domingo, 14 de agosto de 2011

En la Gran Carpa: unos llegan, otros hacen maletas



Alejandro Carrasquel, el patón, el primero de nuestros beisbolistas en las grandes ligas


La historia de los jugadores de pelota venezolanos en las grandes ligas debe llenarnos de orgullo. Desde que Alejandro Carrasquel llegó a los Senadores de Washington hace  setenta y dos años los jugadores venezolanos han conquistado posiciones importantes debido a su destreza física e instinto natural para el juego. Quienes hemos vivido mucho recordamos los tres hits de Chucho Ramos, en su debut, ante Max Lanier, los tres jonrones en un juego y títulos de bateo de Andrés Galarraga, los siete hits corridos de César Gutierrez o los no hit-no run dados por nuestros lanzadores, uno de ellos por Wilson Alvarez en apenas su segunda salida al montículo en la gran carpa. Nuestros jugadores han escrito páginas muy hermosas, como la de la caballerosidad de Armando Galarraga cuando el árbitro le quitó lo que era un no hit-no run. Hemos admirado la combinación de destreza y de impecable ciudadanía en Luis Aparicio, Omar Vizquél o el Gato Galarraga.

Unos jóvenes extraordinarios están llegando: Altuve para los Astros, Andrus en Texas, el fenomenal Asdrúbal Cabrera en los Indios, Parra y Montero para los Cascabeles de Arizona, Carlos Gonzalez con los Rockies. Hay otros que parecen estar haciendo sus maletas. Uno es Melvin Mora, después de una maravillosa carrera y de una vida deportiva ejemplar. Otros son Maglio Ordoñez y Carlos Guillén, de los Tigres, con quienes el manager Leyland ha sido muy paciente pero quienes ya no tienen los reflejos ni el vigor de jugar día a a día para contribuir efizcamente al equipo. Carlos Silva ya parece haberse marchado. Johan Santana parece acabado, por su lesión en el hombro. Francisco Rodríguez ha resucitado en Milwaukee, después de su bochornosa conducta en Nueva York, cuando le dió unos golpes al suegro.

De vez en cuando alguien nos averguenza. Ahora le tocó a Carlos Zambrano, un lanzador excepcional quien no está bien de la cabeza. Después de recibir cinco jonrones en su última aparición, se volvió loco. Trató de pegarle un pelotazo a Chipper Jones, fue expulsado del juego, agarró sus macundales y se fué del equipo, abandonándolo sin notificación alguna. Esta vergonzosa conducta debe marcar el fin de su carrera, la cual se ha visto marcada por arranques de cólera impredecibles. Nos ha avergonzado a todos los venezolanos quienes amamos el beisból. Ya Carlos Silva había hecho una trastada similar, típica de niños malcriados, quienes no se dan cuenta que son atletas profesionales a quienes se les exige una conducta civilizada. En Los Teques los llamábamos brutos de la cabeza.

El beisból ha sido una vía de éxito para muchos jóvenes venezolanos quienes no fueron a la escuela. La mayoría ha agradecido la oportunidad y se ha convertido en ciudadanos meritorios y valiosos. A unos pocos, como Zambrano, se les ha salido la patanería. En general, sin embargo, los venezolanos en las grandes ligas, desde Alejandro Carrasquel hasta nuestros días, han puesto muy en alto el gentilicio. Que sigan llegando!

3 comentarios:

Alfredo Milano dijo...

Estamos orgullosos de Alfonzo Carrasquel, Vizquel, Aparicio, Galarraga, y un largo etc. lamentablemente vemos el caso de Zambrano, que raya para Venezuela. Y lo triste fue tratar de hacerle daño a Chipper Jones, un gran jugador emblemático de Atlanta, candidato seguro al Hall de la Fama. La verdad es que el toro se volvió bruto.

Anónimo dijo...

Zambrano es un caso de estudio para la psicologia. Debe buscar ayuda urgentemente para trabajar en su problema.

Gustavo, yo vi el juego, y sinceramente las pelotas que les lanzó a Jones fueron con toda la intención.

Debe ser detenido antes de que le haga daño a un pelotero inocente.

Anónimo dijo...

Parece ser que este tarado patán no ama el deporte que le ha permitido convertirse en un hombre rico. Aparte de su enfermedad mental, que parece evidente, allí creo que hay otras razones que prefiero no mencionar, pues no quiero crear polémicas. Zambrano no quiere al beisbol, me limito a decir, y lo mejor que pueden hacer MLB y los cachorros, es despedirlo, ya que él declaró que se retiraba, eso sí, sin pagarle ni un centavo más. Claro, otra vez vendrá con su fingido arrepentimiento y el sindicato de jugadores saldrá a cabronearlo. Qué diferentes los pelotreos como los Carrasquel, Vitico, Luis Aparicio, César Vovar, los Galarraga - no son parientes pero coinciden en la bonhomía- y un larguísimo etcétera. Muchos de los jugadores de hoy juegan sólo por dinero y no quieren a nuestro amado primer pasatiempo. Les importa poco el mal ejemplo que transmiten
Por cierto, lo de Galarraga no sólo era no-hitter, era un juego perfecto. Saludos