POR QUE EL CHAVISMO/MADURISMO NO PUEDE ADMITIR EL
FRACASO DE SU ‘REVOLUCIÓN”
AMUAY EN LLAMAS
**** Si fueran
honestos para admitirlo se quedarían ideológicamente desnudos
Durante unos 30 años, 1960 a 1990, Venezuela se pareció
mucho a Uruguay en términos de sociedad y fisonomía política. En lo que va de
siglo XXI Venezuela se ha ido pareciendo mucho más a Haití que a Uruguay, ver: https://versus.com/es/uruguay-vs-venezuela y https://versus.com/es/hait%C3%AD-vs-venezuela
La razón de este colapso es el tipo de régimen
político que Venezuela ha tenido durante el siglo XXI, francamente dictatorial,
presidido por ignorantes, asesinos y ladrones quienes han eliminado la alternancia
en el poder en complicidad con una
fuerza armada traidora. Como ya sucedió en Haití con la fuerza armada como pandilla
principal.
SIN EMBARGO, EL
CHAVISMO/MADURISMO NO PUEDE ADMITIR EL FRACASO DE LA “REVOLUCIÓN” PORQUE SE QUEDARÍAN
IDEOLOGICAMENTE DESNUDOS
La llegada a la presidencia de Hugo Chávez en 1999 representó
un milagroso evento para una izquierda
venezolana que nunca había ido más allá de un 8-9% de apoyo popular en
las elecciones de la Venezuela democrática. Le permitió a varios grupos de
venezolanos hasta entonces esencialmente marginados políticamente sentirse, por primera vez, parte del poder, incluyendo (1),
una minoritaria pero influyente clase intelectual de raíces marxistas o
religiosas tipo teología de la liberación
y (2), un grupo sorprendentemente grande de venezolanos de bajo nivel
educativo, acomplejados y resentidos
contra la clase media, a la que veían
como quienes habían logrado obtener una desproporcionada cuota de la riqueza
petrolera, a expensas de lo que le debía tocar a ellos.
Estos grupos vieron en Chávez un vehículo para
lograr una revancha contra una clase media que, según ellos, los había condenado a la pobreza. Sentían la necesidad
de castigarlos aún más que la de elevar
su propia condición. Ese grotesco anhelo de nivelación hacia abajo fue repetidamente expresado por Chávez y algunos
de sus acólitos quienes decían que ser rico era malo y que era peligroso convertir a las clases
trabajadoras en clase media porque entonces se convertían en “escuálidos”, en
enemigos. De allí que la llamada lucha de Chávez contra la pobreza consistiera
en dádivas en efectivo (subsidios y bonos) y en especie (misiones, comida,
“casas”), es decir, una repartición de peces pero no enseñar a pescar.
La repartición de peces duró mientras el ingreso
petrolero lo permitió. Al disminuir los peces desaparecieron y el pueblo
venezolano despertó de su breve sueño más pobre y más decepcionado que nunca,
aún después de un diluvio de dólares petroleros del orden del millón de
millones, $1.000.0000.0000.0000.
PERO EL
CHAVISMO/MADURISMO CARECE DE LA HONESTIDAD NECESARIA PARA ADMITIR SU FRACASO Y
RECTIFICAR SU RUMBO
Por años he esperado ver en el grupo de
chavistas/maduristas alguna intención de autocrítica y de rectificación ante la
inmensa tragedia generada durante las autocracias de Chávez y por Maduro.
Porque las estadísticas no mienten. Venezuela ocupa los últimos lugares de la
región en casi todos los aspectos de su vida social, económica y política.
