lunes, 6 de mayo de 2013

Extraordinario artículo de Moisés Naím

    Tomado de El País
    Mayo 4, 2013                                         
                                                          Hay que subir el precio
                                                                Moisés Naím
El precio que pagan los Gobiernos que violan reglas básicas de la democracia ha venido cayendo. Ahora está demasiado barato y es urgente subirlo. Tiene que haber más riesgos y más costos para quienes atentan contra la libertad.
Lo sorprendente es que, al mismo tiempo que la impunidad de los autócratas parece reinar, todavía hay Gobiernos disfrazados de demócratas que temen que el mundo descubra lo que realmente ocurre entre bastidores. Hay regímenes autoritarios que hacen sorprendentes esfuerzos para mantener la reputación, la “marca”, de la democracia. Y organizan costosas y arriesgadas maniobras para obtener el “sello de calidad” que confiere el hecho de ser “elegido por el pueblo”. ¿Por qué Vladímir Putin, por ejemplo, monta un tinglado tan complicado de elecciones, rotación de cargos con Dmitri Medvédev y todo tipo de gestos para parecer un dirigente democrático? Podría simplemente declararse jefe de Estado y seguir gobernando de la manera tan autoritaria como lo ha venido haciendo durante más de una década. Y lo mismo ocurre en muchos otros países. De Marruecos a Argentina, de Irán a Ecuador y de Angola a Venezuela, muchos Gobiernos se han vuelto diestros prestidigitadores políticos, que con una mano distraen al mundo con elecciones y otros rituales democráticos mientras que con la otra hacen todo tipo de trampas para concentrar poder, reprimir a los opositores y silenciar a sus críticos.
Claro que aún quedan algunos que son más sinceros en su totalitarismo: Corea del Norte, Bielorrusia, Cuba, etcétera. Pero son cada vez menos: el número de países no democráticos cayó de 69 en 1973 a 47 actualmente.
Así, la buena noticia es que existe la oportunidad de presionar a los dirigentes pseudodemocráticos que socavan las libertades en sus países; esa oportunidad está ahí para los Gobiernos y líderes de otras naciones que la quieran aprovechar. La mala noticia es que últimamente muy pocos lo hacen.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de esto es lo que ocurre en América Latina. Durante las cruentas dictaduras que sufrieron muchos países latinoamericanos en los años setenta y ochenta, Venezuela era la democracia que acogía y protegía a los líderes políticos perseguidos por los regímenes militares. Hoy en día, muchos de estos antiguos refugiados están de regreso en sus países y ocupan altos cargos en el Gobierno, el Parlamento o los partidos políticos. Su silencio ante lo que sucede en Venezuela es ensordecedor.
La cruel indiferencia de Brasil es quizás la más notable. No se trata de que este país se transforme en el gendarme de la democracia en la región, o que intervenga arbitrariamente en los asuntos internos de los vecinos. Se trata de que de vez en cuando… diga algo. Se trata de que su política internacional refleje los valores de una de las democracias más grandes y vibrantes del planeta. De que exprese públicamente su opinión un país respetado e influyente. Un país cuyos actuales líderes tienen la autoridad moral de quienes han sufrido en carne propia las consecuencias de oponerse a un régimen que recurría a la represión y al castigo como prácticas habituales.
Los demócratas del mundo, pero especialmente los de América Latina, observaron con sorpresa y tristeza el estruendoso silencio que mantuvo Lula da Silva durante sus ocho años como presidente frente a las claras violaciones de derechos humanos en Cuba, o frente a las más enmascaradas violaciones a la democracia que perpetraron Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador o Daniel Ortega en Nicaragua. Ni una sola palabra. Nunca una observación crítica…
La esperanza es que Dilma Rousseff sea diferente. Pero hasta ahora no lo ha sido. Brasil reconoció inmediatamente a Nicolás Maduro como presidente, aun sabiendo que había razones para dudar de su triunfo. Esas mismas dudas hicieron que el propio Brasil estuviese entre los países que días después presionaron a Venezuela para que se auditaran los votos. Maduro aceptó un nuevo recuento. Pero las autoridades electorales lo están haciendo de una manera sospechosamente inadecuada. Un Gobierno seguro de haber ganado no debe tener miedo de contar los votos abierta y rigurosamente. Y un Gobierno democrático no debe impedir que los diputados de la oposición hablen en la Asamblea Nacional. Y menos tolerar que los propios legisladores oficialistas los acallen dándoles en plena Asamblea una paliza que los mandó al hospital.
Por favor, díganos, presidenta Dilma Rousseff: ¿Qué piensa usted de todo esto?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

El día que estos delincuentes caigan, lo cual va a ser mucho más temprano que tarde (ya el delicuente-uno no está, gracias a Dios), Brasil, Argentina, Colombia y Uruguay tendrán mucho que explicarnos a los venezolanos decentes.

F J Baptista dijo...

