lunes, 1 de octubre de 2012

Hugo Chávez: la gran farsa de su honestidad



Este ensayo forma parte del libro: "La Gran Farsa", coordinado por Alberto Quirós Corradi y publicado por El Nacional la semana pasada.

HUGO CHÁVEZ: LA GRAN FARSA DE LA HONESTIDAD


                                                      Gustavo Coronel

 Un manifiesto del MBR-200 [Movimiento Bolivariano Revolucionario, organización creada por militares golpistas liderados por Hugo Chávez], fechado en Septiembre de 1991, serviría meses después para tratar de justificar la asonada militar de Febrero 1992 en Venezuela. Las razones que da el comunicado para llevar a cabo la traición pudieran servir, casi palabra por palabra, para llamar a una insurgencia cívica en 2012. Decía así: “El agotamiento del estado venezolano, y por consiguiente de su forma de gobierno, se presenta como situación alarmante y de extrema gravedad, que ha conducido a la sociedad venezolana a la más profunda crisis económica, política, social, moral y de identidad de toda su historia………una deuda impagable, cada vez más elevada; mayor dependencia de entes financieros internacionales…corrupción de todo tipo, en todas las instancias públicas y privadas…inclusive los partidos del status; narcotráfico, tráfico de influencias, venalidad en la justicia, caos en la prestación de los servicios públicos, particularmente los de la salud…inseguridad social. Estos son algunos de los aspectos que caracterizan la gran crisis general que vive Venezuela.. [crisis] moralmente más condenable si se observa que en los últimos 15 años el país ha contado con cuantiosos recursos económicos jamás imaginados que solo han servido y permitido una acelerada perversión social y de la dirigencia del país…..”.  Este documento debía servir de justificación para llevar a cabo un movimiento armado a fin de instalar un gobierno llamado de Emergencia Nacional.

No es eso,acaso, lo que tenemos hoy en día en nuestro país? Después de  catorce años de régimen chavista el país está en caos. La deuda es cinco veces mayor. El petróleo venezolano se encuentra progresivamente en manos de China, a cambio de dinero para el uso del dictador, sin transparencia o rendición de cuentas. El narcotráfico se ha multiplicado e involucra a las altas esferas del gobierno. La corrupción tiene una incidencia y una intensidad jamás vistas. El caos administrativo es total.

 Si el gorilaje militar y la extrema izquierda de 1991 argumentaban de esa manera para justificar la rebelión armada, como no argumentar hoy lo mismo, para dar al traste con este funesto régimen? Sin embargo, una rebelión armada en Venezuela es improbable, precisamente porque el gorilaje militar y la extrema izquierda están hoy en el poder.

 
Un edificio de mentiras

A fin de mantenerse en ese poder la pandilla chavista ha construído un inmenso edificio de mentiras fuertemente cementado con dádivas y limosnas. Así como pocos generales mexicanos durante la revolución de aquél país resistían un “cañonazo” de 10.000 pesos, así pocos compatriotas venezolanos, sumidos en la pobreza y la ignorancia, o los parásitos políticos de América Latina, han podido resistir durante estos años los “cañonazos” de dinero del demagogo pródigo, quien ha reemplazado las políticas públicas y la diplomacia normal con la limosna y ha pervertido el concepto de gobernabilidad convirtiéndolo en autocracia y abuso de poder.

La farsa de la honestidad que ha hecho posible la consolidación de Hugo Chávez en el poder está esencialmente basada en esas dos grandes mentiras: (1), la limosna, como reemplazo de las políticas sociales de naturaleza estructural y de las relaciones normales con otros países del hemisferio, y, (2), la autocracia, como sustituto de una fraudulenta democracia participativa. A estas dos grandes mentiras regresaremos al final.  

 Que queremos decir al hablar de una farsa de la honestidad?

 

El diccionario nos ofrece varias acepciones de farsa:

farsa s. f.

1   Obra de teatro breve, de carácter cómico o satírico.

2   Subgénero teatral constituido por estas obras.

3   Obra de teatro de poca calidad o de mal gusto.

4       Acción con que se pretende engañar a alguien u ocultar algo

 


 

Durante la permanencia de Hugo Chávez en el poder hemos asistido a un poco de todo lo arriba utilizado para definir la farsa y sus numerosos sinónimos. Hemos visto mucha comedia, muchas obras y acciones de poca calidad y de mál gusto y, sobretodo, hemos sido testigos del uso de la mentira y el engaño como política de estado. 

