miércoles, 5 de diciembre de 2018

Pensadores, Cronistas e Historiadores del Petróleo, III


Juan Pablo Pérez Alfonzo y Arturo Uslar Pietri, grandes pensadores del petróleo

APUNTES PARA LA HISTORIA DE LA GENTE DEL PETRÓLEO DE VENEZUELA

CAPITULO I PUEDE LEERSE EN LINK:
CAPITULO II PUEDE LEERSE EN LINK:

                                               CAPÍTULO III
                        PENSADORES, CRONISTAS E HISTORIADORES
Después del resumen histórico presentado en el primer capítulo y de una visión de los aportes comunitarios de la Gente del Petróleo presentada en el segundo capítulo,  continuamos estos apuntes con un recuento de los pensadores, cronistas e  historiadores del petróleo venezolano. Hablaremos sobre los dos pensadores venezolanos más influyentes en materia petrolera: Juan Pablo Pérez Alfonzo y Arturo Uslar Pietri. Las ideas de estos dos hombres han dominado las grandes corrientes de opinión sobre las políticas públicas que el Estado venezolano ha aplicado en uno u otro momento en el manejo de la  industria petrolera. Al final, sus tesis, que sonaron por mucho tiempo diametralmente opuestas, parecieron coincidir en la inconveniencia del manejo de la industria por parte del Estado. Uslar Pietri se opuso a la nacionalización porque tenía la convicción de que el Estado no debía manejar la industria. Pérez Alfonzo también se opuso a la nacionalización porque la llamó fraudulenta (“chucuta”) y murió pensando que el petróleo debía ser dejado bajo tierra, debido a la incompetencia de los venezolanos.  
A.  LOS GRANDES PENSADORES
En el impacto que han tenido sobre las políticas petroleras venezolanas durante los últimos 70 años estos dos hombres han desempeñado un papel fundamental. Su rivalidad de décadas fue, en términos de intensidad, como la del  Caracas y el Magallanes o  como la de Billo’s y Luis Alfonzo Larraín, aunque – por supuesto – el tema que trataron fue de mucho más seriedad e  impacto sobre nuestra calidad de vida que el béisbol o la música bailable. Estos dos venezolanos exhibieron en torno al petróleo ideas muy diferentes, aunque con importantes similitudes subyacentes. En efecto, desde la siembra del petróleo de Uslar Pietri hasta el Pentágono de Pérez Alfonzo, parece evidente que los objetivos que perseguían estos hombres eran muy similares, es decir, como lograr que el país se beneficiara de manera óptima del petróleo. Sin embargo, las estrategias que formularon para lograrlo fueron muy diferentes.
 Arturo Uslar Pietri fue uno de los promotores importantes de la Ley de Hidrocarburos de 1943, la cual reformuló las concesiones petroleras existentes hasta el momento  e introdujo nuevos beneficios para la Nación.  Pérez Alfonzo fue uno de los diputados del Congreso que salvó su voto al ser aprobada esta ley, hoy considerada como de avance fundamental y beneficiosa para la Nación en su relación con las empresas concesionarias. Su voto fue salvado a pesar de que Pérez Alfonzo, siempre honesto, dijo lo siguiente: “Considera el suscrito, doctor Juan Pablo Pérez Alfonzo, que en una síntesis general del proyecto podrían señalarse dos grandes grupos de ventajas: ventajas de orden técnico y jurídico, y ventajas de orden económico. Entre las primeras sobresalen la unificación de las relaciones de los concesionarios y el estado; y la definida y clara intervención que en el funcionamiento de la industria se reconoce al mismo estado. Entre las de orden económico, parecen indiscutibles el aumento apreciable de los impuestos, tomados en conjunto, y no obstante la desaparición de impuestos que antes pagaban los concesionarios; la supresión de las exoneraciones de tributos aduaneros, la regulación del transporte de petróleo, la obligación para las empresas de llevar en Venezuela su contabilidad industrial, la supresión de diferencias injustificadas de los impuestos cobrados a los concesionarios por razón de la ubicación de las parcelas, y los convenios respecto a refinerías celebrados en relación con el proyecto."   ¿Cuál fue, entonces, la razón de su postura? El consideraba que la nueva ley liberaba a las empresas concesionarias de compromisos y deudas anteriores. En su criterio, se había llevado a cabo un borrón y cuenta nueva.
La profundidad con la cual trataron el tema petrolero y el vigor con el cual propusieron sus respectivas estrategias le mostraron al país dos caminos diferentes a seguir.  Para Pérez Alfonzo el camino se resumía en su Pentágono Petrolero, explícitamente formulado al llegar al gobierno en 1959, el cual consistía en cinco conceptos fundamentales, algunos de los cuales había ido elaborando desde la década de 1940:
