domingo, 12 de octubre de 2014
Un autobús llamado Venezuela
REFLEXIONES DOMINICALES
(contiene textos que publiqué en 2011 bajo el nombre de : “Venezuela
galopa hacia el pasado”)
Venezuela viaja hacia el Siglo XIX con
Maduro al volante del autobús del estado. Un pueblo embrutecido viaja
como pasajero, en silencio, rumbo a Haití y Angola, hacia el atraso y el pasado, en búsqueda del
taparrabos. Como en los cuentos fantásticos
de Borges y los relojes de Evo Morales, las manecillas de nuestro tiempo
se mueven hacia atrás.
Por buena parte del siglo XX Venezuela conservó su fisonomía de país
rural, donde el campesino era presa del paludismo, la desnutrición y la
desesperanza y donde la brujería era preferida a la medicina como fuente de
curación. En el siglo XIX Los caudillos venezolanos fueron, con algunas
excepciones, seres bastante primitivos. Tan rara era la tradición intelectual,
tan escaso el respeto por la educación, que Guzmán Blanco se hizo llamar el
Ilustre Americano, a fin de resaltar su sofisticación parisina y deslindarse de
sus rústicos contemporáneos. El país
carecía de carreteras, de hospitales, de base industrial y vivía endeudado,
bajo la influencia de una u otra potencia extranjera, con poco que exportar que
no fuera café, cacao y cueros.
La democracia comenzó a partir de la muerte de Gómez con Eleazar López
Contreras, continuó con Medina Angarita y alcanzó su apogeo bajo las
presidencias consecutivas de Rómulo Betancourt, Raul Leoni y Rafaél Caldera (I),
se fué estancando con Lusinchi, CAP II y Caldera II, comenzando a partir de
1992 su viaje de retorno al siglo XIX, un viaje que adquirió una velocidad
vertiginosa a la llegada al poder de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Este es un viaje en autobús que tiene las siguientes características:
El chofer usa un
lenguaje de burdel.
La dignidad del lenguaje llegó a su punto más alto durante las
presidencias ciudadanas de Medina, Betancourt, Leoni y Caldera (I) pero se vino
abajo con Hugo Chávez y llegó a un punto francamente cloacal con Nicolás
Maduro. Chávez puso de moda el insulto a la oposición doméstica e
internacional. La vulgaridad, el machismo y la patanería caracterizaron sus
discursos interminables: te doy lo tuyo,
María Isabél; eres un burro genocida, Bush; la victoria de ustedes es de…mieeeeerda;
cerdo Capriles, son pequeñas muestras de la indecencia del difunto pero las
hay más y peores. El patán llamado Nicolás Maduro, el ilegítimo, ha demostrado
sin rubor una crasa ignorancia geográfica, histórica y política, así como un
desconocimiento de lo que ocurre en industrias esenciales como la petrolera. En sus labios el insulto, que podia hasta
divertir a sus seguidores cuando salía de la boca del difunto, suena chocantes
y desabrido. Maduro tiene una boca de portero de burdel y ha confesado su impotencia,
ver: http://youtu.be/FqTwoCWHKOU.
Los asientos están
contaminados con plagas y enfermedades que se creían superadas. El
paludismo, la sarna y el sarampión están de regreso. De un total de 42 mil camas en los
hospitales del Estado solo se cuenta con 16 mil camas operativas. Como podrán
estos hospitales semi-derruidos enfrentar la terrible amenaza del ëbola?
El chofer usa una bufanda tricolor. Los símbolos patrios han sido prostituídos. Quien vió jamás a Betancourt o Gallegos o
Medina con una bufanda tricolor, o una gorra con la bandera o quien vió jamás a
soldados desfilando con la bandera pintada en la cara, como payasos de circo de
pueblo? Chávez instauró ese pernicioso hábito, exagerado ahora por Maduro,
quien probablemente usa calzoncillos tricolor como si el patriotismo entrara
por el fundillo. Es lamentable ver como alguna oposición lucha por imitar al
régimen en esta exhibición patriotera.
