La Sra. María Luisa de Niño me escribe una carta

La señora María Luisa Rivero de Niño me envía un carta referente a mi escrito publicado en este blog: “Un carta a Nicolás y a Henrique”. He deseado incluirla en mi blog porque proviene de una persona de toda mi consideración y porque ilustra lo compleja que es la situación anímica de los venezolanos de hoy en día, estén donde estén. Al final de la carta hago unos breves comentarios para tratar de explicar un poco más el contenido de mi carta a ella y a quienes se sientan como ella.   

La carta dice así:

Carta abierta a Gustavo Coronel

Ing. Coronel, conozco su trayectoria desde que estudiaba en  Tulsa, Oklahoma por referencia de amistades que tenemos en común. Su trayectoria profesional  ha sido digna de mucho respeto por parte de los venezolanos adscritos a la industria petrolera y aún hoy en día, viviendo hace muchos años en USA, su presencia permanece viva en nuestra patria a través de sus muy acertados escritos referentes  a lo que está sucediendo en nuestro país, específicamente en su especialidad.
Sin embargo, debo manifestarle mi enorme desagrado ante su  última carta recibida por mí y dirigida en conjunto a Henrique Capriles y Nicolás Maduro. Dicha carta me parece ofensiva hacia la persona de Capriles quien ha puesto todo su empeño en lograr la unidad de los venezolanos que estamos viviendo  in situ los abusos de este gobierno de maleantes.  A Henrique Capriles le debemos un gran respeto por su labor  y es hora de seguir adelante para  lograr  nuestra meta de liberarnos de los traidores que le entregaron nuestro país a un régimen  que ha tenido la habilidad de chulear su sobrevivencia  gracias a personajes como Hugo Chávez, cuya única meta era sustentar el poder hasta el fin de sus días y ahora a un títere creado por los mismos Castro para apoderarse de lo que queda de nuestra Patria.

Por estos motivos, y muchos más, considero una ofensa personal que seguramente comparte conmigo la mitad  de nuestro país el ver como personas instruidas como Ud. pongan lado a lado al traidor a la patria (que muy probablemente ni siquiera es la nuestra) de Nicolás Maduro junto a Henrique Capriles, a quien le debemos tener a medio país del lado de la oposición que aboga por el regreso a la democracia perdida y a la unidad de todos los venezolanos a pesar de sus diferencias. Cada quien es  libre de expresar sus opiniones,  pero para mí es una ofensa imperdonable poner a ambos en el mismo pliego de papel virtual. Critique a quien le parezca pues es su derecho, pero no nos ofenda a los que estamos viviendo en Venezuela y padeciendo personalmente todos los desmanes de este  gobierno de incapaces y maleantes,  mezclándolos con los que han dado todo  de sí para enrumbarnos  nuevamente hacia el camino de la democracia y libertad.

Probablemente si Ud. no estuviera viviendo en su perfecto nicho de paz, tranquilidad y perfección muy lejos de Venezuela, pudiera entender mejor lo que le expreso en estas líneas.

De Ud. atentamente,

María Luisa Rivero de Niño

C.I. # 2.931.742

Comento como sigue:

Apreciada Sra. De Niño:

Gracias por su carta, la cual me complace publicar en mi blog, porque refleja la opinión muy valiosa de una persona que comparte conmigo el deseo de ver un cambio de régimen político en nuestro país.

Lo primero que veo en su carta es que en cinco ocasiones, a pesar de la brevedad de su misiva, usted menciona la palabra ofensa para referirse a lo que sería una ofensa mía a Henrique Capriles y a quienes  comparten su posición. Una de las razones para la ofensa es haber puesto los nombres de Nicolás y Henrique uno al lado del otro, cuando ambos representan posiciones éticas y venezolanas muy diferentes.

La carta va a dirigida a ambos por la sencilla razón de que son la cabezas visibles de los dos grupos en los cuales está partido Venezuela. No porque sean moralmente iguales. Al contrario, yo digo al inicio de mi carta  que representan “polos opuestos”. Procedo a describir a ambas personas de manera muy diferente, Nicolás como un pobre diablo, a Henrique como una persona de logros apreciables, que no lo había hecho mal… hasta cierto punto.  Henrique Capriles es el líder de la oposición venezolana y, por lo tanto, los venezolanos tenemos el derecho de evaluar ese liderazgo. A veces, la peor contribución que podríamos  hacerle  a un líder es decirle que lo está haciendo muy bien.

En mi carta, si usted se permite leerla de nuevo, digo que esta evaluación que hago de su liderazgo no tiene nada de personal y que sigo apreciándolo. Le digo que ha cumplido un ciclo meritorio pero que su posición ante la situación actual del país no es, en mi criterio, la que un líder debería tener. Ni siquiera me refiero a sus declaraciones sobre López, Ledezma y Machado, donde habla de sus compañeros de oposición definiéndolos como aventureros y como proponentes de la violencia y del golpe, lo cual no es justo. No lo hice porque pienso que lo que Henrique Capriles debería hacer es convocar una reunión con los otros líderes de la oposición para convenir una estrategia efectiva que nos libre del régimen, en lugar de sacudírselos como moscardones desagradables y no es mi propósito “echarle leña al fuego. Le reitero a usted que no ha sido mi intención  ofender a Henrique Capriles ni a los numerosos venezolanos que creen en su estilo de hacer oposición. A quienes se hayan sentido ofendidos, les presento mis sinceras excusas, en especial a usted.

Le ruego, al mismo tiempo, que consienta en mi derecho a opinar como cualquier otro venezolano, sin recordarme que lo hago desde mi “nicho de paz, tranquilidad y perfección” situado en algún lugar lejano e idílico, donde no tengo las angustias de mis compatriotas que se han quedado en Venezuela. Es cierto que soy feliz donde estoy y sería desgraciado allá.  Y, como he dicho antes, no volveré jamás mientras esté en el poder la pandilla  actual. Ello, dada mi edad, puede ser nunca. Creo que la posición de quienes se ausentan y están dispuestos a morir fuera de su país por no aceptar vivir bajo una dictadura despreciable y soez merece la comprensión de quienes se han quedado. Desde mi “nicho” he escrito 5000 artículos sobre la situación venezolana en mi blog, en noticiero digital, en La Patilla, en Analítica y en revistas y periódicos del exterior. Desde 1999 me convertí en activo opositor de Chávez, cuando muchos compatriotas “demócratas” lo apoyaban.

Salí de Venezuela en 2003 después de cuatro años de pesadillas. Desde donde estoy, en Virginia, he dado docenas de charlas en USA, en 10 países de América Latina y en Europa, para denunciar la satrapía de los últimos 15 años. Estoy plenamente informado, a diario, sobre lo que sucede en nuestro país.

 Le reitero mi respeto, mi aprecio y mis mejores deseos por una Venezuela a la medida de sus esperanzas,

Gustavo