1.    Participación Razonable: se pretendía una participación del Estado más adaptada a la realidad económica y política en el contexto nacional e internacional, con lo cual, a nivel porcentual, debía estar en un 65% para el Estado y 35% para las concesionarias.
2.    Creación de una Comisión Coordinadora para la Conservación y Comercio de los Hidrocarburos: a fin de profundizar en estudios propios sobre la industria petrolera y coordinar la acción de los órganos competentes en la materia.
3.    Corporación Venezolana de Petróleo: cuya creación iba a permitirle al Estado dar sus primeros pasos en la operación de las actividades petroleras.
4.    No más concesiones: disposición por parte del Estado a no otorgar nuevas concesiones, ni renovar las existentes, en apego a un crecimiento progresivo del Estado en la operación de las actividades petroleras, con miras a una nacionalización de la industria en el corto plazo. Venta directa del petróleo de regalías
5.    Organización de Países Exportadores de Petróleo: la estrategia fundamental en el ámbito internacional, la cual iba a permitir mayores beneficios y fortaleza del petróleo venezolano en el mercado internacional
Uslar Pietri nunca pareció estar en desacuerdo con los dos primeros puntos pero si debatió vigorosamente sobre la inconveniencia de crear la CVP y de instaurar una política de no más concesiones.  En general, su ruta preferida tenía un sesgo menos estatista, más abierta a la empresa privada, propicia a un acercamiento entre países exportadores y países consumidores de petróleo a fin de lograr entendimientos tipo ganar-ganar. Podría decirse que Pérez Alfonzo representó por muchos años una posición nacionalista, preferentemente estatista y conservacionista en torno al petróleo, mientras que Uslar abogó por una política petrolera más abierta al sector privado, sin que el estado  tuviese demasiada injerencia en el negocio, diseñada para optimizar (versus maximizar) la renta petrolera, a fin de diversificar la economía del país y liberarse de lo que consideraba una excesiva  dependencia del estado en el petróleo.   
El planteamiento de Uslar Pietri se encuentra expresado en su editorial de 1936, Sembrar el Petróleo. Allí Decía:  
Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de independencia. Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales."
Viví de cerca, en la CVP, una de las aristas de ese debate.  Para Pérez Alfonzo la CVP, la empresa nacional de petróleo debía prepararse para tomar el control de la industria petrolera en manos del estado.  Por su parte Uslar Pietri, a pesar de reconocer que la empresa  estaba razonablemente bien manejada, pensaba que la  CVP no tenía una verdadera razón de existir. Pérez Alfonzo veía  la existencia de la CVP como un paso lógico por parte de un país petrolero para manejar directamente esa industria, para ir creando una experiencia directa en el manejo de esa industria, a fin de responder a una genuina  aspiración nacionalista. Uslar Pietri la veía como el producto de un gesto romántico pero ineficiente, tanto por su escala diminuta como por la imposibilidad de que pudiera desplazar la actividad de las grandes empresas internacionales del sector privado.
La CVP era realmente pequeña. Rubén Sáder Pérez, su carismático Director General y gran gerente del sector público decía en 1967: “Somos pequeños pero tenemos todo lo que tienen las empresas grandes”, refiriéndose a que la CVP exploraba, producía, refinaba desde Morón y comercializaba. Sáder Pérez veía a la empresa como una adulta de pequeña estatura pero bien proporcionada, no una enana. 
Creo que, en este aspecto particular de la CVP, el tiempo le dio la razón a Uslar Pietri. La CVP se quedó pequeña. No porque sus gerentes y técnicos carecieran de mística. Todo lo contrario. Allí se trabajaba muy duro, con gran entusiasmo. Pero la empresa carecía de la disciplina y tradición organizacional que existía en las empresas privadas.  Rubén Sáder Pérez, Fernando Delón, Efraín Barberii, fueron gerentes extraordinarios. Allí compartí esfuerzos con un grupo verdaderamente estelar de Gente del Petróleo que incluía a Lindolfo León, Ricardo Corrie,  Alberto Barnola, Enrique Vásquez, Héctor Ross, Hely Bravo Conde, José Chirinos, Elías Zambrano, Myrfin Jones, Albert Baber, Michel Latreille y Bernard Duval, del Instituto Francés del Petróleo, Pablo Stredel, Roberto Velasco y algunos otros que se me escapan de la memoria. Fue una bella experiencia pero no puedo decir que la empresa llenara, al final, las expectativas que llevaron a su creación. Hoy en día estoy convencido de que la participación estatal en una empresa comercial conduce, casi siempre, al fracaso.  