 

La honestidad, en cambio, es una cualidad humana que consiste en decir y vivir la verdad, tanto en nuestra relación con los demás como con nosotros mismos. En este sentido general la honestidad tiene un importante componente de auto-estima y de respeto por el prójimo. La mentira y el engaño son, por lo tanto, la negación de la honestidad.

 

En este breve ensayo ofreceremos algunas evidencias de como el régimen de Hugo Chávez ha sido una continua farsa.

 
Primeros pasos del farsante

 1977.

Desde sus años de cadete Hugo Chávez comenzó a llevar una doble o hasta una triple vida, lo que Frank Herbert, el autor de “DUNA”, llamaría “una finta dentro de una finta dentro de una finta”. Ello requirió de una personalidad especialmente hábil para el disimulo. Así, frente a sus superiores de la Escuela Militar pretendió ser un estudiante disciplinado y obediente. Jugaba al beisból, recitaba poesía llanera, era un jóven tranquilo. Ante la familia ( ver “Hugo Chávez sin Uniforme”, Marcano y Barrera, página 81) pretendió ser neutral y desinteresado por la política. Pero al mismo tiempo era un conspirador. Como conspirador se convirtió, aún estudiante, en un traidor a su juramento de defender la constitución y las leyes de la república. En repetidas ocasiones, ya presidente, Chávez se ha vanagloriado de esos años de conspiración. “Tuve diez años conspirando”, dice con orgullo, burlándose de sus superiores quienes, o no lo sabían, o no le daban importancia. De manera inexplicable la conspiración de los cadetes y, luego, la de los jóvenes oficiales se desarrolló sin impedimentos.  La atmósfera en la cual conspiraban era una de benigna negligencia. En ocasiones, dice Arias Cárdenas, uno que otro conspirador fue reasignado de un sitio a otro a fin de neutralizar sus esfuerzos, pero no se tomaban medidas en su contra. En la Escuela Militar Hugo Chávez participó en simulaciones como parte de su entrenamiento militar y desempeñó, con singular acierto, el papel del Ché Guevara. En esos años Chávez se puso en contacto con Francisco Arias Cárdenas y con William Izarra, quien sería seducido ideologicamente por uno de los invasores Cubanos caídos en Machurucuto.

 1992.  

En una madrugada de Febrero 1992 doce autobuses cargaron a 440 soldaditos bajo el mando de Hugo Chávez Frías. Iban, les dijo Chávez,  a maniobras militares en el Estado Cojedes. Esa era una mentira criminal. Los soldaditos  iban a Caracas, a intentar derrocar y asesinar al presidente demócrata Carlos Andrés Pérez. Sin embargo, una vez en Caracas el líder de los rebeldes se quedó en el Museo Militar, sin ponerse al frente de las tropas que había engañado. Se consumó,  por lo tanto,  una doble mentira: la del engaño sobre el objetivo de la mobilización  y la de ser el líder efectivo del grupo. Chávez se rindió mansamente y de nuevo, de manera inexplicable, sus superiores le permitieron vestirse de limpio y ponerse frente a una cámara de televisión, para ganar simpatías entre el pueblo. En relación con este suceso se dió el triste espectáculo de un demócrata en plan de búsqueda de réditos políticos, Rafaél Caldera, excusando si no apoyando a los traidores desde su curul en el Congreso Nacional. El golpista iría a la cárcel de Yare, desde donde llevaría a cabo una gran campaña de relaciones públicas que lo llevó a asociarse con otros farsantes como José Vicente Rangel y Luis Miquilena. Por un tiempo alguna izquierda venezolana habló de esta asonada traidora como una “rebelión de los ángeles”. 

Una vez preso Chávez en Yare numerosos demócratas prominentes abogaron insistentemente ante el ya Presidente Caldera por su liberación, la cual se llevó a cabo poco tiempo después, aún antes de ser juzgado y sentenciado. Sin embargo, los 200 o más venezolanos quienes murieron a causa del golpe fallido e inepto liderado por Chávez continuaron muertos y para siempre olvidados.

 

1994

Una cosa dijo en La Habana, otra cosa en Nueva York. Cual de las dos era mentira?

