDIENTE DE LOS CICLOS POLÍTICOS, EL
CUAL GENERE UNA MASA CRÍTICA DE BUENOS CIUDADANOS ACTIVOS EN EL TÉRMINO DE UNA
A DOS GENERACIONES.
La razón por la cual esto aún no se ha reconocido como una urgente política
de estado y llevado a cabo de manera sistemática
y permanente es de una trágica sencillez.
Simplemente, no da dividendos políticos. El falso sentido de grandeza de nuestros
líderes los ha llevado a promover grandes realizaciones materiales o políticas,
con las cuales han pretendido
convertirse en líderes de trascendencia internacional. Este ha sido el caso de
los programas de industrialización masiva, las nacionalizaciones por razones
ideológicas más que de reales beneficios para el país, los regalos con
actitudes de tíos ricos a otros países, con la finalidad de sentirnos mesiánicos, tratando de
crear una imagen de superioridad sobre el resto de las comunidades de la
región, toda una gama de actuaciones costosas y pretenciosas que han descuidado los deberes fundamentales
de mantenimiento del propio hogar y nos
han ganado la antipatía de mucha de la región.
Esta enfermedad de la arrogancia democrática a lo CAP y patanería
caudillista a lo Chávez nos ha llevado a la ruina actual, en nombre de
conceptos mal entendidos de nacionalismo, soberanía, segunda independencia,
mundo multipolar, anti-imperialismo, anti-colonialismo, lucha de clases, gerencia
obrera, toda una larga lista de despropósitos.
Hoy se acabó la farsa. No hay espejo que no nos pinte el espectáculo de una
sociedad en estado de anomía, de unas instituciones prostituidas, de unas
fuerzas armadas podridas hasta la raíz, con cuatro y medio millones de compatriotas
en huida de esta inmensa pesadilla.
Es hora, no hay más demora, de reconstruir esta sociedad hoy en ruinas, rehacerla
desde sus cimientos. No podremos hacerlo con discursos necios de auto-bombo, de pretensiones
de superioridad que no han existido nunca, de creernos los más bellos, de
hablar de nuestros ríos como los más caudalosos, nuestras montañas las más
altas, nuestro hielo el más frio.
Basta ya, en el nombre de la sensatez, de la racionalidad. Comencemos a
hablar en nombre de la verdadera grandeza, la cual consiste en saber y apreciarnos
en nuestro justo valor, en nuestro verdadero tamaño.
En base a estas consideraciones presento: UN PLAN DE ACCIÓN PARA FABRICAR CIUDADANOS,
ORIENTADO A TRANSFORMAR LA SOCIEDAD VENEZOLANA EN UNA MAYORÍA DE BUENOS
CIUDADANOS ACTIVOS EN UN PERÍODO DE UNA A DOS GENERACIONES, MINIMIZANDO EL PESADO FARDO DE IGNORANCIA, FATALISMO Y
DEPENDENCIA EXCESIVA QUE LA SOCIEDAD VENEZOLANA DE HOY DEBE ARRASTRAR.
FABRICA DE CIUDADANOS
El proyecto que presentamos en este documento
está orientado a la creación de una sociedad de buenos ciudadanos activos,
quienes no solo no hacen daño sino que hacen lo necesariamente bueno. Esta
estrategia parecería obvia y nadie se opone a ella pero el liderazgo político
venezolano no la ha utilizado porque requiere tiempo y perseverancia. Si se
lograra implantar en Venezuela con el rango de política de estado, ello
representaría –probablemente – el arma más eficaz en contra de la mediocridad,
el letargo y la corrupción que azota a nuestro país.
I.
Origen
En 1990 se fundó en Venezuela la organización no gubernamental llamada
“Agrupación Pro Calidad de Vida”, de la cual fui presidente y la cual tuvo una
vida de unos diez años, período en el cual llevó a cabo varios programas de
mejoramiento social basados en el concepto de calidad de vida. Entre esos
programas estuvo el de Educación Ciudadana, el cual se
llevó a cabo en escuelas de Caracas y otras ciudades de país, así como en otros
países de la región, como Panamá y
Paraguay. Este programa llegó a involucrar unos 15000 niños y más de un
centenar de maestros voluntarios, entrenados por nosotros, usualmente
estudiantes universitarios. Fue forzosamente interrumpido por la llegada de
Hugo Chávez al poder pero - a pesar de
su brevedad - logró hacer un
significativo impacto en la conducta de los niños involucrados y atrajo el
interés y apoyo de sus padres. Nos dejó
la condición de que es posible realizarlo a nivel de país y que podrá
transformar la sociedad venezolana en una mayoría de compatriotas decididos a
vivir civilizadamente y en base a sus esfuerzos, sin se carga muerta para el
resto de la sociedad. .