Excelente artículo. Lamentablemente parece que en el mundo y especialmente en América Latina los gobiernos no responden a los valores democraticos que en muchos casos sirvieron para que ellos mismos llegaran al poder. De ésa manera, los paises siguen su camino de deterioro socila y económico, porque con un liderazgo nacional podrido no puede haber desarrollo.

Anónimo dijo...

Importante sera que nos acordemos en un futuro no muy lejano, quienes fueron "nuestros amigos", incluyendo al caso de Brazil que callaron avergonzosamente durante el desmantelamiento de la Venezuela libre y democratica por parte de la dictatura chavizta, dizfrasada de democracia. La leccion es no contar con absolutamente nadie, no hay "paises amigos", solo intereses cuando se pueden obtener beneficios. Aprendamos esa dura leccion. Como dice el dicho es mejor andar solo que mal acompañado.

a lomore dijo...

Una posible explicaci'on es que "Money Talks". Venezuela a'un en el estado precario en que la han sumido en estos 'ultimos 14 a#os, todav'ia representa una interesante oportunidad de negocios para gobiernos y corporaciones extranjeras.Mientras se le pueda sacar el jugo, que les importa si en el pa'is hay o no democracia o pseudo-democracia o dictadura.Esto explica por ejemplo la facilidad conque Maduro les call'o la boca a los Espa#oles recientemente o porqu'e Santos se mantiene tan calladito y as'eptico, pues por el negocio, por nada m'as. El caso de Brazil es interesante,los Brazileros son nacionalistas y pragm'aticos, luego les conviene m'as una Venezuela arruinada,debilitada,invadida y explotada que una Venezuela libre y pujante, de esa manera se quitan de encima un competidor en la regi'on que de otra forma les roncar'ia en la cueva.
@alomore

Anónimo dijo...

siempre me he hecho la misma pregunta.¿Si Venezuela a acogido y protegido a perseguidos politicos y a impulsados democracias en toda America, por que varios paises se hacen la vista gorda?Pues, no hay paises amigo, sino paises que satisfagan sus intereces.Todos por el petroleo y la chequera, apesar de las mentiras y violando ls constitucion.

Bitteschön! dijo...

Coronel Ud. que esta metido el la candela ahí le dejo este video de trabajadores de PDVSA en el Zulia http://dolartoday.com/video/video-empleados-de-pdvsa-se-rebelan-contra-gerentes-corruptos/#.UYezJbPO_hg.twitter
y si puede comentarlo,, no entiendo porque quieren ir al SEBIN si son la misma miasma

Anónimo dijo...

Tanto el artículo como los comentarios son acertados,pero ,yo que soy una de apie creo que existen democracias reales como era antes Venezuela , como había un límite de tiempo para ejercer el poder ,existía la seguridad de que lo que no sirve se cambia pronto y democráticamente, pero como este País es rico resolvieron convertirla en negocio,y como ¨por la plata baila el perro¨.Se le ocurrió a un señor que soñaba con establecer otro imperio en América y destronar el norteamericano,y se encontró con los elementos que necesitaba:un hombre con carisma y sin mucha preparación ,pero sí, mucha inteligencia y arrojo,y el dinero que se necesita para tal emprendimiento.. zas este es el mío,No tiene el menor reparo de entregar La Patria con dinero y todo.Se necesitaba algo para las ventajas ,y aparecieron las maquinitas smarmatic en las que gana el dueño del casino ,para darle el sabor de democracia que necesitaban.así la lucha no era tan fuerte, además un pueblo sano que todo se lo cree, fácil de manejar, ingenuo podrá decirse .Entonces comenzaron a hablar de la Patria Grande ,aquella que soñó uno que era intelectual ,pero no menos loco,eso sí la capital o el centro tiene que ser Venezuela que es la que provee el dinero.Aquí será el reino Castro,por eso hablaban con el hoy difunto de que eran una sola cosa y creen que eso va a ser fácil, pero NO,porque a la revolución caribeña como tiene mas de 50 años está consolidada,pero al circo venezolano se le crecieron los enanos y creo que vamos a salvar la Patria.Y termino reflexionando por qué Lula no ha dicho nada ,no nos olvidemos que el es de los creadores del Foro de Sao Paulo y debe disimular ya que él hizo un gobierno democrático.

Anónimo dijo...

Tengo en alto aprecio los artículos del Sr. Naím. Pero creo que, al igual que Vargas Llosa, comete un enorme error creyendo que gobiernos como el de Brasil y Uruguay son "harina de otro costal". Y la verdad es que no, son la misma cosa, en un contexto social diferente al cubano o al venezolano, y, por ende, sus pasos son más cautelosos. Pero el objetivo de todos ellos es el mismo: el "paraíso socialista" al estilo cubano. Por eso es que Lula calló,y Vázquez calló, y Dilma calla y Mujica calla... Y seguirán callando, no vaya a ser que sus respectivos pueblos se aviven de cuál es su verdadero propósito, cuando aún se está a tiempo de hacer algo para impedirlo.