domingo, 4 de agosto de 2013

Hacia la confrontación final con los restos del régimen


UNA REFLEXIÓN DOMINICAL

Imaginemos que estamos viviendo en la Alemania de 1939 y que su vecino se ha tornado hitlerista. Usted no puede comprender como es posible que su amigo, un hombre culto, aparentemente bien formado e informado, sea hitlerista. Y este  amigo le dice que usted debe ser tolerante con las ideas ajenas y que ser hitlerista es una cuestión de preferencia. Añade que  a él le gusta el helado de fresa y a usted el de chocolate, pero no por ello deben dejar de hablarse. Agrega que él desea seguir siendo su amigo y que pueden conversar sobre sus diferencias con serenidad y ecuanimidad. El se mobiliza en su jet privado y usted en su bicicleta.

Acepta usted esa postura de su amigo, lo sigue considerando su amigo, lo sigue frecuentando? O piensa usted que la actitud de su amigo es incompatible con los valores que usted ha cultivado y defendido toda su vida y que ya no puede haber co-existencia pacífica con ese amigo? En otras palabras, sigue usted viviendo como si todo estuviera normal, a pesar de que la represión del hitlerismo se acentúa, que importantes sectores de la población son perseguidos, que el hombre parece un loco fanático destinado a destruír a su país mientras  gente como su amigo lo apoya?

Si usted planteara este ejemplo para justificar su rompimiento con su ex-amigo chavista en la Venezuela de hoy, alguien probablemente le diría que usted está usando un ejemplo inválido,ya que usted ahora conoce lo que sucedió después en Alemania.  Y que eso no vale.

Pero, por supuesto, eso no es cierto. Yo me digo: si pude ver lo que Chávez sería desde que lo oí hablar en 1998, por qué otros no pudieron hacerlo?  Yo no tengo un especial poder de adivinación, aquello me pareció obvio. Pero, si acaso alguien se engañó de buena fé, tendría 15 largos años para convencerse. Hubo quienes se engañaron y rectificaron de manera categórica y ejemplar, tal y como le ocurrió a Jorge Olavarría, quien pronunciaría un discurso condenatorio de Hugo Chávez en Julio de 1999 que ya ocupa un lugar destacado en la historia de la dignidad venezolana.  A otros le tomaría más tiempo, como a Carlos Genatios, Hiram Gaviria, Eduardo Semtei, Pablo Medina, Alfredo Peña, Miguel Henrique Otero. Hay quienes morirían chavistas, como Reinaldo Cervini. Pero todavía  hoy en día, después de 15 años de abusos de poder, crímenes, robos, violaciones, entregas de soberanía, mentiras, cinismo, hipocresía, narcotráfico y alineamiento con los tiranos más despreciables del planeta,  vemos a gente de alto nivel intelectual como Clodovaldo Hernández, Luis Britto García, Alfredo Toro, Roy Chaderton, Jose V. Rangel, Herman Escarrá, Oscar Schemel, Gustavo Dudamel, Fruto Vivas, Tulio Monsalve, banqueros destacados, boliburgueses y bolichicos , miembros de la directiva de la Cámara Petrolera,  mantener su adhesión y apuntalar a un régimen que representa la anti-cultura y el anti-decoro.

Bueno, es con esta gente que no puedo co-existir pacificamente. Tampoco lo hago, por supuesto, con el grupo de chavistas muy rústicos a lo Pedro Carreño, Darío Vivas,  el General Eructo, Nicolás, Cilia, Cabello, Ramirez. Estos nunca tuvieron quince. O con la colonia árabe que maneja el régimen, como los El-Aissami, Jaua, Saab o El-Troudi, aliados con los terroristas del Medio Oriente.  Pero nunca le hubiéramos pedido peras a esos olmos. No dan más porque no tienen nada que dar. Como decía rizarrita “esto es lo que hay”.  Llegaron al poder para participar del botín y lo han hecho con suma eficiencia. Pero no son de dudosa reputación, no hay dudas sobre su torva naturaleza.

