lunes, 27 de octubre de 2014

El diálogo es la muerte moral

diálogo? 

La Conferencia Episcopal, el secretario general de la OEA, J.M. Insulza, El Padre Arturo Sosa S.J., Henri Falcón, Ernesto Samper (expresidente de Colombia y ahora secretario general de UNASUR), el Nuncio Apostólico, Henrique Capriles, Jesús Torrealba, el nuevo secretario general de la MUD,  son algunas de las personas y/o personalidades quienes abogan con vehemencia por un DIÁLOGO en Venezuela. La palabra tiene un atractivo poderoso. Dialogar es de gente civilizada, es la manera como se resuelven los conflictos entre gente que tiene un basamento ético común pero que no ha podido entenderse en cuanto a las maneras de hacer lo que se debe hacer. Por ello es difícil argumentar en contra de quienes abogan por el DIÁLOGO.
Pero creo que debemos exigirles a estas personas y personajes quienes aconsejan el diálogo que nos justifiquen la factibilidad misma de ese diálogo y la naturaleza que  ese diálogo debería tener, habida cuenta que están proponiendo que las víctimas se sienten alrededor de la mesa con sus victimarios. Esto es, en mi criterio, inmoral, inaceptable, porque no se trataría de dialogar en torno a una simple  diferencia de opinión, sobre asuntos de gustos o sobre diferencias en torno a procedimientos. Se trata de venezolanos honestos, por un lado, y , por el otro,  de un grupo en el poder el cual ha violado las reglas del juego político y social en Venezuela, ha humillado y empobrecido al otro grupo y lo ha hecho amparado en la fuerza bruta, tal y como lo describe el Padre Sosa S.J. en reciente entrevista. Como puede pedírsele al grupo victimizado que se siente a dialogar con esa pandilla, lo cual significa de entrada una validación del estatus del grupo agresor? “Nos han golpeado, humillado, insultado, menospreciado y, por ello, es necesario sentarnos a dialogar con los matones”?  Yo no puedo comprender esta actitud. Más aún, pienso que sentarnos a la mesa con esa pandilla representa una entrega de principios y valores fundamentales. Me entristece que algunos de quienes piden el diálogo sean gente que le da a la ética un sitio predominante en la vida social, los sacerdotes. No me sorprende que el diálogo sea pedido por viejas prostitutas de la política como Insulza y Samper y pienso que el pedido de diálogo por parte de la MUD representa una estrategia equivocadaque devalúa política y eticamemte  a quienes lo piden.
Pero, vayamos un paso más allá. Supongamos que hay diálogo (ya vimos el primer intento). Sobre que van a dialogar? Qué puntos en común tienen los malandros con la gente honesta? Le pediremos a Maduro que no sea tan estúpido?, que sus funcionarios no roben más (o, peor aún, no roben tanto)? , que no sigan endeudando a la nación (que pueden hacer diferente a estas alturas?), que devuelvan sus propiedades a quienes se les han expropiado (si ello significa una negación de lo que los malandros llaman revolución?), que PDVSA sea eficiente y transparente (si ya está más allá de la salvación?).
Que nos digan – quienes piden diálogo -  sobre que se va a dialogar. No sería posible , por ejemplo, hacer concesiones al malandraje a cambio de la libertd de los presos políticos. Eso no sería diálogo sino traición. Y no creo que nuestros presos estarían de acuerdo con ese cambalache. Los presos deben ser puestos en libertad pero no es posible hacer concesiones a la pandilla para que ello suceda.
Le pido a quienes claman honestamente (los otros son simples oportunistas) por el diálogo, que nos digan sobre que irían a dialogar los malandros con la gente decente de Venezuela.  Un diálogo requiere concesiones mutuas pero resulta moralmente inaceptable hacer concesiones a la pandilla chavo-madurista. Yo les pediría a quienes claman por el diálogo que mencionen uno solo de los miembros del régimen con quien la gente decente de Venezuela podría sentarse a dialogar de buena fe. Yo les pediría que pensaran en como se desarrollaría el diálogo. Imagínense ustedes:  “Miren”, dirían los demócratas “ nosotros pensamos que es necesario que los presos políticos sean puestos en libertad de inmediato”. Y el chavismo respondería: “Bueno, podemos liberarlos, pero necesitamos inmunidad para Maduro y su gabinete, no podremos ser procesados por nuestra actuación”.
Y, entonces, cuando este tom y dame comienza, el diálogo se convierte en negociación. En ese momento, los honestos han entregado sus principios y sus valores.

Miren, todos: la libertad y la dignidad no se negocian. Si hay que luchar por obtenerlas, hay que hacerlo. La paz a cualquier precio es inaceptable. Basta de este clamor por un diálogo que solo llevaría a la muerte moral de la nación. Pongámonos de pié de una vez por todas. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...