Vaya usted a buscar en las páginas de APORREA o de
los periódicos afiliados con el régimen algún destello de autocrítica y verá que
lo existente es toda una mitología para tratar de culpar a otros por el
desastre. No aceptan que Chávez expropió y arruinó las empresas expropiadas, o
que repartió miles de millones de dólares entre sus amigos de todo el planeta,
o de que arruinó a PDVSA transformándola en empresa social importadora de pollos
podridos, o que armó una política social de limosnas que Maduro ha acentuado hasta llegar a la
infame caja de comida CLAP que hizo millonario al hampón llamado Alex Saab, o
que endeudó al país de unos $ 100.000 millones de China y otros países para
gastarlos en su loca aventura electoral, ya agonizante. No solo no aceptan que
este desastre haya sido generado por las locuras e ignorancia generado de Chávez sino que aun
tratan de venderlo como líder maravilloso, haciendo un contraste con el aún más
deplorable Maduro. No admiten que Chávez
fue quien lo impuso, ni que la mayoría de quienes estaban con Chávez ahora están
con Maduro, que los miembros de la pandilla son esencialmente los mismos. Para
explicar el desastre venezolano y proteger el nombre del fallecido se niegan a aceptar que la ruina de
Venezuela sea la obra combinada de Chávez y Maduro.
Lo inexplicable es que todavía veneren elogien la
memoria del ignorante narcisista que nos
llevó a la ruina, embriagado de poder. Es que ven a Chávez como el último
trajecito ideológico que les queda, sin
el cual quedarían totalmente desnudos en cuerpo y alma.
Muchos de ellos no han participado del saqueo de
Venezuela y siguen tan desposeídos como siempre pero sienten la obligación de defender
las pandillas ladronas, prisioneros de una mitología que, según ellos, los protege
de la irrelevancia y el desierto ideológico.
Nunca conocí a Clementina pero la amo. El amor - como dice la canción – es una emoción de
múltiples esplendores, la cual combina
los más variados sentimientos de amistad, deseo físico, compasión, admiración y
ternura.
Cuando escucho este vals de Aldemaro Romero, siento
que de alguna manera esa música
compendia esas múltiples manifestaciones del amor. Es una música que hace
pensar en la generosidad femenina, en mundos hechos de terciopelo. Oigo este vals de Aldemaro Romero y lo
considero uno de los cinco más bellos valses que he escuchado en mi vida, los
cuales enumero a continuación:
1.
CLEMENTINA,
Aldemaro Romero: https://www.youtube.com/watch?v=YQ7aV2pvimo
2.
LA VALSE, Maurice Ravel: https://www.youtube.com/watch?v=UlMJ6Ri-LMM
3.
VALSE
2, Dimitri Shostakovich: https://www.youtube.com/watch?v=mmCnQDUSO4I
4.
VALSE
DE LA SUITE MASCARADA, Aran Kachaturian: https://www.youtube.com/watch?v=ykOdDR50dAI
5.
VALS
VENEZOLANO 2, Antonio Lauro: https://www.youtube.com/watch?v=STy8kjbkWAc
UN ANGEL PARA EL NEPAL
En 1984 la abogada Olga Murray hizo un viaje a Nepal y visitó algunas aldeas. En las casas encontró una pobreza extrema y niños sin educación, sin juguetes, quienes – sin embargo – mostraban una gran alegría interior y un intenso deseo de aprender. Al verlos decidió dedicar el resto de su vida a promover la educación de esos niños de Nepal. Cuarenta años después Olga Murray acaba de fallecer, a sus 98 años, no sin antes haber fundado una organización que ha construido 17 clínicas de rehabilitación nutricional y una aldea educacional para niños llamada OLGAPURI. La organización fue líder del movimiento que rescató unas 13000 jóvenes nepalesas entre 5 y 20 años de la situación de esclavitud doméstica llamada KAMLARI, en base a la cual los padres se ven obligados a vender a sus hijas por no poderlas mantener. El día de 2014 que – gracias a sus esfuerzos - el gobierno de Nepal decretó el fin de esta costumbre, hubo una gran marcha de las niñas y adolescentes liberadas y Olga marchó con ellas.
