jueves, 20 de octubre de 2011

Par de embaucadores: uno político y otro espiritual

Que par de sinverguenzas:  Chávez y Moronta

OJO!! El Chávez que le dijo amargado a Evo no es Hugo, sino Adolfo, el jefe de los marchistas

Cuando vi el cintillo en PAT, pensé que Chávez había metido su cuchara en los sucesos bolivianos. No, es Adolfo Chávez, el indígena que lideró la marcha, actualmente en el hospital, en recuperación. Lo están entrevistando en la TV.

Marcha indígena contra el Narcoevo recibe apoyo multitudinario. Se tambalea Evo

Los indígenas están hartos del Narcoevo

Ayer llegó a la ciudad de La Paz la marcha indígena del TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure). La ciudad entera se volcó a recibir a los marchistas como héroes. La represión policial contra los marchistas causó la renuncia del Ministro Sacha Llorenti.

La policía decomisó los alimentos de los marchistas quienes llevaban 63 días caminando. Las brigadas de choque del narcoevo, llamadas “cocaleros” , hostigaron a los marchistas.

El gobierno no ha aceptado recibir a los marchistas, quienes duermen a la intemperie en la Plaza Murillo, cerca del palacio presidencial. El cobarde Evo Morales no ha pedido disculpas y se comporta como un déspota, huyendo hacia Cochabamba para no hablar con los indígenas.

La ciudad de La Paz está alzada contra el Narcoevo. En Sucre los estudiantes protestan contra el régimen. La Central Obrera Boliviana está plegada a los marchistas. El partido de gobierno MAS exhibe fracturas. En este momento en Bolivia se observa el fenómeno de una izquierda y  derecha unidas contra el Narcoevo.

Se tambalea Evo. Hasta Chávez acaba de llamarlo “amargado”, según veo en el Noticiero de TV de La Paz,  PAT. Otro que recibió la espada de Bolívar!

Dos versiones de noticias24.com sobre la muerte de Gadaffi en materia de tres horas

 

Estos sinverguenzas de noticias24.com dijeron hace poco que la OTAN había asesinado a Gadaffi. Ahora dicen que fue asesinado por los patriotas libios. Que dirán dentro de dos horas más?

Un sitio que da náuseas. Quien será el dueño de esta letrina periodística?

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Gadafi habría sido asesinado en Sirte tras ser detenido ensangrentado, pero con vida

Memo a Hugo Chávez

Asunto: El fin inevitable de todos los dictadores

No se trata de la muerte. Eso sucede a todos los seres humanos, dictadores o no. Se trata de la manera de morir y de su puesto en la historia. Casi todos los dictadores mueren violentamente. Trujillo abaleado, Somoza despedazado por una bomba, Mussolini guindado boca abajo como un cerdo. Hitler calcinado en su bunker. Hussein ahorcado. Gadaffi desangrado en un hueco, como lo muestra hoy la televisión árabe.

Pocos déspotas tienen la suerte de morir en su cama. Gómez, Cipriano Castro, Pinochet, algunos de los gorilas argentinos. Castro probablemente.

Pero no importa como mueren, la historia no es amable con ninguno de ellos. Parece triste que hombres quienes quisieron “transformar” al mundo hayan quedado como ejemplos de maldad y de locura. Su memoria se confunde en la conciencia colectiva con maldad, perversión y crueldad.

Es esa la suerte que usted desea? En 13 años de progresiva siembra de odio usted ha hecho méritos suficientes para pasar a la historia como un déspota más, en la ya larga línea de caudillos incultos que han oprimido a la América Latina.

Pero mientras haya vida siempre hay tiempo para rectificar y tratar de remendar, al menos parcialmente, un capote destrozado por la ineptitud y la corrupción del régimen que usted ha estructurado.

Háblele al país como un verdadero venezolano, no como un zombie cubano. Renuncie a sus irrealizables ilusiones y a sus torcidos deseos de venganza de clases. Llame a elecciones verdaderamente libres y democráticas. Deje que entre al país de nuevo el aire fresco de la libertad y de la convivencia democrática. Desmonte usted los absurdos controles financieros y los fondos paralelos que ha creado y devuélvale a las instituciones su autonomía.

Anclado en esa acción redentora, mediante el exorcismo de sus demonios, podrá usted adquirir la suficiente autoridad moral para exigir una verdadera inclusión social, la cual no es idéntica a la inclusión de solo una porción de la población sino que debe ser integralmente incluyente.

Y quizás, con ese cambio actitudinal de su parte, el país pueda regresar sin mayores sufrimientos a la normalidad.