Otra área de significativo desacuerdo entre Pérez Alfonzo y Uslar Pietri fue  la relacionada con la política de No Más Concesiones, estrategia que ya había avanzado en las décadas de 1940 y 1950, luego propuesta con mayor fuerza por Pérez Alfonzo, en su condición de Ministro de Minas e Hidrocarburos durante la década de 1960. En opinión de Uslar Pietri ello llevaría a una paralización de la industria petrolera venezolana, ya que si no se pensaban otorgar más concesiones se debía promover una política alternativa. El concepto de Concesión se convirtió en una mala palabra para los venezolanos de corte nacionalista y adversario de las empresas petroleras internacionales, un grupo que iba desde Gustavo Machado hasta Rafael Caldera. Casi nadie, tampoco Uslar Pietri, se atrevía a sostener abiertamente la conveniencia de prorrogar el sistema concesionario.  
Sin embargo, el Presidente Rómulo Betancourt se mostró reacio a eliminar la posibilidad de dar más concesiones petroleras y ello llevó a Pérez Alfonzo a renunciar al ministerio y a radicalizar su postura nacionalista, aunque no de extrema izquierda. En realidad,  por bastante tiempo algunos integrantes de la extrema izquierda (mencionado por Ramón Rivero en: “La OPEP y las Nacionalizaciones, La Renta Absoluta”, Fondo Editorial Salvador de la Plaza, Caracas 1979. Págs. 21-22 , citado por Carlos Mendoza Potellá),  la izquierda venezolana llegó al extremo de acusar a Pérez Alfonzo de haber entrado en un convenio secreto, junto con Rómulo Betancourt, para limitar al 50%  la participación del Estado venezolano en los beneficios petroleros.  
Los Contratos de Servicio representaron la alternativa ideada por el gobierno para remplazar la política de no más concesiones. En general, la izquierda venezolana se opuso   vigorosamente a ellos porque consideraba, como argumentaban, entre otros, Álvaro Silva Calderón y Leonardo Montiel Ortega, que se estaría dando “el lomito” a las empresas ex - concesionarias. Llamaron a los contratos “concesiones disfrazadas”. Sin embargo, los resultados de este programa fueron decepcionantes. No se encontró “lomito” alguno, como alegaban ellos.
Pérez Alfonzo no fue partidario de los contratos de servicio sino de la nacionalización. La sentía urgente y estaba convencido de que en Venezuela existía un saqueo de la Nación por parte de las empresas concesionarias. En Junio de 1971 decía (citado por Rubén Sáder Pérez en su libro: “Hacia la Nacionalización Petrolera”, Caracas, 2013): Toda industria o servicio que se encuentre en funcionamiento puede ser nacionalizada automáticamente. Se trata de un simple cambio de dueño. El Estado puede pagar los mismos sueldos de las empresas. Hay, si se quiere, un excedente de técnicos a escala mundial, los cuales pueden servir para suplir a aquellos que presionados por las compañías se vayan del país. Mercados existen, y el hambre de energía es suficientemente grande como para que el petróleo venezolano pueda ser colocado en condiciones ventajosas.    Además, no es necesario que nos mantengamos en una alta producción de 3.700.000 barriles diarios, lo que resulta más bien perjudicial para los intereses nacionales y para el propio precio del petróleo”. Y agregaba: “Ya tenemos que más de 95% del personal de las compañías concesionarias que operan en Venezuela es criollo. Y el otro 5% son técnicos extranjeros muy valiosos pero que no son dueños de las empresas y bien pueden avenirse a continuar trabajando para el gobierno”. Pérez Alfonzo tenía razón en lo concerniente al personal pero dejaba de considerar aspectos fundamentales como la comercialización internacional y la tecnología, en los cuales la dependencia  en el exterior era muy pronunciada.
A medida que se demoraba o debilitaba el objetivo que Pérez Alfonzo consideraba fundamental, la nacionalización de la industria petrolera, su postura se tornó más radical, pasando de ser reflexiva a combativa, de pensador a guerrero en una batalla con acentuados ingredientes ideológicos y políticos. 
A mediados de la década de 1970 puede decirse que Pérez Alfonzo pasó a ser el líder de una corriente de opinión radicalmente nacionalista sostenida tanto por la izquierda extrema venezolana como por políticos de centro-izquierda y, aún, de centro-derecha. Se llegó a poner en duda, por esos años, el patriotismo de los gerentes venezolanos de la industria petrolera. ¿Por qué pagarles tanto dinero a estos gerentes, cuando es posible nacionalizar la industria? Pérez Alfonzo decía, refiriéndose a ellos: "Lo más grave no es tanto la situación material, el equipamiento de que tanto se habla, sino la posición mental de quienes tendrían que actuar con otro espíritu". (PEREZ ALFONZO, Juan Pablo, declarando ante la Subcomisión de reversión del Congreso, 1974). Escribió en la revista SIC: “Sabemos que las poderosas empresas son agentes perturbadores en muchas áreas, por lo cual se hace urgente hacerlas cesar sus actividades en el país". (PEREZ ALFONZO, Juan Pablo, Nuevo enfoque de la situación humana y el petróleo, SIC, marzo 1975, p. 142).  