Chávez y Gadaffi: dos déspotas que se tambalean feo

 Par de pájaros: uno tiene medio cuerpo afuera, el otro se está "auto-suicidando.


En Noviembre 2004 Hugo Chávez recibió en Trípoli el Premio Internacional para los Derechos Humanos Gadafi 2004 en reconocimiento "a la cooperación para construir un mundo más humano y más justo", así como la concesión del título de doctor ’honoris causa’, en el marco de su visita oficial a Libia después de estar tres días en España.

El Comité Internacional Popular y la Organización Norte-Sur, Siglo XXI, con sede en Naciones Unidas, le ha otorgado este galardón al presidente de Cuba, Fidel Castro y al diputado indígena boliviano Evo Morales.

Daniel Ortega, encargado de entregar el premio, inició su discurso con un recuerdo al fiscal que investigaba el golpe de 2002 en Venezuela, Danilo Anderson, asesinado hace unos días "por los enemigos de la humanidad", según indicó. (Ortega no sabía que los asesinos eran la misma gente del fiscal)

"Más que un premio es un compromiso para el futuro", enfatizó el presidente Chávez, que saludó en nombre de su país a todos los pueblos de África que luchan por el progreso y su liberación.

Además de recibir este premio, Chávez fue investido con el doctorado ’honoris causa’ por la Academia del Pensamiento Yamahírico, que lo concede por primera vez. El doctorado, que toma su nombre de la ’yamahiría’ o república de masas -nombre oficial de la Libia de Gadafi-, se otorga como reconocimiento "a la lucha de masas y la confirmación de la justicia social y la democracia de masas".

En 2009 Gahdafi retribuyó la visita a Venezuela y se reunió con Hugo Chávez. En esa reunión dijeron que el concepto de terrorismo debia ser redefinido para excluir los movimientos populares que luchaban por su libertad y auto-determinación. No se imaginaba el carnicero libio que dos años más tarde él estaría siendo objeto de una protesta popular que lo tiene de medio cuerpo afuera.
Los dos déspotas también pidieron la eliminación de las Naciones Unidas, propusieron una organización paralela a la OTAN y la creación de un Banco Latinoamericano-Africano, entre otras estupideces.

Al pedir la creación de un Frente Ati-Imperialista los dos payasos se autodefinieron como "los campeones de la lucha contra Europa y Estados Unidos". Chávez se manifestó fascinado por la visita del carnicero libio, quien le regaló una tienda de campaña (que luego trataría de usar para alojar refugiados de las inundaciones de 2010). Gadaffi le regaló a Chávez una armadura de plata, si señor.

Chávez también aprovechó la reunión de bandidos internacionales en la isla de Margarita para elogiar a Robert Mugabe, a quien le prometió apoyo “moral, espiritual y político”.

En estos momentos Gadaffi lucha por mantenerse en el poder y está matando gente a diestra y siniestra. Sus días parecen estar contados. Por lo menos dice que morirá en Libia. Hay otros, como Chávez, que no aguantan dos pedidas para salir corriendo hacia Cuba. Ya eso lo vimos en 2002. Gadaffi, al menos, no parece ser un payaso cobarde sino un payaso testarudo.