También publicado en El Nacional del 29 de octubre, 2022
Leer
sobre la corrupción desatada en Venezuela durante el siglo XXI por la mafia
chavista/madurista nos causa vértigo. Si bien la corrupción venezolana en el poder
ha sido casi inevitable, la historia pasada nos habla de individuos o grupos
relativamente pequeños que han asaltado las arcas públicas para enriquecerse y
enriquecer a sus familiares. Al ver hacia atrás pensamos en los entornos de los
hermanos Monagas, de Antonio Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez
Jiménez y en los llamados apóstoles de la etapa democrática (CAP I) como
representativos de los grupos venezolanos que llevaron a cabo los asaltos. La
corrupción casi nunca fue una aflicción sistémica sino controlada y limitada a
pequeños grupos oligárquicos. Durante la etapa democrática una extraordinaria investigadora,
Ruth Capriles, prácticamente ella sola, pudo elaborar tres volúmenes sobre la
corrupción venezolana.
Lo
que hemos visto durante los años que van de siglo XXI es diferente. Debido a
una combinación de grandes ingresos petroleros, ineficiencia e indiferencia en
la gobernanza y una torcida y flatulenta ideología populista, el derroche y la
corrupción desde 2000 hasta el día de hoy han sido el equivalente financiero de
un deslave comparable a la tragedia del litoral, la cual ocurrió precisamente
en diciembre 1999, justo a la llegada al poder de Hugo Chávez y fue como el
punto de arranque de la orgía de podredumbre. La magnitud del desastre hace
imperativa la elaboración de un catálogo, un fichero de los corruptos
venezolanos del siglo XXI, tarea que no podrá ser acometida por una sola persona
sino por un nutrido equipo de investigadores que necesitaría largos meses para llevarla
a cabo. Pero ese arduo trabajo debe hacerse porque será fundamental si se quiere
aplicar la justicia y lograr un juicio y un castigo a lo Núremberg para los
mayores culpables de esta tragedia venezolana.
Estamos
llevando a cabo, muy a vuelo de pájaro, una revisión de la magnitud de la información
que existe, la cual es copiosa y nos luce evidente que el catálogo necesario
será una tarea que rebasa cualquiera capacidad individual. Los actos descritos
y documentados de corrupción en la Venezuela chavista no involucran a docenas
ni a centenares de venezolanos y extranjeros sino a miles. Los corruptos de
este siglo abarcan todas las clases sociales, desde la llamada aristocracia de los
apellidos asociados a los “amos del valle” hasta los estratos más inferiores de
la sociedad. Incluye a profesionales universitarios y empresarios, a doctos y analfabetas,
a militares y civiles, a políticos de vieja y nueva data, extremistas de la
izquierda y de la derecha, en fin, una sección transversal completa de la
sociedad venezolana. Es tan intenso el fenómeno que casi podríamos decir que la
sociedad venezolana ha llegado a constituirse en una masa moralmente purulenta,
con existencia de todos los grados existentes de corrupción, desde la gran
corrupción a nivel de las empresas del estado que representa pérdidas de
millardos de dólares para la nación hasta la “pequeña” corrupción” de quien
trafica con alimentos o con los subsidios directos, tipo pernil o “bonos de la
patria” con los cuales se prostituyen
grandes sectores de la pobreza venezolana.
Existen
varios grupos de investigadores sobre la corrupción en Venezuela, integrados
por gente muy valiosa, los cuales tienden a trabajar esencialmente sobre rieles
paralelos, ya que se trata de organizaciones
periodísticas independientes. Entre ellos enumero, de memoria, Armando info; Efecto Cocuyo; El Cooperante;
Transparencia Venezuela; Connectas; Chavismo Inc.; además de la prensa
nacional y extranjera, de organismos oficiales extranjeros y de sitios
virtuales e individualidades de mucho mérito. No me sorprendería que el número
de investigadores supere los 200.
Creo
necesaria una convergencia de esfuerzos en este campo. Hay mucho trabajo
valioso distribuido en innumerables publicaciones. Muchas de estas investigaciones
son sobre aspectos de un solo evento o sobre un solo personaje, como los
relacionados en la pandilla de PDVSA/Ramírez/bolichicos con grandes depósitos y
bienes raíces en bancos de Andorra, Suiza, Portugal y España y la mafia de
banqueros forajidos que lavan hoy sus fechorías en USA y Europa,
La
elaboración de un Catálogo de corruptos venezolanos del siglo XXI representaría
un arma fundamental en la batalla contra
la corrupción, una batalla que debería tener al menos dos componentes: uno, la
sanción moral y social y dos, la sanción penal. La sanción social es
indispensable porque los corruptos venezolanos del chavismo/madurismo han
perdido la vergüenza, si es que alguna vez la tuvieron, al no advertir en la
sociedad venezolana sólidos intentos de rechazo de sus actuaciones. Al contrario,
los desastres llevados a cabo por, digamos, El Aissami, los hermanos Rodríguez,
Rafael Ramírez Carreño y su pandilla, la podrida nata militar, los analfabetas billonarios
tales como Alejandro Andrade o Claudia Díaz,
los operadores como Gorrín y Saab, los contratistas como los bolichicos y
Ruperti, los cómplices extranjeros como Monedero, Zapatero Evo y Cristina
Fernández, son hasta objeto de alguna admiración por parte de quienes
contemplan sus hazañas y saben de sus cuentas bancarias, mansiones, yates y
aviones, de sus estadías en los mejores hoteles y de sus opíparas cenas en los
mejores restaurantes del mundo. La reblandecida sociedad venezolana ha llegado
a envidiarlos y a tratar de imitarlos, para lo cual muchos están dispuestos a
degradarse en lo que sea necesario para vivir así.
Esta
es una situación inaceptable para la gente honesta. Estoy dispuesto a trabajar
como soldado raso en un proyecto de esta naturaleza, dedicado a tratar de
restituir la dignidad y la decencia en la sociedad venezolana, a llamar a los corruptos
por su nombre y trabajar para lograr para
ellos el más ejemplar de los castigos.
3 comentarios:
Bueno Gustavo ayer el Coco Sosa salió libre luego de 4 años de cárcel que le pegó Tarek William Saab por robar una millonada en Venezuela y ya anda con la novia (la hija de Chávez) tomándose fotos con nada más y nada menos que el "contralor" Elvis Amoroso (Elvis Hidrobo Amoroso). La moraleja es: roba que cuando salgas te recibimos y te cuidamos a la novia.
https://twitter.com/Rottondaro/status/1586739053956931587?s=20&t=wENWFgjA4o3ln3dkuBlFkQ
Y quién va a castigar a quién? Al parecer es que cuando en democracia robaban algunos pero en chavismo ahora roban todos …
"Es malo ser rico."-Hugo Chavez. Y a su muerte, valia mil millones de dolares robados de la industria petrolera. Venezuela-pais socialista de oportunidades sin limites.
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