En Mayo 1975 Pérez Alonzo se lamentaba: "Fallé al no darme cuenta —se refiere a 1945— de que no alcanzaríamos a decidir con libertad e independencia sobre nuestro porvenir, mientras el sector del petróleo, tan importante ya para Venezuela, estuviese administrado por intereses foráneos. Es una explicación, pero no una justificación, que para entonces nadie concibiera semejante posibilidad. Se creía que medidas tan decisivas como la elevación unilateral de los impuestos, la venta en licitación pública de regalías y todo un conjunto de medidas de intervención sobre un sistema de concesiones que no serían nunca más renovadas, controlarían lo suficiente a ese sector foráneo como para que sirviese primordialmente a la nación". (El Nacional, 7 de mayo, 1975, cuerpo D, p. 1).
En 1975 Pérez Alfonzo habló sobre la XLII Conferencia de la OPEP en Viena,  12 y 13 de diciembre de 1974 y dijo. "La preocupación fundamental de la Conferencia fue llevar a los consumidores y a la opinión pública mundial una demostración clara de los abusos que continuaban imponiendo los consorcios transnacionales con sus precios de reventa. Se acercó al objetivo de precios únicos, excluyentes de las maniobras de los consorcios". (PEREZ ALFONZO, J. P., SIC, marzo 1975, p. 141.
Mientras Pérez Alfonzo expresaba su deseo de llegar a una verdadera y total nacionalización, Arturo Uslar Pietri tenía algún  tiempo hablando de manera diferente, ver: https://www.youtube.com/watch?v=1QNjefb4_iM . En esta entrevista de 1993 Uslar Pietri afirmó que él nunca estuvo de acuerdo con la “nacionalización” petrolera y pronosticó que, en manos del estado, esta industria iría al desastre. Uslar Pietri fue consistente durante décadas al advertir a los venezolanos que una industria petrolera manejada a su entera discreción por el estado, por los gobiernos de turno, causarían la ruina del país. Fue, en casi todos los sentidos, quien describió con más lucidez los peligros del capitalismo rentístico y las consecuencias de la “enfermedad holandesa”, mucho antes de que tal término se instalara en la literatura económica para definir los peligros de la dependencia en un solo producto de exportación. Al final de sus vidas, Pérez Alfonzo y Uslar Pietri coincidirían en condenar los resultados de la estatización del petróleo, Uslar Pietri nunca dudó de que ello fracasaría, Pérez Alfonzo pensó que lo que se había hecho en Venezuela era una “nacionalización chucuta” y que, debido a ello, hubiera sido mejor dejar el petróleo en el subsuelo, sin producirlo, ya que se había convertido en una maldición, en el excremento del diablo. Según Pérez Alfonzo, PDVSA rápidamente se convirtió en un estado dentro del estado. En 1978 dijo: PDVSA debe ser instruida de las líneas de política general que le permita conocer con precisión los intereses nacionales tan importantes que se le han confiado defender. Es inadmisible la situación actual de considerarse como un ente aislado de sus accionistas, el pueblo venezolano, y que se consideren autorizados para tomar las más importantes decisiones como si ellos fueran los dueños de la principal riqueza nacional. Es absurdo que imaginen poder decidir a su arbitrio haciendo caso omiso de la política de defensa nacional.” (En RESUMEN, Caracas, Vol. XXI, N°258, 15 de Octubre de 1978).
Uslar Pietri lo consideraba de manera diferente. Para él lo que se nacionalizó en 1975 no fue el petróleo, un recurso que era ya venezolano. Se nacionalizó (o estatizó) su operación. Y Uslar preguntaba: ¿Debemos condenar el destino del petróleo venezolano y sus posibilidades de desarrollo a la capacidad del Estado venezolano de explotar petróleo por su cuenta, o debemos con ese petróleo, que es y seguirá siendo venezolano, porque no puede ser otra cosa, negociar para explotarlo? ¿Debemos condenar el porvenir petrolero de Venezuela a la capacidad de inversión del Estado venezolano, o debemos asociarnos, en los mejores términos, desde luego, y de la manera más inteligente, con los grandes productores de petróleo del mundo, para hacer la explotación óptima y más rentable del recurso petrolero venezolano para Venezuela?”.  Para Uslar la respuesta era obvia. Según él lo que habíamos nacionalizado en 1975 habían sido los riesgos del negocio.
 El tiempo ha dado la respuesta. Hoy en día la industria petrolera en manos del estado venezolano está en ruinas. Y con ella el país.
En muchos sentidos, ambos gigantes tuvieron razón.