II.
Cuál es su
Razón de Ser
A pesar de sus pasadas bonanzas económicas derivadas del petróleo Venezuela
no ha logrado crear y mantener una alta calidad de vida, entendida como el
bienestar espiritual, físico y social de sus habitantes. La educación ha sido
el punto más débil del quehacer nacional y, sin un buen nivel educativo, el
país no ha logrado incrementos importantes en la generación colectiva de
riqueza, en el buen uso de sus recursos y en el incremento de su bienestar
social.
¿Cuál es el ingrediente “mágico” que ha faltado a los venezolanos para
superar su condición crónica de pobreza y atraso? Ciertamente no ha sido
carencia de ingresos financieros ya que, por el contrario, el país ha recibido
niveles de ingresos de ese tipo muy superiores a los de países de la región que
han llegado a tener altos niveles de calidad de vida. Si tuviéramos que
identificar la carencia de un solo ingrediente requerido para lograr el
progreso, tal ingrediente sería la transformación del venezolano de ser
simple habitante a ser un buen ciudadano activo, miembro integral de la
sociedad de la cual forma parte, en pleno ejercicio de sus derechos y deberes
cívicos. La mayoría de la población venezolana no actúa a nivel ciudadano, con
plena participación en el progreso de la sociedad, sino como integrantes
pasivos de esa sociedad, como seres excesivamente dependientes de un estado
tradicionalmente paternalista. El estado mismo ha promovido entre sus
habitantes creencias y expectativas de
su papel como proveedor de todo lo necesario, frecuentemente exigiendo como
contraprestación lealtades de naturaleza política tribal.
Esta actitud colectiva ha llevado a
Venezuela a comportarse históricamente
muy por debajo de su potencial, a pesar de poseer un país favorecido con
abundantes recursos naturales.
A fin de contribuir a la realización plena de las expectativas venezolanas de ser una nación
socialmente desarrollada hemos elaborado esta propuesta de una Fábrica de Ciudadanos, la cual permitirá
importantes y favorables cambios actitudinales en la población venezolana y nos
llevarán a crear una masa crítica ciudadana en el país en el término de una a
dos generaciones.
III.
¿Si la
necesidad de fabricar ciudadanos es evidente, por qué no se ha llevado a cabo?
La necesidad de crear un país con una mayoría de
buenos ciudadanos activos parecería una perogrullada. ¿Por qué no se ha llevado
a cabo?
La respuesta es trágicamente simple: porque el resultado tomaría mucho más tiempo de lo que el liderazgo político generalmente considera utilizable para
sus fines. En efecto, la medida de tiempo usual para un proyecto político
es de seis años, la duración de un ciclo de gobierno. De allí que cada nuevo
gobernante traiga consigo su visión particular del país que desea, casi siempre
con abandono de todo la precedente. En Venezuela los presidentes del siglo XX
estructuraron programas denominados como
La Gran Venezuela, El Gran Viraje, El Pacto Social y La Reestructuración
del Estado, El Cambio Va, cada uno de ellos orientado a darle un vuelco a la
situación del país en el breve término
de un mandato de seis años.
Pero eso no funciona. La tarea fundamental de fabricar
ciudadanos tomará entre una y dos generaciones para que el país sienta su pleno
impacto en la conducta y en la actitud ciudadana de sus pobladores. Para que el
liderazgo político asuma el compromiso de iniciar y mantener en el tiempo un
proyecto de esta naturaleza deberá ejercer su poder político con grandeza y
visión de largo plazo.
IV.
¿Puede lograrse esta transformación?
La educación ciudadana ha sido
definida por algunos soñadores como una utopía necesaria pero, si existe perseverancia y claridad de
propósitos, lograr el resultado deseado dista mucho de ser utópico. En los
países escandinavos, en algunos países asiáticos, ciertamente en Canadá y los
Estados Unidos de Norteamérica, en Australia, Nueva Zelanda y en algunos países
de nuestra región latinoamericana como Chile y Costa Rica, existen buenos
ejemplos parciales, algunos aún imerfectos, de este tipo de sociedades, donde
la mayoría de los habitantes representan un factor contributivo importante al
desarrollo de su comunidad y no un peso muerto. En su libro “La Democracia en
América”, Alexander De Tocqueville dio una explicación sobre la razón del éxito
colectivo que exhibía la sociedad que visitaba y concluyó que la clave de ese
éxito no radicaba en sus leyes ni sus regulaciones sino en las
costumbres y los valores de sus gentes, lo que él llamó “los hábitos del
corazón”. De Tocqueville habló de actitudes ciudadanas de particular
importancia: sentido común, moderación, sabiduría, humildad, autenticidad y
diversidad, cuyo ejercicio explicaba mucho del progreso social estadounidense.