 Liberado, Chávez viajó a La Habana, donde fue recibido con honores por el dictador Fidel Castro. Allí dió un discurso largo, cursilón, en la Universidad de La Habana, muy aplaudido por los asistentes. Se confesó revolucionario, dijo que el ejército venezolano  admiraba  a Cuba. Mencionó que cuando estuvo preso leyó “la Historia me Absolverá” y que, de esa lectura, aprendió que era necesario “mantener los principios en alto en todo momento, aún a riesgo de quedar solo”. Agregó que, como buen revolucionario,  se sentía orgulloso de no poder entrar a los Estados Unidos. Sin embargo, ya presidente, viajaría al “imperio”, a  Nueva York, y allí diría que “ siempre soñé con ser alumno del Colegio Interamericano”, (ver “Chávez sin Uniforme”, arriba citado, página 224).

 1997-1998

Deshonestidad como candidato presidencial.

La deshonestidad de Hugo Chávez, su naturaleza de farsante,  se acentuó durante la campaña presidencial, 1997-1998. Durante esa campaña diría, una y otra vez: “No soy de izquierda ni de derecha”. Sin embargo, en 1994, en La Habana,  y en 1995, en Venezuela, había afirmado: “Soy radical, revolucionario”.

 En entrevista dada a UNIVISION el 5 de Diciembre de 1998, un dia antes de las elecciones, le mintió tres veces a Jorge Ramos. Dijo:

1.     Entregaré el poder en cinco años

2.     No nacionalizaré ninguna empresa

3.     No quitaré los canales de television al sector privado

Esta entrevista puede verse en: http://www.youtube.com/watch?v=pohuXQZ7_DM  ,



 Sin embargo, el farsante violó esas tres promesas. Aún está en el poder después de catorce años. Ha nacionalizado (mejor dicho, estatificado, numerosas empresas). Ha cerrado y robado los activos de RCTV, la televisora más importante del sector privado, así como decenas de estaciones de radio. 

En una entrevista con Jaime Baily realizada en 1998 Hugo Chávez dijo que el no creía en el socialismo, que eso era una idea superada.


Sin embargo, una vez elegido presidente se declaró socialista y dijo que siempre lo había sido.

Ya de presidente, el farsante se enredó con frecuencia en sus propias mentiras y contradicciones. En una de sus interminables peroratas afirmó que “el socialismo destruye al ser humano”.


 
Un presidente farsante y deshonesto, 1999-2011

 Chávez es un botarate. Como presidente electo, dijo Caldera, se instaló en La Viñeta (residencia de visitantes oficiales importantes, en Caracas) donde daba almuerzos para cien a doscientas personas, todo a ser pagado por el gobierno. Rompió, desde estas tempranas instancias, con todos los parámetros de extravagancia.  Sin embargo, desde el inicio de su presidencia comenzó a hablar constantemente de austeridad. “Ya he firmado un decreto para subastar un lote grande de aeronaves ( ver “Chávez sin Uniforme”,  página 220). … 28 aviones… no se justifican”. Ocho de los aviones de PDVSA fueron rematados.  En esta misma etapa habló de donar su salario a los niños pobres, de convertir a Miraflores en una universidad y al aeropuerto de  La Carlota en un gran parque. Propuso “gallineros verticales”, jardínes hidropónicos, rutas de las empanadas, gasoductos intercontinentales, bancos hemisféricos, ha prometido edificar 300.000 viviendas por año. Nada de eso se ha hecho ni se hará.

Sus pretensiones de austeridad relacionadas con los aviones también fueron mentiras.  En  2002 se compró un avión AIRBUS por $65-70 millones, de manera ilegal, ya que el dinero no estaba en el presupuesto. En ese momento, nos dicen Marcano y Barrera en su libro ya citado, Chávez habló de destinar  el avión existente, el llamado Camastrón, al turismo popular. Sin embargo, no fue así. Este avión comenzó a usarse para tareas menores de la familia, tales como llevar a la esposa Maria Isabél y a sus hijos a Disneyworld. Fue tal el desorden que se presentó con los aviones del gobierno que el piloto presidencial, Juan Diaz Castillo, renunció al ver que la flota oficial se usaba para darle colas a los amigos y commilitones del presidente. En una ocasión un helicóptero “Cougar” fue usado para llevarle leche y cerales a la primera dama, para su desayuno playero, sin duda el desayuno más costoso en la historia de la república. 

Cuando vió La Casona por primera vez el farsante se quejó de su lujo. Dijo:  “no necesito una casa tan grande…. Yo podría vivir en un apartamento con mi esposa e hijos….”. Pero no se mudó.  Más aún, algún tiempo después ordenó  mejorar la piscina para el disfrute de  sus familiares, quienes se zambullían con botellas de whisky en mano, algunos portando armas de fuego, una pandillita de malandros en la casa presidencial. 