Una mujer con la fuerza heroica que da la compasión
transformó positivamente el destino de miles de niños en Nepal.
JUGADORES VENEZOLANOS EN LAS GRANDES
LIGAS: UN FACTOR POSITIVO PARA UN PAÍS ATRIBULADO
Jugadores activos en béisbol de grandes ligas, 2023
1,057 |
70.7% |
|
171 |
11.4% |
|
106 |
7.1% |
|
33 |
2.2% |
|
28 |
1.9% |
|
24 |
1.6% |
Desde 1939, cuando Alejandro Carrasquel ingresó a
los Senadores de Washington cerca de 500
jugadores venezolanos han llegado a las Grandes
Ligas con variado éxito. Solamente uno,
Luis Aparicio ha sido elegido para el Hall de la Fama, el honor máximo que
puede recibirse en el béisbol. Varios otros aún activos o recientemente
retirados son candidatos fuertes a seguir los pasos de Aparicio. Ese es el caso
de Miguel Cabrera, quien tiene su lugar en Cooperstown asegurado y muy
probablemente el caso de Ronald Acuña y José Altuve, quienes llevan una
trayectoria brillante, la cual aún deberá corroborarse con una similar actuación futura.
En https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Major_League_Baseball_players_from_Venezuela
pueden
encontrarse los nombres e información básica sobre todos los jugadores
venezolanos que han llegado a la gran carpa. Allí podrán verse los nombres de
quienes han logrado múltiples designaciones para los juegos de estrellas, los
lanzadores quienes han ganado el Cy Young, Félix Hernández y Johann Santana,
quienes han ganado el título de bateo, incluyendo a Andrés Galarraga y Luis Arráez.
Se cita a César Tovar, quien es uno de los dos jugadores en la historia del béisbol
de grandes ligas en jugar las nueve posiciones en un solo partido. Se habla de
la triple Corona ganada por Miguel Cabrera y se menciona Ronald Acuña
seleccionado como el mejor jugador de las MLB en 2023.
Los logros de nuestros jugadores son
desproporcionadamente altos en relación con su porcentaje de representación .
Por ejemplo, Omar Vizquel es el mejor defensor en la historia de las ligas
mayores en su posición de campo corto.
Miguel Cabrera, el inmortal
Cabrera tiene los siguientes records:
Junto a Hank Aaron y Willie Mays: más de 500 HR, más
de 3000 hits y por encima de .300
promedio de bateo
Junto a Hank Aaron y Albert Pujols: más de 500 HR,
más de 3000 hits y más de 600 dobletes
Solamente él: más de 500 HR, más de 3000 hits, la
triple corona y dos veces “jugador más valioso”
De manera que Cabrera ya es parte destacada de un pequeño grupo de jugadores fuera de
serie que ocupan un salón especial en el Hall de la Fama.
UNA BUENA CONDUCTA
CIUDADANA ES PARTE IMPORTANTE DEL APORTE QUE HAN HECHO AL PAÍS
Aunque se han visto lamentables casos de mala
conducta ciudadana entre los jugadores latinoamericanos en las grandes ligas,
incluyendo uno que otro venezolano, sobre todo en el campo de la violencia
doméstica, la mayoría de los venezolanos en la gran carpa actúan de manera
discreta y honorable. Trabajan duro y desean aprender. En el campo filantrópico
han se han destacado por su interés en dar A Venezuela importantes aportes
financieros para promover proyectos deportivos
y educativos. No he podido encontrar una lista detallada de donaciones de jugadores venezolanos pero si
he encontrado referencias específicas a la magnífica actuación filantrópica de
jugadores como Melvin Mora, Andrés Galarraga, Eduardo Escobar (candidato al premio
Roberto Clemente), Carlos Carrasco (Ganó el premio Roberto Clemente), Miguel
Cabrera (candidato al premio Roberto Clemente), Miguel Rojas (candidato al
premio Roberto Clemente), Salvador Pérez, José Altuve, y David Concepción.
