Hablar de colaboracionismo en la Venezuela
de hoy es un tema tabú. Más difícil aún es referirse a personas en relación con
este tópico, ya que el término generalmente se considera denigrante. La gente
piensa en un colaborador de una dictadura o de un régimen invasor como alguien
cobarde, codicioso, corrupto, equivocado, etc. Todos estos epítetos vienen a
la mente porque la mayoría da por sentado que un colaborador colabora porque
atiende a sus intereses personales, anteponiéndolos al interés nacional. Pero
ello no es cierto en todos los casos. Hay quienes colaboran con una dictadura o
con una fuerza invasora pensando - de buena fe - que ello será beneficioso para el país. Por
ejemplo, Pierre Laval pensó, al llegar a ser premier del gobierno de Vichy, que
su cooperación podía salvar muchas vidas y preservar a Francia de una mayor catástrofe.
Sin embargo, sus intenciones no fueron apreciadas por el gobierno francés de
post-guerra, por lo cual fue fusilado.
Esta distinción entre colaboracionismo
voluntario e involuntario ha sido estudiada por pensadores como el legendario
Stan Hoffman (a quien conocí durante mis dos años de estadía en Harvard). En su
artículo sobre “Collaborationism in
France during the second World War”, The Journal of Modern History, Septiembre
1968, páginas 375-395, Hoffman habló de colaboracionismo como un producto del
servilismo o de la ideología. El colaboracionismo servil es un servicio
consciente al enemigo. El colaboracionismo ideológico (o pragmático) es aquel
que ve en esa postura un posible beneficio para la sociedad de la cual se es
miembro. La primera acepción es totalmente negativa. La segunda tiene aristas
positivas ya que, según Hoffman, la actitud colaboracionista del gobierno de
Vichy ayudó a salvar a Francia de mucha destrucción material.
En Venezuela, después de 20 años de
atroz dictadura, de vergonzosa ocupación de nuestro territorio y nuestro
gobierno por fuerzas cubanas o guerrilleros colombianos, de ruina financiera inducida
por la corrupción de los chavistas en la función pública, de la mentira, la
crueldad y la represión como políticas de estado, de total control de las instituciones
por una alianza chavo-militar fascista, todavía hay un grupo de colaboracionistas
involuntarios que sigue promoviendo lo que llaman una solución “democrática,
constitucional y electoral”. Este grupo está a favor de una negociación con el régimen,
a favor de tenderle un puente de plata a sus personeros, a favor de ir a votar
bajo la mirada divertida de las hienas del Consejo Nacional Electoral encabezadas
por Tibisay Lucena. Lo ven como la única solución “civilizada” a la tragedia
venezolana. Muchos de sus miembros genuinamente desean ver salir al régimen
pero consideran que la única forma de lograrlo es a
través del voto y/o de una aproximación al diálogo y a la negociación con la
pandilla.
Este grupo es colaboracionista, muchos de
ellos en el sentido involuntario del término, aunque los hay también voluntarios,
plegados al régimen y beneficiándose del status quo, como es el
caso de Henri Falcón y de algunos de sus seguidores.
Entre el grupo que colabora involuntariamente
a consolidar el régimen en el poder están, a juzgar por sus escritos, Eduardo Fernández
y José Antonio Gil Yépez. El primero dice, en entrevista que le hace en
GLOBOVISIÓN Luis Penzini, que si los venezolanos “hubiesen ido a votar en las
elecciones municipales del 9 de Diciembre, hubiésemos ganado en 355 municipios”.
Agrega allí el Dr. Fernández que la alta abstención se debió a factores tales
como “el esfuerzo del gobierno por persuadir a los venezolanos que no vale la
pena votar” o a “la hiperinflación, a la
escasez de alimentos y de medicinas” ya que gente estaría muy atareada en
conseguir comida parra tonarse el tiempo de votar. Termina diciendo el Dr.
Fernández que hay que buscar la manera de cambiar al gobierno “dentro del marco
constitucional y electoral, con un acuerdo nacional, lo cual es fundamental
para recuperar la economía”. Mencionó la necesidad de la “convivencia
civilizada”.
Yo digo que esta actitud del Dr. Fernández
es colaboracionista, porque contribuye a la permanencia del narco-régimen en el
poder. Habla de la abstención electoral del 9 de diciembre como un error,
mencionando varios factores que indujeron al pueblo venezolano a cometer ese “error”.
Pero se le olvidó al Dr. Fernández la razón fundamental de la abstención, la
cual no fue la persuasión del gobierno o el hambre o la enfermedad sino la
indignación moral que siente el pueblo venezolano frente a una pandilla
ilegítima de bandidos que ha arruinado a Venezuela y regalado, como prostituta
a su gigolo castrista, la soberanía nacional. El colaboracionismo del Dr. Fernández
consiste, en mi criterio, en no reconocer esa razón fundamental, no
mencionarla, no hacerse eco de ella, no participar activamente en la promoción
de una rebelión ciudadana que lleve a la expulsión del poder de esa pandilla,
sin que puedan irse con entera impunidad
a disfrutar sus dineros mal habidos al exterior. Lo que dice el Dr. Fernández promueve
de manera involuntaria (no puede ser de otra manera en un hombre que ha servido la causa de la
democracia por años) la permanencia del narco-régimen en el poder.
