Rafaél Ramírez, has cocinado en tu cerebrito una fábula según
la cual el eterno comandante y tu “nacionalizaron” la faja del Orinoco, cuando
decidieron tomar el 61% del control accionario de las empresas mixtas que
debían reemplazar a los contratos de operación existentes hasta ese momento en
la región. Que nacionalización puede ser esa que le da a las empresas
extranjeras en propiedad el 40% de los hidrocarburos producidos, que le da
autorización para establecer fideicomisos donde su dinero pueda ser controlado
por ellos, que les da autorización para comprar sus materiales y equipos de
manera independiente y que les concede contractualmente la vía del arbitraje en
el exterior cuando haya diferencias de opinión? Es eso lo que llamas “nacionalizar”?
Es eso lo que defines como “soberanía”?
Hoy en día, sin que haya
aumento alguno de producción en la faja, ustedes se han endeudado hasta los
interiores, pidiendo dinero a China, a Japón, a ENI, a Chevron, a fin de pagar
el 60% del capital requerido para las inversiones en la Faja. Para obtener ese
dinero han hipotecado el petróleo que saldrá de la Faja, un proceso claramente
desnacionalizador, ya que implica perder el control sobre la producción futura.
Mayor crimen aun ha sido destinar el dinero así obtenido para financiar la campaña
presidencial de un muerto en vida, como fue el caso de la campaña presidencial del
agonizante, ya en conocimiento de que no iba pá el baile. Ese fraude al dinero
de los venezolanos es uno de los grandes crímenes por los cuales ustedes son
responsables, como lo confesó el corrupto caído en desgracia, Jorge Giordani.
Insistes en que el fallo del
arbitraje Exxon Mobil contra Venezuela ha sido una “victoria’ del régimen. Esta
interpretación es cínica. Define como victoria haber tenido que pagar menos
dinero de lo temido. “Ganamos!”, dices, porque en lugar de pagar $5000 millones
solo pagaremos $1500 millones! Este canto de victoria olvida los peores costos
de la decisión que hizo que Exxon Mobil se fuera del país. Entre los costos
intangibles está el hecho de que la empresa ya no está en Venezuela, que esa
fuente de inversión ya no existe y ha
sido reemplazada por la actividad de empresas de mediocres credenciales
provenientes de China, Rusia, Cuba y hasta Uruguay o Bielorrusia. Con esas
empresas en la región, actuando de manera caótica y sin un plan estratégico
coherente, ya ustedes han tenido que pensar en importar petróleo liviano para
mezclar con el petróleo pesado del Orinoco, porque las plantas de mejoramiento
que operaban Exxon y Conoco ya no están operando bien y ustedes han sido
incapaces de construír plantas nuevas.
Esa es parte de la verdadera
pérdida de Venezuela. La otra pérdida importante de Venezuela es la de
credibilidad y prestigio del país. Quien querrá venir a invertir en Venezuela
sabiendo que ustedes actúan de manera impredecible, basándose en sus
necesidades de plata? El negocio petrolero no puede manejarse así, como una
bodega de pueblo.
Lo que dices convencerá a los “analistas”
de aporrea y a quienes esperan a diario las limosnas del régimen pero no a la
gente libre y educada de Venezuela.
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