Estoy seguro que la lista es mucho más larga.
Estos y otros atletas que se han destacado en las
Grandes Ligas causan un impacto múltiple
y beneficioso en nuestro país, no solo porque ponen en alto a Venezuela, en
momentos difíciles para el gentilicio venezolano en el mundo debido a la
diáspora desesperada a la cual han sido obligado, sino porque contribuyen
generosamente a mejorar la situación de
los más desposeídos, al promover y financiar proyectos sociales en un país
acosado por la pobreza y la desesperanza.
Es importante que estos buenos ciudadanos
venezolanos sean debidamente apreciados por nosotros, no solo en base a sus
proezas en el campo del deporte sino por la manera impecable como conducen sus
vidas en el hogar y en beneficio de su país.
Mercado de la Marina, ya desaparecido
Cuando terminé
mi segundo año de estudios de geología en la universidad de Tulsa, en Oklahoma,
la empresa que me había concedido una beca me invitó a pasar mis vacaciones de
verano trabajando para ellos en sus oficinas de Maracaibo.
Llegué a Maracaibo
en un vuelo de TACA en Junio 1953, en un DC 3 bamboleante sobre las corrientes
de aire caliente de Falcón. Para quien había pasado su niñez y adolescencia en
Los Teques, encontrarse con Maracaibo me hizo sentir como un astronauta
llegando a una estrella lejana, un
mundo enteramente nuevo, nada parecido a la Venezuela que había conocido hasta
entonces.
Fue, para mí, amor a primera vista. Los intensos
colores, la luminosidad, las amplias avenidas muy limpias, los contrastes entre
las zonas modernas y el antiguo y bullicioso centro, la presencia del lago y,
sobre todo, aquella gente rara y maravillosa, llena de humor, ruidosa, alegre. Los
hombres hablaban a gritos, abundaban en chistes, mostraban sus barrigas. Y las
mujeres: que bello caminaban, que piel,
que ojos, y con cuanta abierta y sensual curiosidad miraban al forastero. Me pareció llegar, repito, a un planeta
exótico de olor a diésel y cerveza, de
maravillosos colores en las casas, con sabores de plátano frito y carne asada. Me
cautivó el hablar, el peculiar acento y el uso de giros idiomáticos más
cercanos al castellano antiguo que al español hablado en el centro venezolano.
Las colonias de las empresas petroleras, con características de enclave cultural,
con casas de arquitectura colonial a lo Borneo y clubes donde se tomaba
“Shandy” y se jugaba rugby reforzaron mi
sensación de estar en un país lejano. La música me cautivó, no tanto la gaita
que me pareció siempre muy ruidosa, como la elegante danza zuliana. Por ejemplo,
”Maracaibera” : https://www.google.com/search?q=Maracaibera&rlz=1C1TSNO_enUS474US474&oq=Maracaibera&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUyBwgAEC4YgAQyDAgBEEUYORjjAhiABDIHCAIQABiABDIHCAMQABiABDIHCAQQABiABDIGCAUQRRg9MgYIBhBFGDwyBggHEEUYPdIBCDY2NzNqMGo0qAIAsAIA&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:28fe61fe,vid:g5ooNubACXw,st:0
,
o la emocionante “Maracaibo en la Noche”:
https://www.youtube.com/watch?v=tWsBVa8SyN4
Como pude
moverme con entera libertad entre esa Maracaibo de corte exótico y la Maracaibo
“nativa” logré apreciar y disfrutar de las maravillas de cada
una, quedé capturado por la fascinación de Maracaibo y decidí que una vez graduado, ese sería el
lugar donde regresaría a vivir.