Los brujos ocupan varias filas en el autobús. Aunque nunca se han ido del todo de Venezuela,
porque en todas las épocas hemos tenido brujos y brujas como consultores políticos,
o en los negocios y en el amor, hoy vemos una verdadera explosion de
superstición, salmos, piedras mágicas, curas que ponen la efigie de Arias
Cárdenas en el altar, santeros, rezos y cuanta basura de este tipo pueda
concebirse. Si usted va por la carretera de La Mariposa se encontrará con no
menos de 20 centros de brujería, en los
cuales se llevan a cabo misas extrañas, sacrificio de animales, tratamientos
anti-pava, lectura del tabaco por varias vías y otros portentos. Los informes de
prensa hablan de largas colas de lujosos autos con placa oficial que esperan su
turno para que los altos dirigentes del régimen oigan de su brujo favorito si les tocará ministerio o empresa del estado,
si les saldrá embajada en estos días de gran incertidumbre o como caerle bien a la gran sacerdotisa de Sai
Baba en Venezuela, quien es también colectora en el autobús.
El autobús está lleno de lumpen.
Han proliferado los grupos terroristas urbanos, las milicias de reposeros y de viejitas
con furor uterino, las maniobras anti-invasión hechas por empleados de PDVSA
quienes deberían estar produciendo petróleo, los grupos de motorizados
terroristas, de Tupamaros, de La Piedrita, grupos semi-anárquicos hoy alzados
en contra de todos, glorificados, por cierto, en un libro escrito por adulante,
bautizado en la Biblioteca Carter, en
Atlanta: “We Created Chavez: A People’s
History of the Venezuelan Revolution” de George Ciccariello-Maher.
Los
adulantes viajan en sección reservada, sin pagar. La
adulancia alcanzó su maxima intensidad en la Venezuela del Siglo XIX.
Recordemos a Delpino y Lamas, el chirulí del Guaire, autor del inmortal verso:
“Cuando por tu vergel vaya un canario y
entre flores te cante divino, no lo espantes, que es mi humilde emisario, tu
cantor, Francisco Antonio Delpino”. Esto para que ustedes vean que el pajarito
apareció hace mucho tiempo en la picaresca venezolana. Durante el régimen chavo-castrista
hemos tenido especímenes mucho más avanzados en esa materia de la adulación: los
hermanos Escarrá , Arias Cárdenas, Isaías Rodríguez, Diego Molero, Fernando
Vegas Torrealba, Roy Chaderton Matos, Pedro Carreño, Rafaél Ramírez, Ernesto
Samper, José Mujica y siguen centenares de firmas.
Los pasajeros pobres reciben limosnas del chofer, la clase media se baja o
la bajan del autobús.
Después que el período democrático de 1958-1975 había hecho logros en materia
de empleos, educación, infraestructura física (ayudada en esto último por la
dictadura precedente de Pérez Jiménez) y caminado un buen trecho en la
dirección de construír un ciudadano y no
un parásito, las presidencias de Herrera y de Lusinchi, de Pérez II y Caldera
II representaron un estancamiento del logro y la llegada de Chávez coincidió
con un violento salto atrás hacia la Venezuela de la limosna, del estado
paternalista, del taita a lo Gómez, completo con los miles de papelitos
arrugados y carticas pidiéndole casa, dinero y empleo al chofer. Chávez se convirtió en el taita Venezolano
del siglo XXI. Con el dinero de todos los venezolanos procedió a estructurar
una política de dádivas para una parte de los venezolanos, aquellos quienes le
daban lealtad política a cambio. “A los otros, ni agua” , fué su consigna. En
un momento de soberbia, amenazó con sacar a los tanques a la calle si la
oposición triunfaba en las elecciones. El
chofer nuevo, Maduro, ha llenado su autobús de asesinos, narcotraficantes y ladrones .
El autobús no está mantenido. La suciedad es una característica de la Venezuela de hoy. Hay que ver el
aspecto de las ciudades, la basura no recolectada, el descuido de la gente en
las calles. Muchos de los pasajeros se han contagiado del deterioro del
vehículo. La obesidad, señal de mala
nutrición, ha hecho estragos entre los venezolanos de ambos sexos y el descuido
de la vestimenta es lamentable. El
chofer, por su parte, come caviar con naiboa y le gusta que le preparen el Chateau
Mouton Rotschild como sangría.