En sus primeros tiempos habló de simplificar la estuctura del Estado. “demasiados ministerios”, decía. Hoy hay más ministerios que nunca antes en la historia del país, en manos de gente incompetente. La CVG, por ejemplo, ha tenido once presidentes durante su mandato. Hoy está en ruinas.

Durante la primera etapa de su presidencia el otrora pobre muchacho de Barinas, vendedor ambulante de arañitas cuando niño, descubrió la vida fastuosa y se apegó a ella. Siguió repitiendo, una y otra vez  que no necesitaba nada, que le bastaba  con el amor del pueblo. Todavía usó por un breve tiempo el liquiliqui, incluyendo unos de color  marrón que le daban un aspecto realmente grotesco. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los cambiase, primero, por los trajes de Clement y luego por la ropa del sastre de moda en Caracas, Giovanni Scutaro. Pero Scutaro no fue suficiente para quien ya había descubierto que podía gastar impunemente el dinero de la nación. Comenzó a pedir los trajes directamente desde Nueva York, a la sastreria BRIONI. En 2004 el paracaidista de antaño apareció en la TV con un traje de LANVIN de $3000, una corbata de PANCALDI de $300 y un reloj CARTIER. Con el tiempo adquirirá varios otros relojes, ROLEX, un Patek Phillipe de $30.000 y, se dice, uno suizo muy exclusivo de $150.000. Según el diputado Carlos Berrizbeitía, quien sigue con atención los gastos del farsante, los gastos de viaje de la presidencia durante 2011 serán de unos Bs. 125 millones fuertes, unos $30 millones.Ver: http://twittervenezuela.co/profiles/blogs/gasto-millonario-de-ch-vez-es-denunciado-por-diputados. Fue en esta misma época que acuñó una de sus mentiras favoritas:  “ser rico es malo”.

 El farsante intelectual

 Si hubiera sido un hombre honesto Hugo Chávez habría ejercido suma discreción en el campo intelectual, ya que tuvo una defectuosa educación, llena  de lecturas parcialmente digeridas y esencialmente incomprendidas. Sin embargo, Chávez es el tipo de farsante que pretende esconder su escasa intelectualidad detrás de términos altisonantes y, como diría Alberto Quirós Corradi, de una cultura de crucigrama. Sus citas de Chomsky, a quien mató antes de tiempo, de Víctor Hugo, de Galeano o de Nietzsche, son frecuentemente inexactas y sus estimados sobre la  aparición del hombre en el planeta (2000 años) erran por cien mil o más años. Su habilidad matemática es defectuosa (8x7=52) y su explicación sobre el cambio de horario en Venezuela es un clásico de la incoherencia que hubieran envidiado Cantinflas o Costello, el gordito amigo de Abott. Quizá uno de los mejores ejemplos de esta deformación pomposa de lo intelectual es la carta que le dirigió a la Corte Suprema de Justicia al inicio de su mandato. Este es un documento extraño, fascinante por lo que revela de la naturaleza cursi y fraudulenta del personaje. Por razones de espacio solo podemos transcribir algunos párrafos, los cuales – sin embargo-  le darán al lector la idea de lo que queremos resaltar:

 “….. Los Estados son especie de superorganismos dinámicos que abarcan conflictos, cambios, evoluciones, revoluciones, ataques y defensas: involucran dinámica de espacios terrestres y fuerzas políticas que luchan en ellos para sobrevivir. Si no observamos arte y ciencia en la conducción y actuación política del organismo estatal corremos el riesgo de propiciar su debilitamiento, fraccionamiento y consecuencial disolución, que equivale a su muerte. En menos de 170 años de la desaparición física de Bolívar, hemos visto reducir el suelo en más de trescientos mil kilómetros cuadrados.

El Estado, investido de soberanía, en el exterior sólo tiene iguales, pero la justicia internacional no alcanza a quienes, por centrifugados, tendrían que ser mutilados (Ratzel; McKinder). Esas son las razones por las cuales el Jefe de Estado conduce, en soledad, la política exterior y, en soledad, es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Nacionales. Inmerso en un peligroso escenario de Causas Generales que dominan el planeta (Montesquieu; Darwin), debo confirmar ante la Honorabilísima Corte Suprema de Justicia el Principio de la exclusividad presidencial en la conducción del Estado”.

 No creo que sea necesario comentar este curiosísimo documento, el cual habla a gritos de lo que es el farsante. Toda la pomposidad de la carta huele a incultura y  está diseñada para advertirle a los patéticos miembros de la Corte que la presidencia que el encarna tendrá la exclusiva potestad de la conducción del estado. Por lo tanto, agrega entre líneas, si desean conservar sus cambures, deben alinearse con el nuevo régimen.

