En paralelo, un miembro de mi familia que tiene cuenta
en facebook (yo no tengo) recibe anónimos al efecto de que yo, con todos mis
años encima, tengo “amantes”. No pocos
octogenarios dirían : “ojalá”.
Estas necedades son el pequeño
precio que debo pagar por escribir lo que escribo. Digo pequeño porque hay
compatriotas como Peña Esclusa, los comisarios, la jueza Afiuni, Alvarez Paz,
quienes han sido objeto de prisión, persecución, hostigamiento severo y hasta
injustas expropiaciones de su patrimonio y tenemos mártires como Franklin
Brito, asesinado por el régimen por defender su modesto patrimonio con dignidad.
En mi caso son solos estas
pequeñas cositas, al menos hasta ahora. Sin embargo, sé que estoy pisando,
junto con otros blogeros y comentaristas de la oposición, los callos del malandraje. La gente detrás del
Aban Pearl, los bolichicos, Rafaél Ramírez, Pedro Carreño, Pastor Maldonado, los
Maduro-Flores, la familia Chávez, la narcocracia en el poder, tanta gente a
quien he criticado desde esta tribuna, cualquiera de ellos pudiera amanecer con
dispepsia un día y tratar de pagarla conmigo.
De allí que estoy advirtiendo
sobre esto y tomando algunas precauciones, ayudados por mis amigos del Mossad y
del FBI. Me han recomendado dejar de ir
a Venezuela por un tiempo, porque ya mi
entrada por Chichiriviche en un peñero,
desde Curazao, se ha puesto difícil. Y en Paraguiapoa hay demasiada
concentración de guardias nacionales ultimamente, precisamente por el asunto de
la droga. De manera que no me esperen para lo que convinimos para la
navidad. Los compañeros Tomás Par y el
Cardenal Mendoza tendrán que esperar una mejor oportunidad para el reventón. Quizás Alberto Franceshi pueda seguir
adelante con su proyecto HACOPIN, “Hallacas con Pinochet”, ya que él está
“in situ”.
La realidad, sin embargo, es que estos
esfuerzos no serán necesarios. El harlequín se desploma solito. Hay división en
los cuarteles de invierno. El aire de desesperanza en el régimen se puede
cortar con cuchillo, de lo denso que es. Aunque Venezuela aun existe como
nación en cada uno de nosotros , no
existe ya como estado, ese que mientan socialista y soberano. Esa entelequia murió con el difunto en un sombrío quirófano cubano.
Es una entelquia que nos ha
costado 1,5 millones de millones de dólares, es decir, 1,5x 10 a la 12 dólares,
lo que en USA llaman trillones y también nos ha costado la ruina
espiritual. Hoy en día Venezuela es un país donde cada quien mira a los otros
con desconfianza, ya perdida aquella
cordialidad instintiva que predominaba entre gente quienes no se conocían. Esa
tragedia espiritual ha incluído la construcción de murallas de resentimiento entre
ricos y pobres, negros y blancos, murallas erigidas por la retórica llena de odio
del excremento ya expulsado.
Katherin. No sigas perdiendo el
tiempo.
1 comentario:
Amigo Gustavo, si quiere entrar a Venezuela inadvertido, metase por la Guayana Esequiba, esa frontera en la parte terrestre no la cuida "naiden"
Y a Katherin............bueno, lo que le hace falta es Willie.......
llevatela Willie.......
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