martes, 25 de mayo de 2021

Una idea para bajar la presión de la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos

 



*** ¿Utopía o solución posible?

*** He consultado esta idea con dos amigos: uno me dijo que era totalmente impráctica. El otro guardó silencio. Ello me lleva a creer que es posible.

El Principio de Bernoulli se deriva de la segunda Ley del Movimiento de Isaac Newton. Trata de flujos de una región de alta presión hacia una región de menor presión, proceso inevitable ya que hay más presión empujando el movimiento que tratando de detenerlo.  Si las condiciones persisten el flujo aumenta su tasa de aceleración.

                                     

                                     El Muro es como una gran falla geológica 

Esto es exactamente lo que sucede, en el plano humano, con los fenómenos de migración. Los seres humanos migrarán inevitablemente de una zona de alta presión (hambre, desempleo, inseguridad, dictaduras) a una zona de menor presión (empleo, alimentación, mayor seguridad personal, libertad). Ello explica por qué Inglaterra está hoy llena de nativos de países del “Commonwealth”, porque Alemania está llena de inmigrantes del Medio Oriente y porque los Estados Unidos se encuentran  bajo constante presión de la migración ilegal desde Centro América y México. En este último caso, el fenómeno es realmente uno solo, porque quienes llegan a las fronteras con USA desde Centro América deben hacerlo a través de México. Este es un fenómeno que obedece a una ley social muy similar a las leyes de la física. La gente se desplaza de regiones donde las condiciones de vida son precarias hacia las regiones que ofrecen mejor calidad de vida.

Por esta razón las ideas que apuntan a una solución consistente en barreras físicas, como el muro que parcialmente construyó el ex- Presidente Trump, no tienen muchas posibilidades de éxito. No solo representan medidas costosas sino que promueven sentimientos de xenofobia que terminan por agudizar el problema,  

Por otro lado, lo que parecería la solución obvia, esa de mejorar las condiciones de vida en los países de origen de los emigrantes, está muy lejos de llevarse a cabo. Aunque los Estados Unidos ha tratado de hacerlo mediante programas de ayuda económica que han sido, en ocasiones, masivos, tales como el de la Alianza para el Progreso, de la administración Kennedy, en el cual se destinaron $20.000 millones para la región, ellos no han logrado una mejora significativa en las condiciones de vida de la región. El problema con estas ayudas es que han sido motorizadas, en gran medida, por estrategias de hegemonía política, frecuentemente destinadas a  poner coto a lo que se percibía como amenazas del comunismo en la región. Mucha de la ayuda económica se quedó en los bolsillos de los “aliados” ideológicos de los Estados Unidos. Algunas administraciones han utilizado la amenaza de eliminar ayudas económicas si los países recipientes no cumplían con sus deseos en lo político.  

Entre 1946 y 1980, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua recibieron importantes aportes de la “Alianza para el Progreso”, iniciada en 1961. Ver: La ayuda norteamericana en Centroamérica, 1980- 1992 (ucm.es). Según este documento, entre 1980 y 1990  Estados Unidos canalizó hacia Centroamérica, a través de diversas fuentes oficiales, 8.446 millones de dólares en ayuda bilateral. Algunos países del área, como El Salvador, llegaron a recibir en los años centrales de la década, hasta 1.5 millones de dólares diarios. En 1989-1990 cuatro países centroamericanos se encontraban entre los once primeros receptores de ayuda de Estados Unidos. El Salvador había llegado a ser el cuarto receptor mundial en términos absolutos y se encontraba por delante de Filipinas, Bangladesh y la India.

Estas sumas de dinero han sido muy importantes pero, ¿adónde han ido a parar? Mucho del dinero fue destinado a gastos de naturaleza militar y política, orientado a combatir grupos políticos de izquierda y hasta a promover remplazos violentos del máximo liderazgo en países no alineados con los Estados Unidos. Las cantidades de dinero orientadas a mejorar la calidad de vida de los habitantes y a la creación de fuentes de trabajo local fueron menores. Durante la década de 1980 el PBI de Nicaragua descendió en un 41%, el de Guatemala y Honduras un 15-18%, el de Costa Rica un 5%. La pobreza aumentó hasta afectar, a mediados de esa década, al 72% de la población de esos países. El documento arriba citado dice: “El endeudamiento externo centroamericano llegó a ser de 8.500 millones de dólares al principio de la década, y continuó aumentando hasta alcanzar unos 22.000 millones de dólares en 1990, lo que significó entre el 75 y el 80% del PIB total de la región. Entre 1984 y 1988, el servicio de la deuda representó la mitad de las exportaciones del istmo. Centroamérica se encontró, por todo ello, en una crónica crisis de insolvencia”.