B.   LOS CRONISTAS DEL PETRÓLEO
Muchos valiosos venezolanos han escrito sobre petróleo, ofreciendo sus ideas sobre la relación entre el petróleo y la evolución social y política de Venezuela, por ejemplo Rómulo Betancourt en su obra “Política y Petróleo”. Este es un libro que pretende ser de historia pero resulta ser un ensayo político del autor, frecuentemente apasionado, mucho más útil para saber quién y cómo fue  Betancourt que para entender la compleja inter-relación entre el petróleo y la sociedad venezolano.
Una obra hoy  casi olvidada pero un hito importante en la literatura petrolera venezolana fue el libro de Luis Vallenilla: “Auge, Declinación y Porvenir del Petróleo Venezolano”, publicado en 1973. Este libro es una formidable síntesis histórica de la relación entre el gobierno venezolano y las empresas internacionales concesionarias, así como de los procesos legislativos que fueron modificando esta relación. Es aún de suma utilidad para los estudiosos del tema petrolero.  
 Mucha de la bibliografía petrolera venezolana está representada por los pensadores marxistas, desde Salvador de La Plaza hasta Gastón Parra y Carlos Mendoza Potellá, pasando por Rodolfo Quintero, Héctor Malavé Mata, Domingo Maza Zavala, Ramón Losada Aldana, Francisco Mieres y otros. Este grupo ha enfocado su interés en los aspectos políticos y económicos de la industria petrolera venezolana, generalmente enfatizando la necesidad de un total control del petróleo por parte del Estado y atacando la presencia de las empresas extranjeras en el país como una faceta de la dominación imperialista y del capitalismo, tesis que forma la columna vertebral del pensamiento marxista. Hay generalmente en ellos un gran desconocimiento de los aspectos operacionales y técnicos de la industria petrolera, lo cual los ha llevado con frecuencia a sobre simplificar su complejidad. Estos cronistas han escrito con demasiada frecuencia sobre la industria petrolera con el propósito de encajarla, a golpe y porrazo, dentro de un modelo ideológico estatista y centralizador, a la usanza soviética, modelo que ha fracasado estruendosamente hasta en la misma Rusia, donde la industria petrolera se ha abierto al capital internacional y se ha privatizado significativamente. .   
 Otro grupo de pensadores sobre el petróleo está ubicado alrededor del sector académico y de los centros de pensamiento como CEDICE y COENER, la UCAB y el IESA. En el sector académico el  grupo incluye, entre otros, a Asdrúbal Baptista, Pedro Luis Rodríguez y Luis Roberto Rodríguez, Francisco Monaldi, Ricardo Hausman, Moisés Naím, Ramón Piñango, Tomás Straka, Alejandro Cáceres. En CEDICE y en COENER Diego González Cruz, Nelson Hernández, Francisco Javier Larrañaga, Rafael Gallegos y otros. En estos grupos se advierte un loable esfuerzo por analizar la industria petrolera venezolana en el contexto más amplio de la vida nacional, promoviendo modelos de manejo que la hagan una  verdadera herramienta de progreso.
Un venezolano no afiliado con sector alguno, Per Kurowski, ha librado una perseverante batalla en sus blogs y libros sobre el regalo que hace Venezuela de su gasolina en el mercado interno y promueve activamente la entrega directa  de parte del ingreso petrolero a los venezolanos.
Un tercer grupo formado por quienes han escrito sobre petróleo  desde el sector político o, los más, desde las filas de la industria petrolera misma, esencialmente técnicos y gerentes de las empresas petroleras activas en Venezuela. Entre los cronistas petroleros recientes del sector político se destacan Leopoldo López, Gustavo Baquero y José Guerra. Entre los gerentes petroleros quienes han hecho sustantivos aportes al tema petrolero podemos mencionar, entre otros, a Alberto Quirós, Efraín Barberii, Manuel Bermúdez, Eddie Ramírez, Héctor Riquezes, Humberto Peñaloza, Humberto Calderón, Erwin Arrieta Varela,  Evanan Romero, Luis Pacheco y el suscrito. Durante el debate petrolero de 1973-1975 un numeroso grupo de jóvenes gerentes petroleros participó públicamente, especialmente desde las páginas de “RESUMEN”, en el debate petrolero que precedió a la nacionalización, entre quienes recuerdo a Luis Mantellini, Roberto Mandini, Carlos Rengifo, Tiberio Farías, Odoardo León Ponte, Marcos Marín Marcano y Rafael Álvarez y otros.   
HISTORIADORES DEL PETRÓLEO