Tanto Montesquieu y tanta palabrería rimbombante, para lanzarle a los invertebrados juristas un brutal ultimatum!

 La deshonestidad en el poder

 En Enero 15, 2004, Hugo Chávez acudió a la Asamblea Nacional y allí afirmó, en un discurso pronunciado ante el cuerpo diplomático en pleno, haber generado el conflicto de 2002 en PDVSA para lograr  manejarla a su antojo. Dijo, impertérrito:  “Yo estaba provocando la crisis al nombrar a Gastón Parra Luzardo presidente de la empresa…. Los empleados respondieron y se presentó el conflicto”. Esto, por supuesto, representa una doble mentira. El afirma esto después de haber sucedido lo que sucedió y lo hace aparecer como el producto de una estrategia pre-establecida. Miente al decir que utilizó la estratagema para tomar el control de PDVSA. Quiere dársela de genio de la manipulación y, para ello, no vacila en definirse como un malhechor. Al decir esto su vanidad fué más fuerte que su pretensión de honestidad.  

 Desde los primeros años de su mandato Chávez comenzó a expresar una voluntad de integración regional.  Pero esa voluntad era falsa, la realidad era otra. Su verdadero objetivo era utilizar el soborno con dinero petrolero para crear una alianza hemisférica en contra de los Estados Unidos.

Para ello sacó a Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones, CAN. Terminó con el Grupo de los Tres. Inició un acercamiento grotesco con las FARC, en contra de la democracia Colombiana. Financió a candidatos presidenciales amigos en América Latina, especialmente a Daniél Ortega en Nicaragua, Cristina Fernández en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Andrés López Obrador en México y Rafaél Correa en Ecuador. Millones de dólares de los venezolanos fueron utilizados en estas deshonestas maniobras, en las cuales usó emisarios que portaban maletines repletos de dólares. Ha pretendido entrar a MercoSur, creando disensión en ese organismo. Ha estructurado organizaciones que han dado y dan inmensas pérdidas a nuestro país:  PetroCaribe, Unasur, ALBA, CELAC, algunos semi-fantasmas, pero que le sirven para comprar lealtades en el hemisferio. 

 
La corrupción del régimen es el mayor ejemplo de la farsa de la honestidad

 La promesa electoral que dió el triunfo a Hugo Chávez fue la lucha contra la corrupción. El país estaba indignado, y con razón, por la corrupción imperante durante los años de la democracia. Por ello, los venezolanos exigieron un cambio radical y esta exigencia fue aprovechada por Hugo Chávez para prometer el fin de la corrupción. Catorce años después, la corrupción en Venezuela es significativamente mayor a la que existió durante la época adeco-copeyana. El cambio que los venezolanos deseaban se llevó a cabo pero los hizo caer a un foso aún más profundo. Después de catorce años de régimen chavista hemos visto entrar al erario público alrededor de un millón cuatrocientos mil millones de dólares.( $1.400.000.000.000). De ese monumental volúmen de dinero es poco lo que ha sido utilizado para beneficio de Venezuela, debido a la ineptitud y corrupción del gobierno.

En ningún otro sector de la vida nacional se hace más evidente la farsa de la honestidad protagonizada por Hugo Chávez que en el manejo de los fondos públicos. En mi escrito sobre el desastre financiero venezolano (http://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2011/10/el-desastre-financiero-venezolano-1999.html ) hago un análisis de los ingresos y gastos del régimen chavista durante sus 14 años en el poder. En ese escrito llego a la conclusión de que entre $60.000 y $90.000 millones han ido a parar a los bolsillos de la pandilla oficial, estimada en unos 1500 miembros principales y de los parásitos extranjeros que chupan del régimen. Un recuento exhaustivo de la corrupción chavista puede encontrarse en mis escritos publicados por el Instituto CATO, en Washington DC,  y por CEDICE en Caracas. Los links para entrar a estos escritos son:



 La gran farsa de la inclusión y de la democracia participativa.