La moral de esta historia parece ser que, sin un alivio de la presión migratoria de los países de Centro América y México hacia los Estados Unidos, no valen muros, amenazas de corte de ayuda o ayudas atadas a condiciones de naturaleza política.  

Entonces, ¿qué hacer?

Hay enfermedades que son incurables y este fenómeno de la migración podría ser una de ellas. Sin embargo, podría ser posible pensar “out of the box” y  combinar diferentes soluciones parciales que pudiesen bajar la presión en la frontera entre México y USA. Dos que podrían tratarse en paralelo serían:

Una,  programas enfocados con precisión quirúrgica a aliviar el desempleo en regiones especialmente afectadas por este problema en Centro América y México. Estos programas serían manejados por empresas mixtas entre los Estados Unidos y los países donde los programas se lleven a cabo y podrían combinarse con educación ciudadana que enseñase a los habitantes a ser emprendedores.  

Dos, Algo inédito, nunca puesto en práctica, sería establecer una zona o zonas  de amortiguación (Buffer Zones) entre la frontera de los Estados Unidos y México, en la cual se establezcan territorios intermedios entre USA y sus vecinos al sur. Se trataría de una o más franjas de territorio mexicano, a ser administradas de manera conjunta  entre las dos naciones. En esos territorios que pudieran llamarse PROGRAMA MEXAMERICA   o algún nombre convenido entre las partes:

·       Se estructurarían zonas de administración conjunta USA-México, en la cual la moneda que circule sea esencialmente el dólar

·       Sus habitantes tendrían  la categoría de residentes MEXAMERICANOS, la cual les permitiría trabajar en ese territorio, ganar en la moneda del territorio y disfrutar de las condiciones de vida que ese territorio les ofrezca, las cuales serían fundamentales afines a las ofrecidas en territorio estadounidense. No estarían en México pero tampoco estarían en los estados Unidos.   

·       Existiría un sistema de administración comercial y financiero en línea con las normas y costumbres (filosofía gerencial) existentes en los Estados Unidos, con disposiciones especiales para promover la instalación de factorías de la más diversa naturaleza, a fin de estimular la inversión industrial en cada zona de amortiguación. Las garantías sociales y los deberes predominantes para los habitantes serían los existentes en USA para sus ciudadanos,

Se trataría de territorios en el cual los habitantes pudieran sentirse en un nuevo ambiente social y económico, pudieran sentirse escapados del foso del atraso, la miseria y la inseguridad, para sentirse miembros de una sociedad nueva que les permite su libre desarrollo. Se sentirían en los Estados Unidos sin haberse ido de México.

¿Cuán grandes serían estas zonas de amortiguación? Pueden ser  pequeñas al principio y, a medida que se van estableciendo industrias, en esa misma medida pueden extenderse. Al principio pueden ser territorios pilotos, de digamos, no más de unos 200 a 1500 kilómetros cuadrados, el cual es el tamaño de Rhode Island, estado de un millón de habitantes. Dependiendo de su éxito, pudiesen llegar  a ser de unos 40.000 kilómetros cuadrados, con una densidad de población de unos 300 habitantes por kilómetros cuadrado, similar a estados de mediana densidad de población en USA,  albergando a unos 12 millones de habitantes.

Los residentes de estas zonas de amortiguación serían seleccionados en base a sus habilidades para el trabajo y sus antecedentes ciudadanos. Sus administradores pagarían a México un arrendamiento por el territorio, a ser convenido entre las partes y los accionistas de la empresa administradora serían los gobiernos de ambos países. La población de este nuevo territorio sería, idealmente, un 50% mexicana de origen y el otro 50% originario de los países centroamericanos, en proporción a sus habitantes.