Las carreteras por
las cuales anda el autobús están rotas. Depués de ser el país con el mejor sistema
vial de América Latina el país ha regresado a la época en la cual viajar de
Caracas a Valencia era una aventura de largas horas. Las vias existen, hechas
por la democracia y por Perez Jiménez, pero su mantenimiento ha colapsado. Los
puentes se caen, los huecos proliferan, llegar a Margarita es una odisea, ir a
Los Andes es peligroso. Viajar en el país es arriesgado debido a los bandidos
del camino y las condiciones precarias de las carreteras.
El chofer y la colectora, Nicolás
y Cilia, son el símbolo de
la cursilería. El siglo XIX fué pródigo en ridiculeces, montoneras
y montunerías y gobernantes de medio pelo. La patriotería de Cipriano Castro,
con aquello de “la planta insolente del extranjero” solo encuentra dignos
paralelos en los rimbombantes discursos de Chávez y en el estúpido balbuceo de
Maduro. Por ejemplo, dice Maduro: “Si llegaran a hacerme algo a
mí, la ira de los Dioses y de los pueblos sería incontenible". Ha
escuchado usted algo tan pomposo y estúpido como esto? El pajarito
de Maduro y el coro de castrati del Supremo Tribunal de Justicia, ese uh, ah… Chávez no se va, no tienen rivales en la historia de la
cursilería venezolana. Aquiles Nazoa decía que fumar desnudo era lo más pavoso
que podía imaginar. Aquiles no vivió lo
suficiente para ver a Maduro bailando joropo en el Bronx.
América Latina contempla este espectáculo hasta con gozo. Sus líderes han
ordeñado a Chávez y a Maduro con
empeño, no es verdad, Cristina?, pero se burlan de
ellos. No pocos piensan que este es el castigo por nuestra arrogancia pasada,
cuando creíamos ser el ombligo del mundo, aquella tribu del “tá barato dáme dos”
que le arrebató a los argentinos, por momentos, el primer lugar del narcisismo hemisférico.
(contiene textos que publiqué en 2011 bajo el nombre de : “Venezuela
galopa hacia el pasado”)
Venezuela viaja hacia el Siglo XIX con
Maduro al volante del autobús del estado. Un pueblo embrutecido viaja
como pasajero, en silencio, rumbo a Haití y Angola, hacia el atraso y el pasado, en búsqueda del
taparrabos. Como en los cuentos fantásticos
de Borges y los relojes de Evo Morales, las manecillas de nuestro tiempo
se mueven hacia atrás.
Por buena parte del siglo XX Venezuela conservó su fisonomía de país
rural, donde el campesino era presa del paludismo, la desnutrición y la
desesperanza y donde la brujería era preferida a la medicina como fuente de
curación. En el siglo XIX Los caudillos venezolanos fueron, con algunas
excepciones, seres bastante primitivos. Tan rara era la tradición intelectual,
tan escaso el respeto por la educación, que Guzmán Blanco se hizo llamar el
Ilustre Americano, a fin de resaltar su sofisticación parisina y deslindarse de
sus rústicos contemporáneos. El país
carecía de carreteras, de hospitales, de base industrial y vivía endeudado,
bajo la influencia de una u otra potencia extranjera, con poco que exportar que
no fuera café, cacao y cueros.
La democracia comenzó a partir de la muerte de Gómez con Eleazar López
Contreras, continuó con Medina Angarita y alcanzó su apogeo bajo las
presidencias consecutivas de Rómulo Betancourt, Raul Leoni y Rafaél Caldera (I),
se fué estancando con Lusinchi, CAP II y Caldera II, comenzando a partir de
1992 su viaje de retorno al siglo XIX, un viaje que adquirió una velocidad
vertiginosa a la llegada al poder de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Este es un viaje en autobús que tiene las siguientes características:
El chofer usa un
lenguaje de burdel.
La dignidad del lenguaje llegó a su punto más alto durante las
presidencias ciudadanas de Medina, Betancourt, Leoni y Caldera (I) pero se vino
abajo con Hugo Chávez y llegó a un punto francamente cloacal con Nicolás
Maduro. Chávez puso de moda el insulto a la oposición doméstica e
internacional. La vulgaridad, el machismo y la patanería caracterizaron sus
discursos interminables: te doy lo tuyo,
María Isabél; eres un burro genocida, Bush; la victoria de ustedes es de…mieeeeerda;
cerdo Capriles, son pequeñas muestras de la indecencia del difunto pero las
hay más y peores. El patán llamado Nicolás Maduro, el ilegítimo, ha demostrado
sin rubor una crasa ignorancia geográfica, histórica y política, así como un
desconocimiento de lo que ocurre en industrias esenciales como la petrolera. En sus labios el insulto, que podia hasta
divertir a sus seguidores cuando salía de la boca del difunto, suena chocantes
y desabrido. Maduro tiene una boca de portero de burdel y ha confesado su impotencia,
ver: http://youtu.be/FqTwoCWHKOU.