Por ello, no puedo estar de acuerdo con la postura de gente “super-civilizada”, en olor de santidad,  como Edgar Zambrano, Eduardo Fernández o el presidente del COPEI, quienes piden diálogo, acercamiento, reconciliación. Que es esto? No se trata de diferencias sobre los sabores de un helado. Se trata de dos filosofías de la vida que son totalmente incompatibles. Se trata de elegir entre la honestidad y la sinverguenzura. En Venezuela no se puede pensar en borrón y cuenta nueva sino en la justicia y el castigo a los criminales.

Quienes hoy con los ojos abiertos respaldan un régimen como el que nos acogota desde hace 15 largos años tienen un solo nombre: cómplices. Ellos olvidaron lo aprendido en el hogar y en la escuela sobre moral y cívica. Olvidaron lo grandioso que es verse en el espejo con tranquilidad de espíritu. No es posible que, a quienes se han mantenido incontaminados por la corrupción y el deterioro que caracteriza al régimen, se les pida ahora tolerancia para quienes andan desnudos en La Casona o volando hacia París en los aviones de PDVSA.    

El país debe ir a una confrontación final con los restos del régimen. Sin ella nuestra redención será imposible.

 

 

 

6 comentarios:

Per Kurowski dijo...

Dices “Se trata de dos filosofías de la vida que son totalmente incompatibles. Se trata de elegir entre la honestidad y la sinvergüencería”. Y con eso estoy totalmente de acuerdo.

No obstante, por cuanto las dos filosofías deben enfrentar la misma realidad de la súper-concentración de poder económico en el estado, a la hora de la verdad, los resultados finales no reflejaran suficientemente las diferencias… es mas la honestidad tenderá a corromperse.

Por lo tanto, y para que nuestra redención sea posible, en lugar de “una confrontación final con los restos del régimen”, más importante es que la ciudadanía le arrebate al Estado las resultas petroleras.

Es más honesto pelear por librar a nuestros gobernantes y políticos de las tentaciones que produce la chequera petrolera, que simplemente someter otro grupo mejor a estas.

Gustavo Coronel dijo...

Un comentario válido, Per. Por supuesto, lo que enfatizo es la necesidad de un cambio actitudinal.
Yo quisiera pensar que hay gente que resiste la tentación de enriquecerse y sinverguenzearse aun expuestos a la tentación. Lo digo porque le presté servicios a la nación desde PDVSA, CVP, CVG, el Puerto de Puerto Cabello y la gobernacion de carabobo sin que jamás sintiera la tentación de meter la mano en lo ajeno, pudiendo hacerlo. Y no creo que yo sea un ser especial, hay toda una legion de gente honesta que debe pensar así.
Por supuesto, lo que mencionas es una excelente estrategia para minimizar las tentaciones.

Anónimo dijo...

Respetuosamente, para los dos: ¿y cómo hacer para que una nueva clase política -o no tan nueva- acepte esa propuesta tan interesante de Kurowski?

Espero vuestra amable respuesta

Gustavo Coronel dijo...

Esta propuesta ha sido hechapor varios venezolanos, entre ellos, Per y también Monaldi, Quirós Corradi, etc. Enfrenta una tradicion estatista casi religiosa que ha compartido el liderazgo politico venezolano tradicional, tanto de derecha como de izquierda, desde Caldera hasta Gutavo Machado y los malandros del chavismo que han expropiado hasta los hospitales.
Hay tabús y mitos que tendrán que caer poco a poco si Venezuela desea salir del pantano de la mediocridad y del atraso.

Anónimo dijo...

Muchas gracias por su respuesta. Realmente el país está empantanado. Por cierto, no podría estar más de aucerdo con lo que Ud. dice sobre la imposibilidad de reconciliarnos con los bandidos que han destruido al país y que nos desprecian.

Primero, justicia draconiana (nada que ver con Primero Justicia, ojo). Luego, veremos (en realidad, primero salir de esta condenada pesadilla)

knicven dijo...

Gustavo, gracias por exponer lo que siento y no saber expresarlo con tanta claridad. Por todos los medios que poseo le he preguntado al "FLACO" porqué no nos ha convocado a COBRAR EL TRIUNFO, la respuesta me la dio en la entrevista que le hiciera María Elvira Salazar de CNN. ¿Qué opinión te merece? Realmente me encantaría leerla, cerraría con broche de oro esta opinión. Gracias y sigue adelante