Por supuesto, un proyecto de esta naturaleza está lleno de obstáculos de todo tipo, político, social, económico, legal. Quizás la idea, al examinarse en profundidad, no sea factible, ya que simplemente trasladaría el problema de un sitio a otro, dejando intacta su raíz, el cual tiene que ver con la capacidad de los gobiernos de proveer las condiciones adecuadas para que sus habitantes tengan una vida digna. Pero es el tipo de alternativa digna de pensarse,  si existe la voluntad de superar obstáculos.

 Estas zonas podrían representar un efectivo alivio de la presión inmigratoria  sobre los Estados Unidos, fuente de considerable tirantez política doméstica,  y, al mismo tiempo, una alternativa para miles de seres humanos quienes buscan con ansiedad una mejora de sus condiciones de vida. De tener éxito, se convertirían en demostración de lo que puede hacerse, de lograr nuevas formas de vivir,  a fin de ser imitados en otras partes de región y del mundo.

No faltará quien diga que tal zona de amortiguación representa una especie de purgatorio, antes de la entrada al cielo. Llámese como se llame, la esencia del proyecto sería hacer de ese “purgatorio” algo mucho más cerca del cielo y lo más alejado posible del infierno.


9 comentarios:

Eduardo Huerta dijo...

Yo creo que tengo una idea mucho mejor que tuya: elegir un presidente que no les diga a los inmigrantes "si vienen no los vamos a mandar de vuelta". No te parece que és mucho mas simple y barata que tu idea?
Aqui otra, elegir un presidente que no pone al mando del servicio de inmigración a un comunistoide que piensa que cuantos mas vengan mejor.
Una más, elegir un presidente que no se achique cuando lo acusen de racista porque quiere proteger los bordes limítrofes de su país.
Gracias hermano Coronel por tu pequeña pero tan importante contribución a la elección de un presidente tán brillante y pro americano como Biden.

Gustavo Coronel dijo...

Sr. Huerta:
Gracias por llamarme hermano.
Sus ideas son muy meritorias. Cada quien tiene una perspectiva respetable sobre este grave problema.
Saludos y cuidado con los acentos,
Gustavo



Anónimo dijo...

La situación Gustavo en Ceuta es parecida, y la llegada a España de corriente de migración desde ese Eje es cada vez mayor. El gobierno de P. Sánchez tiene la brocha equivocada y desborda. Anoche veía en televisión al mismísimo Felipe González y decía que la política española está en su peor momento sobre el tema. Ahora yo veo que el sistema de pensiones español necesita trabajadores jóvenes y dispuestos a trabajos esenciales porque si no, en menos de 30 años ese sistema pensionario no tendrá base piramidal. ¿Qué te parece?

Tu amigo,

Acosta, Madrid. Reino de España.

Estrabón dijo...