El Director de Datanalisis, Dr. José Antonio Gil Yépez, a quien conozco
desde hace años, cuando compartíamos actividades en el Grupo Santa Lucía, nos
revela una actitud sumamente pragmática cuando dice, en su balance de 2018, que
es necesario un diálogo entre el gobierno y la oposición. Dice que es posible
negociar una nueva estructura de poder en la Asamblea nacional que incluya la
participación del partido del narco-régimen, “lo cual llevaría a una forma de reconocimiento y concuerda con los
planteamientos que ha venido haciendo Maduro de buscar al diálogo entre las
partes en Venezuela”. Agrega el Dr. Gil Yépez que “hay que sentarse y
reconocerse entre las partes”. Dijo que
el diálogo reconocería a Maduro, de nuevo, como presidente (!!!!), si el régimen renueva a los magistrados
del TSJ y a los miembros del Poder Moral y a dos rectores del CNE. Sobre la
abstención del 9 de diciembre el Dr. Gil Yépez dice: “no votar hace que el venezolano se ponga al margen de la solución al
problema. La abstención no es la solución, más bien la agrava, en lugar de
activarse e ir por otro canales”. Atribuye la abstención a los mecanismos
de elección pero, como en el caso del Dr. Fernández, se inhibe de mencionar la
inmoralidad que representa ir a votar bajo el sistema corrupto y dictatorial
imperante.
Yo digo que esta postura del Dr. Gil Yépez
es colaboracionista, de forma aún más acentuada que en el caso del Dr. Fernández.
Propone una coexistencia pacífica con este régimen criminal, el cual permita a
Maduro permanecer en el poder. Jamás hubiera pensado que el Dr. Gil Yépez que
yo conocí en otras épocas pudiera llegar a tener una postura como esta.
Colaboracionismo voluntario o involuntario
nos conduce al mismo resultado: la consolidación de un narco-régimen moralmente
inaceptable en el poder.
Los venezolanos debemos debatir estas
posiciones con el mayor respeto posible pero, al mismo tiempo, sin sub-estimar
la gravedad que representa el colaborar con un régimen que ha arruinado al país
y pretende continuar arruinándolo si decidimos coexistir pacíficamente con él.
Nunca saldremos de esta pesadilla
votando bajo el sistema corrupto imperante. La abstención es también una forma
de votar. Transmite un mensaje poderoso de rechazo al narco-régimen y pone en
evidencia su ilegitimidad.
7 comentarios:
Con todo respeto, yo dudo mucho que Fernández y Gil estén equivocados de buena fe. De verdad, ya dudo de todo. C'est la nature humain. Le recomiendo el libro de Steven Pinker "la tabla rasa. La negación moderna de la naturaleza humana". Descargado del sitio damelibros.com. Porque dinero para comprar libros no tengo. Tuve con mi trabajo pero como no soy "vivo" ni "enchufado" ni "colaboracionista" de los malos, hoy leo de esa manera.
En la Venezuela de hoy es lógico dudar de todos, hasta ese punto hemos llegado. Sin embargo, no poseo evidencias de que estos compatriotas estén actuando de mala fe. Es preciso darles el beneficio de la duda pero, eso sí, no firmarles un cheque en blanco. Cuando la gente vacila en lo pequeño tiende a vacilar más tarde en lo grande. Siempre he tenido a estas dos personas por gente honorable y por ello es que escribo esto. Si supiera que son un par de malandros no me molestaría en hacerlo.
Lo que hace dudar es que estas personas son gente preparada. Y de verdad que en la situación de disolución nacional que vivimos parece una cuestión de estupidez empecinarse en esas posiciones contra toda evidencia y toda lógica. De allí la sospecha.
Solo espero que el tiempo y la justicia dicten su veredicto imparcial sobre estas y otras personas con posiciones que a uno le parecen, por decir lo menos, absurdas. Lo sigo leyendo cotidianamente. Saludos
Muchas gracias. Realmente es increíble que estas no sean las únicas personas que están en este plan. Hay un grupo trabajando para arreglarse por las buenas con el régimen, abogando por un diálogo con el malandraje chavista.El país está en el peor momento de su historia desde la emigracion a Oriente, debido al colapso moral de buena parte de su liderazgo.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46480037
Según una red social, y citando una entrevista con la BBC, Jaua dijo que la peor que había hecho Chávez era haber seleccionado a Maduro, quien ha destruido al país. No, lo peor que hizo Chávez fue haber nacido y él es responsable de lo que a Maduro le tocó rematar: acabar con Venezuela.
Si hilamos fino, mejor dicho, si sumamos 2 más 2, porque la cosa es evidente, esto forma parte del plan para hacer una transición que incluya al "chavismo originario" y que les permita a estos desgraciados no pagar ante la justicia y hasta volver al poder. En eso andan los giles y falsones y la falsa oposición. Pretenden realizar esa infamia. Claro,con la venia de los cubanos,lo que está por verse.
Excelente articulo, muestra la verdadera posición que tenemos los venezolanos. No se puede negociar con tu secuestrador; después de que de vejan TIENES que negociar para coexistir?, síndrome de Estocolmo? Tomado de Wikkipedia: " El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo1 con su captor. Principalmente se debe a que malinterpretan la ausencia de violencia como un acto de humanidad por parte del agresor.1 Según datos de la Federal Bureau of Investigation (FBI), alrededor del 27 % de las víctimas de 4700 secuestros y asedios recogidos en su base de datos experimentan esta reacción.1 Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades policiales o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.1
Cabe destacar que el síndrome de Estocolmo no está reconocido por los dos manuales más importantes de psiquiatría: el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales y la Clasificación internacional de enfermedades. Por lo que este síndrome caería en la categoría de efecto postraumático."
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