Según De Tocqueville la clave de ese progreso no estaba tanto en sus leyes o
constituciones sino en las actitudes
predominantes en sus habitantes Y es allí donde se centra nuestra propuesta. Se
requiere en Venezuela el establecimiento de un progresivo y perseverante
proceso de modificación actitudinal, el cual permita la conversión de sus
habitantes en buenos ciudadanos, tan
conscientes de sus deberes como de sus derechos. Solamente un buen
ciudadano puede ser un agente efectivo de progreso.
V.
Estrategias
para la implantación de una Fábrica de Ciudadanos
· Un Compromiso
Nacional
El punto de partida para la implantación de un proyecto de esta naturaleza
es el compromiso del liderazgo nacional, en particular el liderazgo político,
pero también el liderazgo de la Sociedad Civil, el conglomerado de
instituciones sociales, no gubernamentales, que constituyen una buena porción
de la Nación. Ese compromiso es necesario porque el proyecto deberá continuar
en vigencia durante etapas de diferentes signos gubernamentales. El Plan
estadounidense para enviar un hombre a la Luna y traerlo sano y salvo de
regreso a la Tierra, el llamado Programa Espacial, fue concebido durante la
presidencia de Kennedy pero su desarrollo fue
llevado a cabo durante las presidencias de Johnson, Nixon, Ford y
Carter. Fabricar ciudadanos no requiere la sofisticada tecnología que requirió
el llevar un hombre a la Luna y traerlo sano y salvo de regreso, pero ciertamente
requerirá el compromiso de sucesivos gobiernos.
· El Plan deberá
tener el rango de Política de Estado
Por lo arriba expuesto la formulación y ejecución permanente del plan deberá tener el rango de política de estado,
no podrá ser una política particular de un gobierno, la cual pueda ser
revertida por un gobierno posterior. Se trataría de un contrato social
permanente entre el estado y la nación, en base al cual el liderazgo apoyaría
la necesidad de su permanencia en el tiempo.
· El Plan debe
ser formulado en base al estudio y posible adopción de las técnicas educativas
más exitosas conocidas, por lo cual deberá ser el producto de un grupo de
trabajo de la más alta calidad
· La implantación
de Plan y su ejecución en el tiempo debería ser supervisado y evaluado
regularmente por un Consejo de Educación Ciudadana, el cual esté integrado por
expertos en la materia y por ciudadanos miembros de la Sociedad Civil
venezolana
VI.
Características
esenciales del Plan
El Plan debería tener características de la siguiente naturaleza, sin que
lo expuesto aquí tenga un carácter exhaustivo:
· Permanente en
el tiempo
· De carácter
obligatorio en todas las instituciones educativas, públicas y privadas del
país, en todos los niveles de educación primaria y secundaria.
· Aplicado a
todos los estudiantes venezolanos de esos niveles, es decir, cubriendo las
edades desde, aproximadamente los seis año hasta aproximadamente los 18 años,
cuando el estudiante ingresa a la universidad o decide ingresar al mercado de
trabajo
· Ejecutado por
un núcleo de maestros profesionales reforzados por un grupo de entrenadores
voluntarios debidamente entrenados para tal fin, cuyas filas provendrían,
preferentemente, del nivel universitario. Ello tendría la doble ventaja de
establecer diálogos sobre el tema ciudadano entre niños y jóvenes, minimizando
la brecha generacional que podría influir sobre la eficiencia del programa.
Esta tarea daría a la juventud universitaria la oportunidad de hacer labor
social voluntaria, factor que es característico de las sociedades desarrolladas
· Debería
estructurarse un período inicial de preparación de los recursos humanos a ser
utilizados en el Plan, el cual tomaría uno a dos años y podría ser llevado a
cabo por expertos tanto venezolanos como de países donde el sistema de
educación en valores esté bien desarrollado. El apoyo de otros países será
esencial.
VII.
Contenido del Plan
El contenido del Plan de Educación
Ciudadana deberá ser elaborado por gente de la más alta experticia y
experiencia en el campo educativo de los valores. En este campo no es deseable
la improvisación. En nuestro programa arriba mencionado, el cual fue de modesta
dimensión, contamos con la participación de educadores expertos, ciudadanos
idealistas, llenos de entusiasmo, sin remuneración alguna que no fuese el
reconocimiento de los niños y los padres. Estoy seguro de que estos hombres y
mujeres aún están dispuestos a colaborar en esta bella tarea, así como otros muchos
que están deseosos de ayudarnos.