La búsqueda de la disminución del éxodo migratorio en la región podría inducir algunas innovaciones, y su planteamiento, que busca una solución viable, es innovadora. Sin embargo, presenta un carácter, al parecer o de entrada (así lo veo, o sea es mi opinión como observador cibergeográfico), forzado, ya que requiere en principio eliminar toda la mafia de tratas de personas que manejan el negocio de las migraciones del lado de la frontera sureña, tanto del lado estadounidense como del mexicano, es decir de ambos lados de la frontera.
Veamos un poco de los antecedentes de la crisis migratoria global. El sistema mundo, un sistema histórico que se constituye en un espacio y tiempo específico (los orígenes del sistema datan de mediados del siglo XVII y, desde entonces, se ha ido configurando hasta la actualidad), y que articula una estructura económica (organizada alrededor de la acumulación de capital en el mercado mundial), política (Estados-Nación) y cultural, que lo legitima, contiene el subsistema de instituciones y de control de las actividades. Entonces, se constata que la tecnología producida industrialmente, recurriendo a la ciencia instrumentalizada, se encuentra en las dinámicas inherentes del desarrollo masivo, y estas, a su vez, son el servicio para las empresas económicas. En la economía-mundo capitalista no parece posible emprender un proyecto cualquiera, como el que Ud. –las Buffer Zones-, propone, sin la participación financiera (de hecho Ud., habla de “administradores que pagarían a México un arrendamiento por el territorio, a ser convenido entre las partes y los accionistas de la empresa administradora serían los gobiernos de ambos países”), pero tampoco sin la participación de empresas organizadas en torno a, por ejemplo, agencias migratorias, del transporte masivo y, actualmente, sin la conexión del Merkating de las TIC. Todo se encuentra anudado, entrelazado, imbricado y yuxtapuesto. Es como una totalidad enmarañada, que funciona con todas sus composiciones combinadas, asociadas, conectadas y hasta confundidas.
De aquí que, también es parte de la conjetura del poder; conjetura actualizada, igualmente, en las condiciones de la modernidad a propósito de la colonialidad del poder, y el análisis de factores secundarios, para comprender algunos de los rasgos esenciales del sistema migratorio latinoamericano. En relación a la agencia migrante, inspiradas en la tradición crítico-dialéctica sobre la relación entre agencia y estructura, Carballo, Echart, y Villarreal (2019: El enfoque de sistemas migratorios revisitado. Una propuesta teórica para el estudio del sistema migratorio de América Latina y el Caribe. Véase online en: http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1980-85852019000300079) integran también perspectivas que analizan la agencia colectiva de las y los migrantes, citándose ellos mismos (Carballo, Echart, 2012), y algunas formulaciones de exponentes del enfoque de la autonomía de las migraciones como Mezzadra (2012), De Genova, Mezzadra, Pickles (2015) y Varela (2015), para alcanzar una propuesta aplicada exploratoriamente al estudio del sistema migratorio de América Latina y el Caribe en el periodo 1970-2018.

Estrabón dijo...

Las partes que conforman el sistema serían: los elementos - i) entorno ambiental ‒condiciones económicas, políticas, valores sociales y comunitarios, disponibilidad de transporte y comunicaciones‒, ii) las personas migrantes, iii) los subsistemas de control, iv) los mecanismos de ajuste, v) los mecanismos de retroalimentación (positivos y negativos), los atributos y las relaciones, que interactúan en un entorno en cambio constante (sistema abierto) que recibe estímulos del medio. Mabogunje también identifica varias dimensiones -espacial (horizontal) y socioeconómica (vertical)- y centrando su atención en los/as migrantes, las instituciones (subsistemas) y en las relaciones sociales, económicas y de otro tipo (como los mecanismos de ajuste) que forman parte integral del proceso de transformación del sistema. Define subsistema de control como “aquel que supervisa el funcionamiento del sistema general y determina cuándo y cómo aumentar o disminuir la cantidad de flujo en el sistema” (Mabogunje, 1970). (Citado en Carballo, Echart, y Villarreal, 2019).
Es parte, por tanto, de la ideología moderna, al remarcar una diferencia no sólo crucial sino igualmente estructural entre «nichos ecológicos» y «nichos económicos». Éstos visualizados en un horizonte más amplio, el de los «nichos sociales» (Prada Alcareza, 2013: Más acá y más allá de la mirada humana. Véase online en: https://voluntaddepotencia.wordpress.com/mas-aca-y-mas-alla-de-la-mirada-humana/), que enfatiza el hecho de que los nichos económicos no se reproducen por sí solos; requieren de la participación de los cuerpos humanos, de las asociaciones, empresas, instituciones, composiciones y combinaciones de estos cuerpos, y para él, no se estaría hablando de sujetos sociales, puesto que la diferencia radica en que estos sujetos son un concepto, definido, más bien en la abstracción sociológica de sujeto; mientras que, desde la perspectiva ecológica, es indispensable hablar de cuerpos reales, puesto que son los cuerpos los que forman parte de los ciclos vitales ecológicos, por lo que tendríamos que referirnos a los cuerpos humanos asociados, quienes reproducen a sus propias máquinas institucionales; entre ellas a las máquinas económicas como las de movilización de la población.

