Rafaél Alfonzo Ravard: Algun día habrá una bella y arbolada plaza con su nombre en Guayana
La historia de la
Corporación Venezolana de Guayana, CVG, ha sido como una sinfonía discordante en cinco movimientos;
Adagio affetuoso, Andante, Allegro, Largo y Gran Marcha Fúnebre. Estos
movimientos corresponden a las
presidencias de Rafaél Alfonzo Ravard, Argenis Gamboa/Andrés Sucre, Leopoldo Sucre Figarella , Francisco
Layrisse/Alfredo Gruber y de la etapa chavista.
Adagio
affetuoso ( Rafaél Alfonzo Ravard, 1959-1974)
Esta etapa está relacionada con la vision y primera
ejecución de un polo de desarrollo regional combinado con un centro urbano
planificado, Ciudad Guayana. Se delinearon los objetivos esenciales del
Programa de Guayana, consistentes en el estudio de los recursos de la región, el
aprovechamiento hidroeléctrico del Rio Caroní, la promoción del desarrollo
industrial y la construcción de una ciudad que sirviese de apoyo al desarrollo
industrial. Nació Edelca, la estrella más billante del nuevo conglomerado industrial. Algún día habrá una gran plaza en Guayana llamada ""Rafaél Alfonzo Ravard".
Andante
(Argenis Gamboa y Andrés Sucre, 1974- 1983)
Estos dos presidentes fueron gente sensata y valiosa. Durante
esta etapa la CVG ya poseía varias empresas industriales: Alcasa, Sidor, Bauxiven,
Interalumina, Venalum. El proceso de crecimiento de las empresas en esta etapa
estuvo influenciado por la vision política de Carlos Andrés Pérez y, en menor
grado, por la incolora presidencia de Luis Herrera Campins. En especial el
crecimiento de Sidor, representado por el Plan IV, fue bastante controversial. Este
plan fue parte de lo que se llamó “la Gran Venezuela” de CAP y aspiraba a casi
quintuplicar la producción de acero, es
decir, llevar a Sidor a producir unas cinco millones de toneladas de acero al
año. En esta etapa las pérdidas
operativas de la empresa estuvieron en el órden de los $400 millones. Los
excedentes financieros derivados de la bonanza petrolera se esfumaron rapidamente y ya para 1982 los precios del petróleo se
habían venido abajo, lo cual obligó a Sidor a endeudarse en años posteriores.
Allegro
con brio (Leopoldo Sucre Figarella, 1984-1993).
En esta etapa la CVG alcanzó su mayor tasa de crecimiento
aparejada, lamentablemente, a un alto grado de desorden administrativo y
endeudamiento. La CVG se desvió de su mision original y se convirtió, también,
en una empresa de servicios públicos y de obras públicas. En esta etapa crecieron las empresas del aluminio pero su tasa de expansion fue poco prudente.
Alcasa se volvió loca. La inversión en Venalum se fue de las manos y ya para
1992 la empresa se encontraba en crisis. Esta es una etapa que requiere un análisis muy
serio y objetivo que aún no se ha efectuado. Por un lado, Leopoldo Sucre
Figarella se constituyó en un poderoso creador de infraestructura regional, lo
cual era positivo, pero lo hizo a costa de descapitalizar algunas de las
empresas de la CVG. Como ejemplo, menciono el puente bellísimo construído entre
Ciudad Guayana y Puerto Ordaz (Angosturita), el cual fue financiado con el dinero de Ferrominera,
para bien de las ciudades pero en perjuicio de esta empresa. La gerencia de
esta etapa permitió desorden y corrupción,
como lo demostró el Informe Espinoza. Este Informe, elaborado en1987, criticó
fuertemente el desempeño de gerentes de primer nivel de esa epoca, tales como
Oscar Martínez, Héctor Soucy, Enrique Castells, Celestino Martínez y Andrés
Lopez Robles. El presidente de la CVG
dijo en el Congreso Nacional que “había roto su copia del Informe”. Un
diputado de la época, Francisco Natera alegó, con solidaridad conmovedora, que “ como
guayanés tenía el deber de defender a los gerentes de Guayana” (El Universal,
04-05-1988, página 1-16). Nadie fue penalizado por esa situación.
Largo
( Francisco Layrisse, Alfredo Gruber, otros, 1994-1998)
Durante esta etapa la CVG debió enfrentarse a una dura
realidad. Después del Allegro con brio de Sucre Figarella se presentó un Informe
de evaluación de la empresa, elaborado por una Comisión compuesta por Asdrúbal
Baptista, Francisco Layrisse, David Natera, Herman Luis Soriano, German Borregales,
Jorge Casado, Werner Corrales y Víctor Hugo Escobar, actuando como secretario
Rafaél Peña. Este Informe recomendó:
· Que
se detuvieran todos los proyectos de inversión,
· Que
se procediese a privatizar las empresas de la CVG (“desestatizarlas” fue el
término utilizado)
· Redefinir la acción del estado en el sector
minero para enfatizar regulación y control pero no la operación
· Despojar a la CVG de sus obligaciones de
prestación de servicios públicos y
asignar tales responsabilidades a las alcaldías.