Esos primera visita a Maracaibo fue apenas el preludio de una de las más felices etapas de mi vida,
en Maracaibo. Allí regresé a iniciar mi vida de geólogo, allí encontré mi
compañera de toda la vida, allí nacieron mis tres hijos, allí construimos
nuestra primera casa con el dinero que ahorré en mis dos años de aventura
indonesia. Allí hicimos un grupo de amistades con quienes siempre me sentí
perfectamente cómodo y a quienes recuerdo con nostalgia.
Me hice
maracucho por “naturalización”. Me encantaba ir al mercado de Santa Rosalía a
regatear con los bullangeros y chistosos vendedores. La zona central de la ciudad,
con la plaza Baralt y el mercado de la marina eran lugares fascinantes, llenos
de vida, ruido y color. Las zonas modernas cercanas al hotel del Lago, Bella
Vista y Cinco de Julio, con la terraza del hotel Detroit, en la cual me sentaba
a tomar cerveza con los amigos. El calor de Maracaibo era la excusa para que
los equipos de aire acondicionado funcionaran continuamente y a todo vapor,
haciendo de la ciudad una de las más “frías” del país.
Maracaibo era
una fiesta, en el hotel del lago, en los
clubes Alianza, Comercio y Náutico, en los restaurantes como Mi
Vaquita, en los cuales se consumía la mejor carne del país. En esos años, junto
con otro geólogo, Aníbal Martínez, dimos los primeros pasos para fundar la Orquesta
Sinfónica del Zulia, cuyo primer director fue, si recuerdo bien, Andrés
Sandoval.
Era la
Maracaibo anterior al puente y recuerdo las largas esperas en los muelles para
ir de Maracaibo a la costa oriental del lago o para regresar a Maracaibo en los
pequeños ferris, uno de ellos llamado “Cacique”, sol y sudor, ventas de tostones, el lago todavía sin verdín.
Esa Maracaibo
que amé intensamente ya no existe. La de ahora podrá ser mejor o peor, no lo sé. De la gente
amiga y familiares que aún viven allá escucho tristes historias de abandono y
sufrimiento. Pero mi Maracaibo de los años 1950 y 1960 fue el sitio donde fui enteramente
feliz. No sé si es por causa de mi felicidad personal mientras viví allá que recuerdo a Maracaibo con tanto amor o si la amable fisonomía de la ciudad fue la
que determinó mi felicidad personal. No lo sabré ya nunca, pero cuando cierro
los ojos, me veo de nuevo en ella, junto a Marianela, la reina de carnaval que
conquistó mi corazón, comiendo con ella y mis pequeños hijos en un restaurant
abierto de Tierra Negra cuyo nombre he olvidado, en el cual pasaban películas para niños que
me gustaban a mí hasta más que a ellos.
Adiós, amada
Maracaibo que nunca volveré a ver, adiós mis queridos amigos y amigas de
aquella maravillosa ciudad que ya no existe, adiós a la cerveza helada, al
whisky de contrabando, a “Mi Vaquita”, a la Plaza Baralt y al Hotel del Lago.
Quién sabe, Maracibo en la noche, que relampagueas, si
has encontrado refugio en algún rincón del universo y podamos algún día, en otra dimensión, regresar y revivir los maravillosos años en los cuales bailaba con Marianela, en el club ALIANZA. A pesar del tierrero!
1 comentario:
En Maracaibo recuerdo el Club Alemán, excelente sitio y los más variados platos especialmente el chivo en coco y un pescado asado relleno que no he comido nunca en ogro sitio en el mundo. Ahora está aparte de Mi Vaquita uno llamado Bohío del Lago, buena comida con todo lo que lleva las ensaladas y los pescados de forma muy natural y fresca. Lamentablemente el Lago está en su peor momento, el último malandro que fue gobernador allí,
no Rosales, el anterior, fue una gestión nefasta.Pero el lago podría salir adelante con una buena inversión ya bajo otro gobierno, desde luego. Como sabemos el gobierno de Maduro tiene la única característica de poner a los menos capaces. La porqueriocracia.
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