Se trata, entonces, como nos lo deja ver Prada Alcoreza (2020), de una economía mundial compenetrada y enmarañada. Algo parecido se da, empero, simétricos a los nichos ecológicos, en los espesores y planos de intensidad sociales, es decir, en cuanto a su retroalimentación sistémica. El mismo autor de “Más acá y más allá de la mirada humana”, enfatiza el hecho de que los esencialismos no han sido otra cosa que representaciones, asumidas dramáticamente, como si estas fueran la sustancia explicativa del mundo. Las verdades como las esencias no son más que representaciones; por lo tanto, las verdades de los corpus teóricos tienen validez en el mundo de las representaciones. No pueden reclamar lo mismo en el mundo efectivo. Los corpus teóricos se aplicaron como religión, después como “ideología”, después como ciencia; todas no eran más que creaciones de las representaciones. Sus logros no son más que logros en el mundo de las representaciones. Es una pretensión auto- centrada considerar que son logros en el mundo efectivo. Ese mundo también era el mundo de las representaciones, no el mundo efectivo en constante devenir. Los esencialismo se trasformaron en verdades; estas compusieron los cimientos de los corpus teóricos o autopoíesis antropocéntricas.

Estrabón dijo...

Las fronteras cumplen una doble función. Por una parte concentran combinaciones de oportunidades en ciertas circunscripciones. Por otra parte niegan o condicionan el acceso a estas oportunidades a todos aquellos que están afuera. De este modo, ellas distinguen entre todos aquellos que tienen acceso a estas oportunidades y aquellos que no. Las oportunidades pueden ser conceptualizadas de modos diversos. Por ejemplo: libertades, capacidades, bienes primarios, recursos, oportunidades para alcanzar bienestar, etc. La felicidad se identifica con estados del mundo en que estas preferencias son satisfechas. (Loewe, 2017: Justicia distributiva global e inmigración. Véase online en: http://www.scielo.br/pdf/remhu/v25n50/1980-8585-remhu-25-50-025.pdf).

Para formular una propuesta teórica que, a la hora de analizar la conformación, retroalimentación y reconfiguración de los sistemas migratorios, considere el papel de la estructura, de los factores de carácter meso (como las instituciones o los colectivos) y de la representación migrante o de carácter micro (individual y colectiva), así como el carácter macro (el aspecto global), revisamos como ya se ha expuesto, lo traido a colación por especialistas de renombre en la materia. En este sentido, nuestra propuesta (Zambrano, 2020. Véase online en: http://estrabongeografico-ambiental.blogspot.com/search?updated-max=2020-12-06T10:25:00-04:00&max-results=7), presentada de manera exploratoria (aunque para el caso de El Muro Hedónico, sólo contempla su aplicación a nivel de América Latina y la Organización de Estados Iberoamericanos), plantea la integración fronteriza (dese cuenta que va por el mismo camino que su planteamiento, pero centrada en la búsqueda de soluciones viables; no impuestas) aplicada al estudio del sistema migratorio de América Latina y el Caribe, y su vinculación con EEUU a través de la creación de una Mancomunidad Americana de Naciones.

Estrabón dijo...

Entonces, como la respuesta del gobierno federal norteamericano no ha sido tratar de normalizar su situación (su único delito fue cruzar la frontera clandestinamente, ante la falta de alternativas para hacerlo de manera legal), sino, por el contrario, EEUU a través de su agencia, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), impulsó una campaña de deportaciones masivas que, en la última década, expulsó o devolvió a más de 8,1 millones de migrantes a sus países de origen (solo México recibió más de tres millones de deportados durante los últimos cinco años. Si bien las autoridades gubernamentales justifican esas deportaciones como respuesta a los crímenes cometidos por inmigrantes indocumentados, el hecho es que la gran mayoría de los deportados no ha cometido ningún delito, ni siquiera delitos menores). Pero, como bien lo manifiesta Portes (2019: Inmigración bifurcada y fin de la compasión. Véase online en: https://nuso.org/media/articles/downloads/1.TC_Portes_284.pdf), la política del miedo y el nativismo intransigente prácticamente han eliminado la racionalidad y la relativa apertura que guiaban el enfoque de EEUU hacia sus recién llegados en el pasado.