· Investigar
a fondo los hechos de corrupción ocurridos durante la etapa anterior
· Analizar
la posible privatización parcial de Edelca
· Reorganizar
la CVG
· Construír
una nueva Ciudad del Sur (contradictorio con el resto de los planteamientos)
· Desarrollar
el eje Orinoco-Apure (idem).
Los miembros de la Comisión Jorge Casado, David Natera y
Víctor Hugo Escobar, todos pertenecientes al partido del gobierno,
Convergencia, salvaron sus votos. Según
Casado y Escobar la desestatización propuesta “afectaría los intereses soberanos de la
patria”. David Natera opinó que las empresas habían “estado sometidas al decrédito
para ser vendidas luego a los extranjeros a precios viles”, aunque se manifestó
de acuerdo con limpiar la corrupción existente.
El presidente Layrisse trató, valientemente, de iniciar este
proceso pero encontró fuertes obstáculos derivados de los intereses regionales afectados
y de la oposición del partido de gobierno, Convergencia. Estos
esfuerzos de limpiar la casa de la CVG continuaron bajo la presidencia de
Alfredo Gruber. Sin embargo, tanto el plan de privatización de las empresas como el tratar
de pasar a las municipalidades la responsabilidad por los servicios públicos se
estrellaron contra la negativa de la mayoría de los alcaldes, la oposición del gobierno central y el rechazo de las “patrióticas fuerzas
vivas” de Guayana.
Gran
Marcha Fúnebre (también conocida como el "gran mierdero", Rangel Gómez, Sanz,
Kahn, Gil, etc, 1999-2012)
Ni siquiera he logrado encontrar en Internet la lista completa
de los presidentes que la CVG ha tenido en los años de Chávez. Recuerdo a
cuatro; Francisco Rangel Gómez, quien es un insigne saltador de talanqueras;
Rodolfo Sanz, José Kahn y Francisco Gil Barrios. Por otra parte, los presidentes
de las empresas filiales han sido un verdadera legion, incluyendo secuestradores
como Carlos Lanz.
Durante esta etapa la nómina laboral se ha incrementado en
un cien por ciento, mientras que la producción de las empresas se ha reducido a la mitad y, en algunos casos,
se ha paralizado totalmente. La CVG importa mucho de lo que debería estar
produciendo. Recomiendo leer los artículos de Damián Prat sobre Guayana.
En el campo laboral Sidor empleó unos 3000 nuevos trabajadores
en un solo año, 2011, al incorporar a los tercerizados. Alcasa, por su parte, empleó 600 nuevos
compañeritos en 2011, aunque solo produce la tercera parte de su capacidad
instalada, la cual es ya, para comenzar, mucho menor a la que existía antes de
la llegada de Chávez al poder. Su costo
de producción es tres veces superior al precio internacional del aluminio, así
como suena. En Venalum el costo de producción es “solamente” casi el doble del
precio internacional del producto. CVG tiene una cuantiosa deuda laboral, unos
tres mil millones de bolívares, la cual tendrá que ser pagada por el gobierno central,
ya que las empresas carecen de suficientes ingresos.
Este desastre es el resultado del llamado Programa Socialista
de Guayana, un arroz con mango ideológico-populista, según el cual los obreros
y los incondicionales del régimen deben controlar la gerencia de la CVG. Un
ejemplo de este arroz con mango es este párrafo, generado por un esperpento
llamado Colectivo de Control Obrero:
“La coyuntura actual de las empresas de Guayana está
impregnada por una campaña mediática de desprestigio al proceso revolucionario,
por parte de los sectores reaccionarios de derecha tanto del sector sindical,
empresarial y partidista, utilizando el cierre de las líneas I y II de Alcasa y
la política de racionamiento de la electricidad. Esta campaña mediática esta
haciendo mella y creando desesperanza en las trabajadoras y trabajadores de las
empresas y en la comunidad de Guayana; a pesar de que el gobierno
bolivariano ha garantizado la estabilidad laboral. Esta situación se
presenta simplemente por la ausencia de participación real de los trabajadores
y trabajadoras en el manejo de información y la toma de decisiones que siguen
asumiendo la dirección de estas empresa”.
Y más adelante agregan:
“los trabajadores y trabajadoras le pedimos al
presidente Chávez el control de la producción y administración de las
empresas básicas, y el comandante asumió el reto y nos dijo ¡Me resteo
con los trabajadores y trabajadoras de Guayana!, es allí donde comienza el
Plan Guayana Socialista”.
Esto ilustra el mierdero al cual hemos hecho referencia. Ninguna
empresa se puede manejar de esta manera criminal e irresponsable.
Conclusión
Esta es una situación que no se arregla echando más basura
debajo de la alfombra. Esto tiene que sufrir un cambio radical. No es posible
que la CVG haya sido asesinada impunemente por sus mismos gerentes y trabajadores, por los politicos
de turno y por unas fuerzas “vivas” de Guayana que la han exprimido de manera
criminal.
Algun día hay que hablar claro sobre la CVG!
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