Nicolás Maduro y Rafaél Ramírez
son probablemente los dos venezolanos mas despreciados por la inmensa mayoría
de los venezolanos quienes se toman la molestia de opinar. Lo que se publica y
se dice sobre ellos es realmente aplastante. Tanto así, que no puedo comprender
como se mantienen imperturbables, como si se sintieran muy queridos. Si se
sienten queridos están tristemente
equivocados. Jamás he leído u oído nada elogioso sobre estos dos personajes en
la prensa venezolana y, menos aun, en la extranjera, a menos que provenga de
receptores directos e íntimos de sus dádivas.
Que pensarán estos dos personajes
al ver que son considerados por millones de venezolanos como analfabeta e inepto, el uno, e inepto y
corrupto, el otro? Hasta Chávez fue mejor tratado por los
venezolanos, porque pudo mantener una fachada de amor y dedicación por los
pobres que, aunque falsa, engañó a miles,
dada su televisiva personalidad a lo Joselo. Pero, estos dos personajes son siniestros y
desprovistos de carisma.
Como funcionaran sus procesos
mentales? Uno, Maduro, se dirá que él acepta en lo más escondido de su
corazón no ser competente para el cargo,
pero, caramba, lo puso allí el jefe, lo
apoya (hasta ahora) el ejército y eso es
suficiente .
Maduro ha visto como el cargo le confiere
automaticamente una cierta autoridad y prestancia a quien lo ejerce en un
momento dado, no importa cual sea su calidad humana o intelectual. Mas aun, ya
se ha dado cuenta que, no importa lo que
diga o haga, siempre hay una nube de
aduladores que le dicen que eso está muy bien dicho o muy bien hecho. Cuando
viaja, goza cuando le tocan el himno nacional, en Bolivia, en Nicaragua y en
Cuba. Nunca ha visto a nadie reírse de
él (abiertamente) en España, en Rusia o en el Vaticano. Cuando habla de penes y
no de panes, invariablemente encuentra que alguien lo felicita por su agudeza
criolla. El dinero en las arcas de
Miraflores es todavía tan cuantioso que puede regalar aquí y allá, lo cual lo
hace sentirse poderoso. Dirá: “Nunca me
he sentido tan en el tope del mundo”.
El sentimiento de bienestar que
le da el poder adormece cualquier
inquietud que pueda tener sobre la
pregunta fundamental que nunca se ha planteado: COMO ESTOY HACIENDO MI TRABAJO?
La realidad es que, aun cuando
Nicolás se hiciera esa pregunta, ya sería demasiado tarde. El desastre es enorme
e irremediable. Nicolás está desahuciado política y eticamente y ahora lo que le
queda es pensar para donde voy? : cárcel, exilio, alumno de un programa de alfabetización?
Ya Cuba ha dicho que no lo quiere. Zimbabue? Bielorrusia? Nicaragua? Improbable.
Maduro irá a la cárcel por treinta años.
Y Ramírez? Este personaje ha sido
por unos diez años tanto ministro de
Energía como presidente de PDVSA, la empresa petrolera venezolana. Una década
entera durante la cual PDVSA se ha derrumbado. La exploración ha desaparecido,
la producción ha perdido alrededor de medio millón de barriles diarios, el
desarrollo de la Faja del Orinoco se ha paralizado, la falta de mantenimiento
de las refinerías ha causado tragedias como la de la refinería de Amuay, PDVSA
pasó en 2012 a importar hasta 80.000 barriles diarios de productos refinados
desde USA, la cantidad de empleados se ha cuadruplicado, la deuda de la empresa
se ha quintuplicado. PDVSA se ha convertido en una empresa sin objetivos
claros, criando cochinos y sembrando yuca. Esto es ineptitud por parte de
Ramírez. Pero, además, Ramírez es un corrupto. Su discurso ante la gerencia
diciendo que PDVSA era roja, rojita y amenazando con hasta la violencia física
a quienes no se plegaran a la satrapía es ya un clásico de la corrupción política
venezolana. Y la corrupción financiera se desborda en la empresa, como lo
muestran el caso de la gabarra Aban Pearl, los bolichicos, los contratos dados
a dedo y las maletas de dinero para Cristina Fernández y otros satélites politicos
del difunto. Ahora Ramírez está a cargo de todas las finanzas y, como un aprendiz
de brujo, ha llevado a Venezuela a tener el mayor riesgo-país del planeta. Pero
él dirá “Tengo el poder que me da el dinero y soy el número dos o, quizás, el
número uno en el gobierno y no me pueden tocar”. No piensa en lo que le depara
el futuro y se aferra al presente. El sabe que ha hecho un desastre pero no le
queda otro remedio que huír hacia adelante.
Como Maduro, Ramírez será juzgado y condenado a 30 años de prisión.
1 comentario:
MI esperanza es que se cumpla en lo inmediato lo que Ud. dice por:
1. Son 15 insufribles años de pesadilla y el país está arruinado en lo económico, social y moral.
2. Es inconcebible que encima se vayan tan tranquilos.
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