Los asientos están
contaminados con plagas y enfermedades que se creían superadas. El
paludismo, la sarna y el sarampión están de regreso. De un total de 42 mil camas en los
hospitales del Estado solo se cuenta con 16 mil camas operativas. Como podrán
estos hospitales semi-derruidos enfrentar la terrible amenaza del ëbola?
El chofer usa una bufanda tricolor. Los símbolos patrios han sido prostituídos. Quien vió jamás a Betancourt o Gallegos o
Medina con una bufanda tricolor, o una gorra con la bandera o quien vió jamás a
soldados desfilando con la bandera pintada en la cara, como payasos de circo de
pueblo? Chávez instauró ese pernicioso hábito, exagerado ahora por Maduro,
quien probablemente usa calzoncillos tricolor como si el patriotismo entrara
por el fundillo. Es lamentable ver como alguna oposición lucha por imitar al
régimen en esta exhibición patriotera.
Los brujos ocupan varias filas en el autobús. Aunque nunca se han ido del todo de Venezuela,
porque en todas las épocas hemos tenido brujos y brujas como consultores políticos,
o en los negocios y en el amor, hoy vemos una verdadera explosion de
superstición, salmos, piedras mágicas, curas que ponen la efigie de Arias
Cárdenas en el altar, santeros, rezos y cuanta basura de este tipo pueda
concebirse. Si usted va por la carretera de La Mariposa se encontrará con no
menos de 20 centros de brujería, en los
cuales se llevan a cabo misas extrañas, sacrificio de animales, tratamientos
anti-pava, lectura del tabaco por varias vías y otros portentos. Los informes de
prensa hablan de largas colas de lujosos autos con placa oficial que esperan su
turno para que los altos dirigentes del régimen oigan de su brujo favorito si les tocará ministerio o empresa del estado,
si les saldrá embajada en estos días de gran incertidumbre o como caerle bien a la gran sacerdotisa de Sai
Baba en Venezuela, quien es también colectora en el autobús.
El autobús está lleno de lumpen.
Han proliferado los grupos terroristas urbanos, las milicias de reposeros y de viejitas
con furor uterino, las maniobras anti-invasión hechas por empleados de PDVSA
quienes deberían estar produciendo petróleo, los grupos de motorizados
terroristas, de Tupamaros, de La Piedrita, grupos semi-anárquicos hoy alzados
en contra de todos, glorificados, por cierto, en un libro escrito por adulante,
bautizado en la Biblioteca Carter, en
Atlanta: “We Created Chavez: A People’s
History of the Venezuelan Revolution” de George Ciccariello-Maher.
Los
adulantes viajan en sección reservada, sin pagar. La
adulancia alcanzó su maxima intensidad en la Venezuela del Siglo XIX.
Recordemos a Delpino y Lamas, el chirulí del Guaire, autor del inmortal verso:
“Cuando por tu vergel vaya un canario y
entre flores te cante divino, no lo espantes, que es mi humilde emisario, tu
cantor, Francisco Antonio Delpino”. Esto para que ustedes vean que el pajarito
apareció hace mucho tiempo en la picaresca venezolana. Durante el régimen chavo-castrista
hemos tenido especímenes mucho más avanzados en esa materia de la adulación: los
hermanos Escarrá , Arias Cárdenas, Isaías Rodríguez, Diego Molero, Fernando
Vegas Torrealba, Roy Chaderton Matos, Pedro Carreño, Rafaél Ramírez, Ernesto
Samper, José Mujica y siguen centenares de firmas.
Los pasajeros pobres reciben limosnas del chofer, la clase media se baja o
la bajan del autobús.