Si me preguntaran que par de libros sobre petróleo venezolano quisiera llevarme a una isla desierta, a fin de poder informarme debidamente sobre su proceso histórico, diría: “Cronología del Petróleo Venezolano”, del geólogo Aníbal Martínez y “Auge y caída de un Petroestado”, del geólogo Ernesto Fronjosa. El primero fue publicado en 1969, en Inglés, con el título de ‘A Chronology of Venezuelan Oil”  y en español en 1970. El segundo fue publicado en 2018. Del libro de Martínez se han hecho al menos cinco ediciones en español. Del Libro de Fronjosa probablemente se harán varias ediciones futuras, dada su importancia.
No quiero decir con esto que no existan numerosas otras obras sobre el petróleo venezolano que no merezcan ser estudiadas o leídas. Hay ya una rica colección de ensayos sobre la industria petrolera venezolana, desde los escritos fundamentales de Rómulo Betancourt, Arturo Uslar Pietri y Juan Pablo Pérez Alfonzo, pasando por las obras de los escritores marxistas, casi todos desde una lejana perspectiva teórica, por los novelistas del siglo XX, casi todos con una visión romántica y generalmente mal informada de la sociedad petrolera.
 La inmensa mayoría de la literatura petrolera venezolana contiene posiciones tomadas, ya sean de corte estatista  o de una participación del estado limitada a la regulación y supervisión de la operaciones de la industria.  Gracias a los fracasos de la industria petrolera en manos del estado quienes propugnan una industria petrolera abierta al capital privado y con mínima participación operacional del estado  se están imponiendo. Las obras de Martínez y de Fronjosa tienen la virtud de presentar los hechos con un alto nivel de objetividad.
El multifacético Aníbal Martínez
Aníbal Martínez es un geólogo venezolano tan versátil como lo fue su gran amigo Humberto Peñaloza. Melómano, colaboró estrechamente con Peñaloza en sus grandes actividades didácticas de la música clásica, de la radiodifusión y del empresariado popular. Activo defensor de los derechos petroleros venezolanos  en sus numerosas escaramuzas con los Estados Unidos y, en especial, en el interminable  debate con Guyana sobre los recursos petroleros del Esequibo. Experto reconocido internacionalmente en todo lo relacionado con los conceptos de reservas petroleras, los cuales han sido violados sistemáticamente por el régimen chavista.  Pero, como si ello no fuera suficiente, es el mejor historiador petrolero que hemos tenido, no solo por la cantidad sino por la calidad de sus obras.
En efecto, Aníbal Martínez ha publicado 19 libros sobre el petróleo venezolano. De esos libros se han hecho 42 ediciones en varios idiomas: Cronología del Petróleo Venezolano; Historia petrolera en 20 Jornadas; Banco de Piedras; Recursos de Hidrocarburos de Venezuela; La Diferencia con Colombia; Una Política Energética; El Camino de Petrolia; Gumersindo Torres; Diccionario del Petróleo Venezolano; La Faja del Orinoco y otros. Además ha publicado unas quince monografías y unos 160 trabajos técnicos.  Es una producción inmensa, doblemente meritoria, porque está esencialmente enfocada hacia el tema del petróleo venezolano.
Aníbal Martínez se graduó de geólogo en la UCV en 1949 y obtuvo su maestría en Stanford, California, en  1953. Estuvo con Creole en Venezuela y con los laboratorios de Producción de Jersey, en Tulsa, Oklahoma, en 1958-1959. Desde 1959 en adelante estuvo en el sector privado y en la administración pública, como asesor del Ministerio de minas e Hidrocarburos, en la OPEP en Ginebra, como diplomático y consejero de energía en la década de 1960, en CONICIT y OLADE en las décadas de1970 y 1980. Ha sido Director del Frente Pro-Defensa del petróleo desde 1964 y su presidente desde 1994 hasta la fecha. En el sector académico, Aníbal ha sido profesor de la Universidad del Zulia, en la facultad de Post grado de la universidad Simón Bolívar y en la Universidad Central de Venezuela y en la Universidad de Keele, en Inglaterra.  Presidente de la Sociedad Venezolana de Geólogos, 1987-92. Presidente, Fundación Aguerrevere, Colegio de Ingenieros de Venezuela CIV, 1994-99Presidente, Sociedad Sinfónica de Maracaibo, 1958-1960. Fundador, La Emisora Cultural de Caracas, 1975. Coordinador General, Programa Música para Bolívar, Corpozulia, 1979-1984. Asociación Pro-Venezuela: Director, 1994-97. Presidente, 1993-1994. Presidente Consejo Consultivo, 1994-1997. Miembro de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo, SVIP, Asociación Norteamericana de Geólogos Petroleros AAPG (Honorario), Sociedad de Ex-Alumnos de la Universidad de Stanford (por vida), Instituto del Petróleo IP Gran Bretaña (Fellow), Asociación Internacional para la Energía del Hidrógeno IAHE (Fundador), Asociación Internacional de la Historia de la Geología INHIGEO, Sociedad Internacional de Ingenieros de Petróleo (EUA) SPE. Miembro, SPE, Comisión Petróleo y Gas y Comisión Europea de las Naciones Unidas, Grupo de Expertos para la Clasificación de Recursos de Hidrocarburos. Miembro Fundador de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, Sillón XXXIII. Aníbal ha sido una autoridad mundial en el campo de la definición y reglamentación del concepto de reservas de hidrocarburos.
Su contribución a la historia del petróleo en Venezuela ha sido fundamental y su libro arriba nombrado sobre la cronología del petróleo venezolano es fuente obligada de referencia sobre la historia de los hidrocarburos en Venezuela.
Ernesto Fronjosa Lasalle: un cerebro bien organizado
Este año 2018 la bibliografía petrolera venezolana recibió un extraordinario aporte, la obra de Ernesto Fronjosa Lasalle: “Auge y Caída de un PetroEstado, la historia petrolera en Venezuela”, el cual reseñé en mi blog, ver: http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2018/07/auge-y-caida-de-un-petroestado-un.html. Allí digo: Como pocos trabajos anteriormente publicados sobre el tema este libro de Fronjosa Lasalle tiene características académicas y será sin dudas utilizado por mucho tiempo como libro de texto en las universidades que tengan el petróleo como tema de estudio. Desde el 2005 Ernesto es Profesor Titular e Investigador en el postgrado de la Universidad Metropolitana, Caracas y en el pregrado de Ciencias Administrativas de la misma universidad, además de estar asociado con la Universidad Monte Ávila y otras instituciones académicas. Esta combinación de experiencia en la industria y experiencia académica le ha servido a Fronjosa Lasalle para escribir un texto amplio y profundo. Lo primero que resalta del libro de Fronjosa Lasalle es su gran esfuerzo por ser objetivo en el tratamiento del tema. Esta es una tarea difícil porque el tema petrolero ha estado demasiado imbricado con la vida política y social venezolana, por lo cual ha sido objeto de encendidos debates, de discusión apasionada, la cual no solo no ha desaparecido sino que promete encenderse mucho más en el futuro a corto plazo, cuando el país deba decidir qué hacer con lo que nos queda de industria de los hidrocarburos. Fronjosa Lasalle logra darle a mucho de su texto ese tono de objetividad que debe acompañar a una publicación de naturaleza académica”.  
Dos otras historias sobre el petróleo venezolano han aparecido recientemente. Una de Rafael Arraiz Lucca: “El Petróleo en Venezuela, una historia global”, 2016 y “Petróleo y Gas: el caso Venezuela”, de Eddie Ramírez y Rafael Gallegos, 2015. Según Rafael Gallegos, uno de los autores, el libro fue elaborado en términos amigables y didácticos, a objeto de hacer comprender a los lectores de manera sencilla, esta compleja industria”, objetivo que el libro cumple plenamente.
Termino este capítulo exhortando a nuestra Gente del Petróleo a escribir sus experiencias durante el tiempo que estuvieron o han estado activos en la industria petrolera. Ello sería la mejor manera de no repetir los errores del pasado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente síntesis don Gustavo,