· Deberá hacerse
una cuidadosa selección de los valores y las actitudes que serán objeto de
enseñanza. Existen valores y actitudes de rango universal cuya enseñanza
repetitiva y sistemática lograrán
convertirlos en una segunda naturaleza para el estudiante. Ejemplos: la
auto-estima; la tolerancia; el respeto por el derecho ajeno y por la vida
humana; la amistad; la toma de iniciativas ciudadanas; el liderazgo; el
altruismo; la compasión; el uso eficiente del tiempo; el uso racional del
dinero; la necesidad de tener un plan de vida; la vida en democracia; derechos
y deberes ciudadanos.
· Las técnicas de
enseñanza deberán ser adoptadas en base a los mejores ejemplos existentes. Soy
un buen creyente en el diálogo como instrumento eficiente de enseñanza y como
alternativa a la enseñanza unidireccional, aunque es indudable que cada técnica
educativa tiene su importancia.
VIII. Evaluación y
resultados esperados
Un plan de esta naturaleza deberá ser evaluado con regularidad, en el tiempo. No sería posible medir su eficiencia
a corto plazo. Estimo que una primera evaluación general podría hacerse al cabo
de unos dos a tres años de plena implantación del programa. Por supuesto, será
necesario una continua supervisión/monitoreo del Plan, lo cual formará la base
de la evaluación general periódica. Es fácil imaginar que un niño que comienza
el plan a los seis años ya habrá internalizado mucha de la enseñanza ciudadana
cuando llega a los ocho años y mucho más cuando llega a sus diez o doce años de edad. Con la llegada a la
adolescencia se esperaría que el joven haya adoptado valores y actitudes ciudadanas fundamentales
casi como una segunda piel, una segunda naturaleza. Ese sería el resultado
esperado del Plan. Todavía, en ese momento, el joven tendría seis años más de
contacto con el plan, con sus interlocutores y estaría listo para convertirse –
en el umbral de su entrada a la universidad o al mercado de trabajo- en futuro entrenador de sus compatriotas más
jóvenes. En ese momento se establecería un circulo virtuoso en el cual el niño,
como decía el poeta Woodsworth – llega a
ser padre del hombre. Entonces:
· Veríamos un
“milagro”, que no sería tal sino el resultado de un esfuerzo sistemático, de la
conversión de la relación patrón-cliente históricamente predominante en el petro-estado
venezolano, en un digno contrato de ayuda mutua y voluntaria entre los mismos
venezolanos para generar más y mejores buenos ciudadanos
· Estaríamos asistiendo a la creación de
ciudadanos convencidos de que su futuro está en sus propias manos y no en las
de las manos de un Estado benefactor, o de un líder mesiánico o del producto
inevitable del destino.
IX.
Alianzas posibles y financiamiento
Un Proyecto/Plan de magnitud nacional y de duración permanente requiere de
toda la ayuda internacional que pueda obtenerse. En la coyuntura actual
venezolana, en la cual la Nación se encuentra, esperamos, en el umbral de una
alborada de democracia y libertad, se abren amplios caminos de colaboración con
un mundo desarrollado y deseoso de ayudar. El mundo exterior está dando
muestras de un inmenso deseo de colaboración con un país que ha sufrido
demasiado a manos de una pandilla criminal. Este proyecto tiene varias
características que lo hacen particularmente atractivo para ser coordinado y
patrocinado por la OEA, asistida financieramente por el Banco Interamericano de
Desarrollo y/o los grandes países de la región, Estados Unidos y Canadá, así
como por la Unión Europea:
· No requiere
grandes inversiones en “hardware”
· Ayudaría a un
país, Venezuela, a incorporarse plenamente al concierto de las naciones
desarrolladas
· La naturaleza
misma del proyecto lo hace capaz de ejecución sin grandes cargas burocráticas.
· En el campo de
las relaciones internacionales este es un proyecto que tiene estrecha relación
con lo que Joseph Nye (Harvard) ha definido como “soft power”,
el poder blando, de naturaleza cultural y educativa, lo cual lo hace
particularmente atractivo para los grandes países desarrollados, creando
significativa buena voluntad entre los países que deseen ayudarnos y nuestro
país
· El
financiamiento de este proyecto no requeriría sumas extraordinarias, fuera del
presupuesto normal del país, reforzado por donaciones puntuales de países
amigos.
X.
Una Utopía necesaria y realizable
¿Será posible tener una Venezuela en este siglo XXI dotada de una masa
crítica de buenos ciudadanos activos? No tengo dudas. Todo lo que se requiere
para comenzar a andar en esa dirección es un grupo de venezolanos que haga suyo
el proyecto, que lo mejore, que lo empuje. Yo los acompañaré hasta que se me acabe la
gasolina.