Después que el período democrático de 1958-1975 había hecho logros en materia
de empleos, educación, infraestructura física (ayudada en esto último por la
dictadura precedente de Pérez Jiménez) y caminado un buen trecho en la
dirección de construír un ciudadano y no
un parásito, las presidencias de Herrera y de Lusinchi, de Pérez II y Caldera
II representaron un estancamiento del logro y la llegada de Chávez coincidió
con un violento salto atrás hacia la Venezuela de la limosna, del estado
paternalista, del taita a lo Gómez, completo con los miles de papelitos
arrugados y carticas pidiéndole casa, dinero y empleo al chofer. Chávez se convirtió en el taita Venezolano
del siglo XXI. Con el dinero de todos los venezolanos procedió a estructurar
una política de dádivas para una parte de los venezolanos, aquellos quienes le
daban lealtad política a cambio. “A los otros, ni agua” , fué su consigna. En
un momento de soberbia, amenazó con sacar a los tanques a la calle si la
oposición triunfaba en las elecciones. El
chofer nuevo, Maduro, ha llenado su autobús de asesinos, narcotraficantes y ladrones .
El autobús no está mantenido. La suciedad es una característica de la Venezuela de hoy. Hay que ver el
aspecto de las ciudades, la basura no recolectada, el descuido de la gente en
las calles. Muchos de los pasajeros se han contagiado del deterioro del
vehículo. La obesidad, señal de mala
nutrición, ha hecho estragos entre los venezolanos de ambos sexos y el descuido
de la vestimenta es lamentable. El
chofer, por su parte, come caviar con naiboa y le gusta que le preparen el Chateau
Mouton Rotschild como sangría.
Las carreteras por
las cuales anda el autobús están rotas. Depués de ser el país con el mejor sistema
vial de América Latina el país ha regresado a la época en la cual viajar de
Caracas a Valencia era una aventura de largas horas. Las vias existen, hechas
por la democracia y por Perez Jiménez, pero su mantenimiento ha colapsado. Los
puentes se caen, los huecos proliferan, llegar a Margarita es una odisea, ir a
Los Andes es peligroso. Viajar en el país es arriesgado debido a los bandidos
del camino y las condiciones precarias de las carreteras.
El chofer y la colectora, Nicolás
y Cilia, son el símbolo de
la cursilería. El siglo XIX fué pródigo en ridiculeces, montoneras
y montunerías y gobernantes de medio pelo. La patriotería de Cipriano Castro,
con aquello de “la planta insolente del extranjero” solo encuentra dignos
paralelos en los rimbombantes discursos de Chávez y en el estúpido balbuceo de
Maduro. Por ejemplo, dice Maduro: “Si llegaran a hacerme algo a
mí, la ira de los Dioses y de los pueblos sería incontenible". Ha
escuchado usted algo tan pomposo y estúpido como esto? El pajarito
de Maduro y el coro de castrati del Supremo Tribunal de Justicia, ese uh, ah… Chávez no se va, no tienen rivales en la historia de la
cursilería venezolana. Aquiles Nazoa decía que fumar desnudo era lo más pavoso
que podía imaginar. Aquiles no vivió lo
suficiente para ver a Maduro bailando joropo en el Bronx.
América Latina contempla este espectáculo hasta con gozo. Sus líderes han
ordeñado a Chávez y a Maduro con
empeño, no es verdad, Cristina?, pero se burlan de
ellos. No pocos piensan que este es el castigo por nuestra arrogancia pasada,
cuando creíamos ser el ombligo del mundo, aquella tribu del “tá barato dáme dos”
que le arrebató a los argentinos, por momentos, el primer lugar del narcisismo hemisférico.
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3 comentarios:
Muy completo el analisis. Este regimen ateo, que practica el paganismo santero y la brujeria es, peormente, un regimen asesino que mata estudiantes, genera la inseguridad y mata a sus fieles seguidores cuando son un estorbo. Cuando cambiemos este regimen, la limpieza tendra que ser muy grancde para medio adecentar el pais y decir como dicen los judios "never again". Yo solo espero y abogo para que estos asesinos sean juzgados, condenados y olvidados (aunque su forma de gobierno y su forma de ser Deben ser estudiadas por generaciones futuras como ejemplo de como no se debe gobernar).
LLevatelo Willie.
8025Excelente reflexión!! Le felicito.
Excelente y veridico el comentario. Venezuela va hacia atras a paso de perdedores gracias a un gobierno de cavernicolas!
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