Los venezolanos de menos de 30 años, en su gran mayoría, son ajenísimos al tema petrolero. En numerosas conferencias que tuve el gusto de dar cuando viví en Venezuela, me di cuenta que uno le habla a ése público (en este caso estudiantado de cuarto semestre de universidad) sobre el tema, desde las perspectivas históricas (porque ciertamente no es una sola sino distintas historias) y encuentra que la juventud no tienen idea ni punto de referencia alguno sobre lo que significó todo ese proceso histórico.

Al final, las preguntas, en un 100% son sobre si el petróleo será substituído por energías menos contaminantes. Una lástima que tanta historia se vea incluso como perteneciente a otra nacionalidad o incluso a otro país, cuando menos.

Anónimo dijo...

Qué bonita fue aquella época. Pero bueno, supongo que todo lo que comienza debe terminar.

https://www.youtube.com/watch?v=1QNjefb4_iM

Sledge dijo...

Aquella 'maldicion del petroleo' -oil curse, no carece de fundamento. Cuando un pais joven descubre tanta riqueza facil a altos precios y con tanta demanda los riesgos son muchos. En Vzla fue muy claro: enorme corrupcion y desfalco, engendrando al Chavismo.

Cada pais debe estar preparado para manejar sus riquezas, y que no le caigan del cielo. La diferencia entre Noruega y Vzla, un pais de gente educada, civilizada, con leyes que estaba preparado para manejar su riqueza petrolera. Vzla nunca lo estuvo y por eso fracaso.