Escribe hoy el Dr. jaime Requena, biólogo, ex director del Instituto de Estudios Avanzados, IDEA, y profesor titular universitario, en el Diario tal Cual, un artículo de opinión que concluye con una frase lapidaria “Estamos pagando la matanza del INTEVEP y de su Orimulsión”. Requena se pasea por la terrible coyuntura de tener de importar crudo livianos como diluentes de los crudos extrapesados de la Faja del Orinoco cuando descartamos, en las manos del entonces presidente Hugo Chávez, el uso de la Orimulsión, una emulsión de petróleo, agua y emulsificante que había probado su éxito comercial.



El Desquite de Orimulsión


Informó PDVSA que de Argelia están llegando varios buques cargados con millones de barriles de petróleo liviano. El gobierno no trae ese crudo para regalarlo aquí como gasolina, ni para refinarlo en Cienfuegos o dárselo a Daniel “el travieso” Ortega.

Lo trae para mezclarlo con nuestro petróleo pesado y venderlo. Para comercializar los crudos pesados de la faja ­la reserva petrolera más grande del globo­ es necesario, primero, bajarles la densidad; hacerlos más líquido.

Cuando se nacionalizó la industria petrolera hacer eso fue una de las prioridades y se decidió dejar en las manos de ciencia y tecnología la búsqueda de una solución. En unos cuantos años el Instituto Tecnológico Venezolano del Petróleo (INTEVEP) la encontró y, por lo demás, muy ingeniosa. Nuestros investigadores lograron patentar un proceso de licuefacción del bitumen mediante un detergente y agua. En 1986 se empezó a vender Orimulsión. Sin duda, Orimulsión y la harina PAN constituyen los logros más trascendentales de nuestros tecnólogos.

Ambos productos pasaron a ser parte de la noción de ser venezolano; arepa y exportador de energía junto a mujeres bellas y “ta’barato, dame dos”.

El éxito de Orimulsión fue demasiado para la burocracia roja rojita y entra en escena un personaje funesto que se encarga de convencer al Comandante Eterno que Orimulsión era basura tecnológica y un pésimo negocio. Bernard Mommer ­el personaje­ aprovechó el paro petrolero para promover la liquidación de la gerencia petrolera tradicional y acabar con se esquema de meritocracia.

Se propuso borrar del imaginario popular la noción de un INTEVEP exitoso. Se empeñó en castigar a quienes habían inventado Orimulsión, ahora protagonistas de la huelga general. Como parte de ese esquema macabro de destrucción de valores, Mommer propuso cambiar Orimulsión por algún otro proceso que le diese salida a los crudos pesados y escogió mezclarlos con crudos livianos.

A pesar de voces de alerta acerca de la inviabilidad de una estrategia que requiere disponer de un gran volumen de petróleo liviano (que no tenemos) para ser usado como diluyente de crudos pesados (que se disponen en cantidad), se procedió a cambiar lo barato ­jabón y agua del Orinoco­ por petróleo bien caro. Se canceló Orimulsión y el INTEVEP fue desmantelado con el despido masivo y televisivo de miles de sus investigadores, el fatídico martes 4 de febrero de 2003. Tratados como perros sarnosos sus investigadores terminaron yéndose a Canadá, USA, México, Colombia y hasta Arabia.

Ante una producción petrolera en declive, compromisos inaplazables de pago de deuda china con petróleo y sin un INTEVEP que genere fórmulas innovativas para darle salida económica a nuestros crudos pesados, no queda otra alternativa que quemar dólares comprándole petróleo a otros.

Estamos pagando la matanza del INTEVEP y de su Orimulsión


Publicado originalmente en el Diario Tal Cual (Caracas)

Jaime dijo...

El solo hecho de "pedir" un diálogo demuestra una aceptación implicita de quién está a cargo. Lamentable.

Anónimo dijo...

con asesinos y ladrones no se dialoga, se les enfrenta y se les somete. Hasta cuando tantos comeflores en la oposicion?

Anónimo dijo...

Por vida de nuestro Sr. ¿Quién puede creer que una comisión para el diálogo, compuesta por elementos como DC, que cree que la AN es de él, pueda respetar a la opiniones de los oponentes?
Sólo vean su desconsiderada prepotencia en la AN. Definitivamente, tiene perdido el ángel de la simpatía. Nadie lo quiere ni siquiera dentro del psuv

Jacob Sulzbach dijo...

 
El diálogo perseguido bajo los auspicios de la UNASUR es una farsa total.  Su único propósito es preservar la petrochequeria para la izquierda en América Latina.