Esta propuesta tiene como objeto no convertirse en un tratamiento separado como si se tratara de pueblos sustancialmente diferentes. Dicho de otra manera, hay que evitar la mirada indigenista, culturalista, nacionalista que fija a los demás en una pertenencia de “origen” supuestamente por rasgos étnicos, sociales o culturales. Se podría reflexionar sobre el saber si hay verdaderamente, por ejemplo, rasgos comunes de los inmigrantes que tienen que ver con su origen o su cultura de formación. También, si hay que elaborar protocolos de “encuentros”, en cuanto al tratamiento que se le debe dar al inmigrante; no son seres especiales: son ciudadanos comunes, y más allá de las diferencias de idiomas, de confesiones, de culturas, y de las dificultades vinculadas a estos rasgos, deben ser tratados de manera idéntica al resto de la población, evitar encerrar a los inmigrantes en una categoría esencialista, sensacionalista y disminucionista, al evitar los “ismos” o “listas” o categorías discriminatorias.

Estrabón dijo...

Felizmente, nuestra geografía está unida, aunque dividida en tres bloques regionales (Norte, Centro y Suramérica) subcontinentales, aunque igualmente subdividida culturalmente en dos procesos distintos de colonización: el Iberoamericano, caracterizado por las colonizaciones española y portuguesa, especialmente en la América nuclear; y el Angloamericano, caracterizado por la colonización anglosajona, particularmente la inglesa, pero con nichos franceses y holandeses.
Es sugestivo constatar que, al ser revalorizado el aporte cultural y humano de los latinoamericanos en el desarrollo de Norteamérica, se puede expresar como una fuerza creativa en la mayor presencia de nuestros congéneres, y no sólo en EEUU, sino en Europa, Cercano Oriente y África. Sin embargo, las falacias de la geografía política de la globalización o de la geopolítica global que, en palabras de Cunill Grau (2001: 242), “ha hecho primar en diversidad de enfoques teórico-metodológicos sendas de virtuales determinismos económicos y tecnológicos en beneficio de los países industriales”, también ha colmado al ser latinoamericano de la lujuriosa fruición en dejar de ser individuos y disolverse en lo colectivo, al convertir la vivencia criolla, la libertad de vivir por sí y para sí, en un determinismo cultural del modo de vida americano. De este modo, la socialización del hombre se volvió una «faena pavorosa», porque, en palabras de Ortega y Gasset (1970: 187), “no se contenta con exigirme que lo mío sea para los demás –propósito excelente que no me causa enojo alguno‒, sino que me obliga a que lo de los demás sea mío. Por ejemplo, a que yo adopte las ideas y gustos de los demás, de todos”. Entonces, la forma de vida norteamericana se ha impuesto como la moda de los tiempos presentes, desde la segunda mitad del siglo pasado.

Gracias por compartir.
Attt., Eudes A Zambrano A. (Mérida-república Bolivariana de Venezuela)

Estrabón dijo...


Otras Fuentes:

CUNILL GRAU, P. (2001). Latinoamérica y España: hacia una estrategia de cooperación. Revista Geográfica Venezolana, 42 (2). IGCRN-ULA. Mérida: Taller de Publicaciones de la Facultad de Cs. Fs. y Ambientales. pp. 241-268.

ORTEGA Y GASSET, J. (1970). El Espectador. Madrid: Salvat Editores, S.A. pp.188

ZAMBRANO A., Eudes A. (

ZAMBRANO, E. (2020). El Ciberperiodismo: Un ensayo sobre su desarrollo desde la Cibergeografía y sus elementos más característicos. [Artículo en línea]. Consulta: 09-07-2020. Recuperado de: https://estrabon.neocities.org/httpsestrabon.neocities.orgsubcarpetamipag1.html

______________. (2019). La Glocalización y la nueva lógica espacial. [Artículo en línea]. Consulta: 09-07-2020. Recuperado de: https://www.linkedin.com/pulse/la-golcalizaci%C3%B3n-y-nueva-l%C3%B3gica-espacial-eudes-zambrano/

______________. (2016a). El fin del «Destino Manifiesto» por coletazo del Brexit: análisis de reportajes sonados. [Artículo en línea]. Captura: 04-03-2020. Recuperado de: https://www.academia.edu/26607525/El_fin_del_Destino_Manifiesto_por_coletazo_del_Brexit_an%C3%A1lisis_de_reportajes_sonados

______________. (2016b). Geografía Humana y Ecosocial de Venezuela. [Libro en línea]. Consulta: 09-07-2020. Disponible en: https://estrabongeografico-ambiental.blogspot.com/2019/10/geografia-humana-y-ecosocial-de_28.html