Anónimo dijo...

[1/2]

Correcto!

Lo he dicho antes de igual forma o diferente.

Entender de fondo qué diferencia a Venezuela de la Historia y el suceder
en otros países, creo que es más que lo que se ha dicho en libros, en otros medios
y en este blog.

Porqué opino aquí, realmente no importa, y menos quién sea el que escribe.

La forma de pensar de Chávez, cambia, es la misma, o se adapta estando ya en
el poder. Estaba dispuesto de arriesgar todo. Y tuvo razones influyentes en el
ex presidente R. Caldera, de indultarlo. Otra benevolencia hubiera servido.
Y luego de hacer nada cuando Chávez iba tomando el poder completo o qua si
completo, al eliminar el Senado, y crear la Asamblea Nacional, etc. Se jactaba a
solo unos pocos años en el poder, para qué seguir estudiando su título en la
Universidad en Política, si ya el sabía todo a su modo o pensaba hacerlo a su
manera.

El continuado juego de la oposición Política de ser, al participar sin realmente
ser gobierno, a lo mucho Gobernadores de Estado. Era porque había que sobrevivir
de alguna manera.

Es como algunos ejemplos de países, de alguna forma "enterrados" en una
cripta de ningún regreso a mejores formas de Gobierno y Política. Tenemos
a Cuba, Iraq, Irán, Afganistán, etc. O Siria, en un toma y dame de un
Dictador y revolución armada débil, con un desastre humanitario y de estructuras.
Y de que hayan Países ayudando en este "juego" Político, quienes sirven de ser "los enterradores".

En la categoría de poderes Políticos y países, con mejor deseo y funcionamiento
para todos, tenemos que la mayoría cree que el poder se distribuye en
grados de Poder Militar, Moneda, y tecnología, y de que un contrario o aún
inferior, es mejor usarlos en el mercado capitalista, y así es como el Mundo
funciona y el carácter "humano". Es decir, es muy difícil ir en contra de competir
y ser rico libremente, o ser reprimido. Y muchas mas cosas.

Idiosincrasia, nos desarrolló o nos hizo ser algo de lo que somos, o
influencia en el entorno en que estamos hoy. Cambiar esto ha llevado en el
pasado, que sucedan guerras y batallas no sólo de poder, sino de ideología.

La tercera ley de la Termodinámica, conduce o influencia que todo tienda ir
a su estado mas bajo, o de desarreglo. O obliga a contrarrestar esta tendencia.

Anónimo dijo...

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El poder represivo es casi más que una ideología, o es más siendo una
enfermedad adictiva, que modifica la mente humana, pasando barreras que
la sociedad moderna ha creado y enseñado. Si no se enseña lo bueno y los
procesos correctos de vida moderna, les aseguro que no se aprende por
"Descartes" descartando o por eliminación de variables, o mucho menos
por algún milagro.

Hoy en día no es tan común la guerra fructuosa de cambio de ideología y
gobernanza. Ya hemos presentado algunos ejemplos. A menos que como en la
época de las Colonias se colonice de nuevo por completo o en parte.
Porqué? Por los datos y variables existentes, vislumbrados en la Historia
escrita verificable hoy y en el futuro, por experiencia y observación de
la realidad que nos rodea.

Ustedes creen que se puede hacer un experimento de mejorar como el
Mundo funciona hoy?. No y no. Lo dudo, y creo que lo que hay que hacer es
fortalecer lo que mantiene a este Mundo como es, y no como puede ser peor
y no mejor.

Esto antes descrito, tristemente no se puede hacer democráticamente
meramente, pues el pueblo pobre sin educación sólo percibe beneficios
cercanos en el tiempo. No conoce realmente el funcionamiento de este
Mundo y sus Gobiernos y países.

Qué mas se puede decir o qué mas puedo decir. Mucho y poco. Pero
usemos una vez más, el caso de el Chavismo y continuación con Maduro.
Es exitoso, después de 19 años por decir. Pero no es beneficioso para
el pueblo en mayoría. Sus objetivos han funcionado suficientemente,
malamente, o con resultados esperados o no esperados probablemente.

Indudablemente que poder y fuerza bruta, tienen que ir combinados
con igual o mayor inteligencia y sagacidad. Heroísmo o no.

Entender el animal Humano, va más allá que el mero existir o sobre-
vivencia. Biografías intentan describir personalidades. La Ciencia estudia
la Psique, la Mente y el Cerebro humano y animal. Siempre hay muchas
dudas de un futuro trazado a dedo. Seguir o cambiar un poco o mas de
un rumbo, a veces lleva mucho esfuerzo, o no debe hacerse.

Y este cuento y otros se acabarán cuando se acaben...!

...[con errores de edición...!