 Hugo Chávez profesa ser un hombre amable y compasivo. Pero en realidad, según dice Luis Miquilena, uno de sus cómplices iniciales: “es un hombre despótico con los subalternos, un autócrata brutal con sus colaboradores”. (Marcano y Barrera, página 370). Angela Zago, quien lo elogió al principio y luego se arrepintió, dice: “Lo ví insultar a Aristóbulo Istúriz… le dijo de todo”. Miquilena agrega: “La manera como maltrata a Diosdado Cabello no se la hubiera aceptado ni a mi padre”. Los programas “Alo Presidente” son frecuentemente utilizados para criticar e insultar de manera despiadada tanto a los líderes de la oposición como a sus propios colaboradores. Su lenguaje es impropio de un jefe de estado, más adecuado para un portero de burdel.

Una de las dos mentiras esenciales de su régimen es la de la inclusión. Mucha de su popularidad está basada en la política de limosnas que ha llevado a cabo entre los pobres, a fin de comprar lealtades. Ello le ha dado a muchos venezolanos la impresión de que es un gobernante que incluye, a diferencia de los gobernantes excluyentes del pasado. Pero si vemos con atención lo verdaderamente ocurrido en Venezuela es posible advertir que la inclusión de sectores pobres de la población que ha llevado Chávez a cabo se ha hecho a expensas de la exclusión de las clases medias, las cuales han sido despojadas, humilladas y maltratadas por el déspota. No es aceptable incluir a algunos venezolanos y llevar a cabo, al mismo tiempo, la exclusión de otros. Esta farsa ha conducido a una extrema polarización en el país, promoviendo el odio y la tensión social entre la familia venezolana.

La otra gran mentira sobre la cual está construída el régimen ha sido la democracia participativa. El déspota criticó duramente el concepto de democracia representativa, reemplazándola con el de democracia participativa, aquella en la cual “todos participan”. Pero nada está más lejos de la verdad. El régimen de Hugo Chávez es unipersonal, autoritario, arbitrario y abusivo. Está basado en un obsceno culto a la personalidad. Lo que entiende Chávez por “participativo” es “participarle” al país desde sus “Aló Presidente”, a control remoto, lo que él ha decidido hacer. Como se comprenderá esta es una farsa absurda. Nadie puede manejar un país solo, mucho menos una persona de mentalidad desequilibrada y de escasa educación como Hugo Chávez. Los resultados están a la vista.

 Una anécdota final que ilustra la farsa de la honestidad personal de Hugo Chávez

 Nedo Paniz narra (Marcano y Barrera, página 373) como en Bogotá Hugo Chávez tomó un puñado de tierra del suelo cercano al hotel donde estaban alojados, lo metió en una cajita y luego, en discurso en la Quinta de Bolívar, mostró la cajita y dijo que contenía tierra sagrada de Carabobo, donde Bolívar obtuvo la independencia del país. La gente, dice Paniz, se emocionó mucho al oír aquello.

 El farsante que es Hugo Chávez vive en un mundo irreal, de su creación.  “La conservación del poder es su propio infierno”, dice su amigo Arias Cárdenas.  El fallecido Alberto Muller Rojas y el reo Edmundo Chirinos han coincidido en su diagnóstico. “Pasa de la euforia a la depresión con gran rapidez…. Es bipolar”.

 Hugo Chávez ha manejado el país a su antojo por catorce años. Este farsante ha sido la personificación de la gran mediocridad colectiva que ha sido la Venezuela de las últimas dos décadas. El costo para la nación es incalculable, tanto en términos materiales como espirituales. Aunque nada es fatalmente irreversible,  la sociedad venezolana tardará mucho tiempo en expulsar del alma nacional las toxinas que le han sido inyectadas durante estos años de pesadilla

  Fuentes de referencia utilizadas 

     1.     “Hugo Chávez sin Uniforme”, Cristina Marcano y Alberto Barrera Tyszka, Caracas, 2004.               Excelente análisis sobre el farsante.

2.     www.lasarmasdecoronel.blogspot.com , dedicado a documentar la tragedia del régimen de Hugo Chávez. Contiene unos 3300 artículos, desde 2007 hasta hoy.

3.     www.elcato.org , donde se incluye mi análisis de la corrupción en el régimen chavista, 2000-2006

4.     www.cedice.org, donde se incluye mi análisis de la corrupción en el régimen chavista, 2006-2009

5.     Entrevistas a Hugo Chávez hechas por Jorge Ramos de Univision y por Jaime Baily. Links en el texto.

 

 

 

 

 

 

 

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

SEGUROS SI ESTAMOS CORONEL QUE NO SE PARECE A TU COMPADRE CAP.
JG

Anónimo dijo...

Tu si eres retrasado y acomplejado CAP ya esta descansando y fue de la 4arta republica trasladate al presente y no te enfrascques en el pasado animal